jueves, 1 de agosto de 2013

14.- Vida del Teniente General José Arrando Ballester (Parte I)

Vida de José Arrando Ballester
“La leyenda de un valeroso soldado" 

Nació en Tales (Castellón de la Plana), el día 18 de marzo de 1815.

José Arrando Ballester. Retrato realizado en 1903 por Honorio Romero Orozco por encargo de su hija mayor Mª Carmen para presidir el panteón que ella edificó para la familia Arrando en Onda. Suponemos que el retrato se pintó a partir de alguna fotografía porque el Teniente General falleció en 1893.


Firma de José Arrando Ballester realizada en 1865. (Nota de la autora: me hace mucha gracia ver la letra y la firma del general porque es igual que la de mi marido, José M. Arrando, al 99'9%.)
En esa época el pueblecito de Tales pertenecía al municipio de Onda, que se halla próximo a él, ya que no fue hasta 1842 cuando éste se independizó y formó municipio propio.

Era hijo de Pelegrín Arrando Puchals y de Mª Teresa Ballester Centelles. Nació y pasó los primeros años de su infancia en la casa familiar que hacía esquina entre la calle Tremedal (hoy Gloria Agraz) y Segorbe. Aunque más tarde pasó a vivir a una casa de la plaza de la Iglesia conocida popularmente como casa López.

Calle Tremedal. Casa donde nació José Arrando Ballester en Tales (foto del siglo XX)

Casa de los padres de José Arrando Ballester en la plaza de la Iglesia de Tales, conocida como casa López (foto del siglo XX)

Calle Doña Gloria Agraz de Tales en la actualidad, antigua calle Tremedal

De momento desconocemos cuántos hermanos y hermanas tenía, puesto que los archivos de los registros tanto municipales como eclesiásticos fueron destruidos durante la guerra civil y sólo se conservan datos posteriores. Aunque sabemos que tuvo un hermano llamado Bautista y muy probablemente otro llamado Emilio (de éste último apenas hemos encontrado datos, sólo sabemos que fue Alférez de Infantería, que fue ayudante del Teniente General y que sería mucho más joven que sus hermanos; aunque también podría haber sido un sobrino suyo, porque los hijos de Bautista curiosamente tenían los mismos apellidos que su padre; tal vez  Vicente Aguilella Rausell al escribir su libro sobre el Teniente General José Arrando Ballester se hubiese olvidado citarlo como hijo de Bautista).

Antigua foto de la Iglesia de Tales (foto del siglo XX)


Creemos que nació en el seno de una familia burguesa castellonense, pero no noble, porque todos los miembros de la familia de su época (que hemos podido descubrir e investigar) tenían estudios (casi todos superiores), cosa que destaca en un tiempo en el que más del 60% de la población era completamente analfabeta. 

Foto antigua de Tales. Década de 1960. Otra vista de la Plaza de la Iglesia.

Durante su infancia estudió en un colegio de frailes. (Datos recogidos del libro de Vicente Aguilella Rausell “El Teniente General José Arrando Ballester. Historia de un soldado”, según la información que le explicaba de pequeño su abuela Carmen, hija de Bautista). Probablemente se tratase de los frailes carmelitas del Convento del Carmen situado en Onda que impartía enseñanza entre los jóvenes de los pueblos cercanos, tal y como lo hacían otros monasterios de frailes Carmelitas de la zona y como lo sigueron haciendo en el siglo XX. Sin embargo, tampoco tenemos datos que lo confirmen ya que el convento se quemó en plena Primera Guerra Carlista (2 de agosto de 1836) y fue más tarde reconstruido, entre 1879 y 1891.
Imagen: Foto antigua del Convento del Carmen de Onda ya reconstruido.


Fotografía de la orla de los alumnos del curso 1929-1930 con el fraile carmelita en el centro (alumnos del vecino convento de frailes carmelitas de Vila-Real). Ambos conventos carmelitas estaban muy relacionados entre sí. 

José Arrando Ballester no sintió la llamada del ejército en su infancia y adolescencia ya que, el 5 de diciembre de 1835, con 20 años (la edad reglamentaria), fue llamado a quintas, estando España en plena Guerra Civil (Primera Guerra Carlista). Sin embargo descubrió poco a poco la vocación de militar estando ya sirviendo como soldado, llegando con los años  a lo más alto del escalafón militar, lugar destinado casi exclusivamente a los nobles de la época que eran lo que podían entrar de jóvenes en la academia militar. De ahí que valoremos su gran mérito, ya que sin ser hijo de oficial ni de noble cuna (requisitos indispensables para entrar en la academia militar por aquel entonces) consiguió pertenecer al Estado Mayor del Ejército. Y, además, logró ser diputado y senador, lugar también destinado sólo a unos pocos privilegiados de la época, en su mayoría nobles.

Nada más entrar en el ejército en su quinta, con 20 años, José fue destinado al Regimiento de Infantería de Albuera nº 7 de ligeros.  En este regimiento sólo sirvió como soldado quinto durante un año y 26 días porque rápidamente empezó a destacar y a asender por mértitos de guerra.

Dibujo de un   oficial de Infantería de ligeros. Dibujo que muestra el uniforme típico de los soldados de las 7 unidades o Regimientos del cuerpo  de Infantería de ligeros que se crearon el 8 de mayo de 1829 (nº 1, Cazadores del Rey; nº 2, Voluntarios de Aragón; nº 3, Gerona; nº 4, Voluntarios de Valencia; nº 5, Voluntarios de Bailén; nº 6, Voluntarios de Navarra; nº 7, Albuera). Los soldados de Infantería de ligeros vestían casaca verde oscuro. 



En aquella época el país se hallaba inmerso en plena Primera Guerra Carlista (1833-1840) entre dos bandos opuestos: por un lado los llamados carlistas o partidarios de que reinase el Infante Carlos Maria Isidro de Borbón, y, por el otro, los llamados isabelinos, cristinos o liberales, partidarios de que reinase María Cristina de Borbón como regente de su hija de 3 años,  la reina Isabel II. 



Imagen: soldados cristinos o isabelinos de la Primera Guerra Carlista. El uniforme de la Infantería era con casaca azul  oscuro, sin solapas; cuello, portezuela en la manga y vivos amarillos, con sobrepuesto en el cuello azul oscuro; charreteras a la walona, botón blanco convexo, con un solo filete al canto y en el centro el nº del regimiento. Pantalón ancho de paño gris celeste, con medios botines negros y otro de lienzo blanco, con medios botines de lo mismo. Chacó con escudo y carrilleras de latón; pompón y galón encarnado en las compañías de Carabineros, verde en las de Tiradores; amarillo en las de Cazadores y blanco en la Plana Mayor.

Lo que había sucedido para que el clima político llegase a producir esta Guerra Civil fue lo siguiente: después de que el país se uniese para derrotar a Napoleón en la guerra contra los franceses y durante el reinado de Fernando VII, el país se dividió en dos corrientes de pensamiento. Por un lado, “los apostólicos”, partidarios de la España de las tradiciones  que añoraban el poder absolutista del rey y los tiempos de la Inquisición con el temido Torquemada. Y por el otro, “los doceañistas”, los intelectuales seguidores de las nuevas corrientes de pensamiento librepensador que corrían por Europa tras la Revolución francesa, partidarios de una constitución, de un gobierno escogido por el pueblo y de los avances ya sean sociales, industriales, económicos,… 

Retrato del infante Carlos María Isidro, hermano de Fernando VII y autoproclamado rey con el nombre de Carlos V.


Retrato de la regente María Cristina durante su regencia. Retrato de Vicente López. Museo del Prado.



Tras tres matrimonios sin descendencia, el rey Fernando VII se volvió a casar por cuarta vez con Maria Cistina, su cuarta esposa y sobrina del rey de Francia. Estando ella embarazada, el rey decidió suprimir, por si acaso, la Ley Sálica (de 1713),  que excluía  las mujeres del trono, para asegurar su continuidad sucesoria. Este hecho no fue reconocido por su hermano Carlos, aspirante al trono y heredero hasta la fecha. Por ello, cuando el rey murió y el 24 de octubre de 1833 su hija Isabel fue proclamada reina a la corta edad de 3 años, su tío Carlos, que ya se consideraba rey, impulsó una nueva guerra buscando partidarios que le apoyasen. De esta forma, los intelectuales, liberales y gente de ciudad apoyaron con las armas la regencia de María Cristina; mientras que el clero, los apostólicos, absolutistas y una parte del pueblo llano influído por los párrocos de pueblo se decantaron a favor del infante Carlos.

Retrato de la reina Isabel II de niña siendo ya reina.

Por ello, en 1836, José y su regimiento fueron llevados a Barcelona donde a partir del mes de  abril formaron parte de la Brigada del Brigadier Osorio y tomaron parte en operaciones militares en la zona de Bruc y Manresa ya que tenían la orden de proteger el paso del camino y mantenerlo libre de carlistas hasta la ciudad de Cervera. Cuando las cuatro brigadas isabelinas que se hallaban en la zona y se dirigían hacia el fuerte, bajando  por el paso estrecho de montaña del Bruc, vieron que se encontraron rodeados por 5 o 6 mil carlistas, que se hallaban bajo el mando del cabecilla carlista Torres, intentaron girar sobre sus pasos y batirse en retirada escalonadamennne. Sin embargo, al observar que los carlistas les cortaban el paso incluso por la retaguardia, se replegaron en el centro en una sola masa y aguantaron los ataques  de la caballería y la infantería del ejército carlista aguantando heroicamente hasta el último cartucho. 

Representación de una batalla entre los ejércitos isabelinos y carlistas.

José Arrando Ballester debió destacar rápidamente entre sus compañeros porque el 1 de febrero de 1936 fue escogido para ascender a Cabo Segundo. Y dos meses más tarde, el 1 de abril, volvió a ser escogido para ascender de nuevo a Cabo Primero, con 21 años.

En 1837, participó  en operaciones militares por la zona de Lérida, concretamente, el 26 de septiembre, en la batalla del Barranco de las Bastidas, en la Seo de Urgell. Bajo las órdenes del Brigadier José Domingo. Y el 1 de diciembre volvió a ser escogido para ascender de nuevo a Sargento Segundo.

Grabado que muestra tropas isabelinas de la Primera Guerra Carlista.

En 1838, con 23 años, se encontró en el sitio y asalto de la ciudad de Solsona ocurrido entre el 21 al 29 de julio a las órdenes del General Barón Ramón de Meer y kindelán (que ejercía como Comandante en Jefe del ejército liberal de Cataluña), ya que el cabecilla carlista Benito Tristany había tomado por la fuerza la ciudad ocupándola por sorpresa, durante la noche  del 20 al 21 de abril, para convertirla en la capital del carlismo catalán. Para poder liberar la ciudad, los hombres del Barón de Meer avanzaron  en dirección a Solsona, pero viéndose constantemente rodeados por el flanco izquierdo y por la retaguardia, se vieron obligados a acampar en la cima del monte Llobera donde llegaron cuando ya había anochecido. La situación del Barón de Meer era extremadamente crítica ya que los liberales se encontraban escasos de alimentos y de munición. Además andaban escasos de hombres ya que la columna del Coronel Niubó había sido atacada y deshecha por el enemigo y la división del General Francisco Javier Azpiroz no había recibido el último comunicado mandado para que se reuniese con ellos a modo de refuerzos. Cuando cesaron los disparos, los isabelinos volvieron atrás y pernoctaron parte de la noche en Cardona. Pero, apenas pudieron descansar ya que, a las tres de la mañana, el Barón decidió emprender de nuevo la marcha con la intención de abrirse paso a golpes de bayoneta si hiciese falta para liberar la ciudad. Por el camino los carlistas continuaron disparando sus fusiles parapetados y protegidos por los desniveles del terreno. Los liberales para defenderse instalaron en batería los cañones de artillería en la retaguardia.

Grabado de una batalla entre los liberales y los carlistas.

Aunque los ataques carlistas continuaron por todos los flancos,  los liberales siguieron avanzando en dirección hacia Solsona y únicamente retrocedieron  ante el ataque de la caballería carlista. Cuando los liberales llegaron a la ciudad, Tristany se vio obligado a evacuar sus tropas con lo que los soldados isabelinos lograron recuperar la ciudad de Solsona y liberar al pueblo.  Por esta batalla, en la que no dudamos que José destacó por su valentía,  fue ascendido a Sargento Primero y el Gobernador Militar Ramón Montero le encargó la tarea de abrir y cerrar las puertas del cuartel fortificado de Solsona y de dirigir una pequeña ronda que efectuaban arriesgadas salidas nocturnas hacia los campamentos enemigos para observar y localizar los puestos donde se encontraba el enemigo. Sin duda esa información sería valiosa para más tarde disparar la artillería pesada en esa dirección.



Vista general de Solsona
Por el sitio y la liberación de la ciudad de Solsona, el 1 de mayo de 1838, José fue condecorado con una Cruz de Distinción (medalla creada a propósito de ese hecho de armas). Además, durante ese mismo año, 1838, desempeño la comisión de secretario del Gobierno Militar de Solsona.

Cruz de distinción por el sitio y asalto de Solsona concedida en 1838 según la Real Orden de 1 de agosto


El 2 de abril de 1839, su regimiento salió con el encargo de auxiliar la guardia del castillo de la ciudad de Solsona y tras este acto, en el que demostró de nuevo su valía, José fue nuevamente ascendido, esta vez con el grado de Subteniente y fue agregado al Cuartel General del Capitán General de Cataluña Gerónimo Valdés donde pasó el resto del año y parte del siguiente.

Postal antigua de Solsona. Vista general del Castillo viejo.

El 24 de abril de 1840, José consiguió la Cruz de Distinción por la Batalla de Peracamps,  zona próxima a Solsona, donde se produjo el famoso pacto de Lécera, acuerdo que firmaron los generales Cabrera (carlista) y Juan Van-Halen (liberal) para realizar un intercambio de prisioneros entre ambos bandos.

Dibujo y foto de la Cruz de Distinción por la Batalla de Peracamps. En su reverso se puede leer 24 y 28 abril de 1840.

General carlista Ramón Cabrera, Duque del Maestrazgo, Marqués del Ter y Conde de Morella, nacido en Tortosa en 1806 y muerto en Inglaterra en 1877. Grabado de una colección particular

Imagen del Pacto de Lécera, tras la batalla de Peracamps, en el que ambos bandos se intercambiaron prisioneros. Pacto realizado  entre el General Cabrera (carlista) y el General Juan Van-Halen (liberal).

Aunque el año 1840, tras el abrazo de Vergara producido en el Norte entre el General Espartero (isabelino) y el General Maroto (carlista), se considera oficialmente el final de la Primera Guerra Carlista, el General carlista Cabrera continuó luchando en Cataluña y el Maestrazgo. Por lo que la guerra en Levante continuaba, aunque en ocasiones se trataba de pequeños ejércitos de bandoleros (trabucaires).

Imagen: El abrazo de Vergara, entre los Generales Espartero (cristino o isabelino) y Maroto (carlista). El convenio de Vergara puso fin a una guerra que supuso un derramamiento inútil de sangre joven, la ruina económica del país, y el derrumbamiento de la era industrial, es decir, supuso un retraso del país con respecto al resto de Europa.


Retrato del General isabelino Joaquín-Baldomero Fernández Álvarez Espartero, duque de la Victoria y de Morella y conde de Luchana

Retrato del General carlista Rafael Maroto, general del ejército carlista del País Vasco al final de la guerra.


La regencia de la reina madre María Cristina de Borbón empezó en 1833, sin embargo en el año 1840 el hecho de que ella aprobase una polémica ley emitida por el gobierno en la que a partir de la fecha, los alcaldes de los ayuntamientos serían escogidos por el propio gobierno y no por el pueblo, hizo que el partido progresista que estaba en la oposición se movilizase en contra de esa nueva ley, considerándola inconstitucional, y  buscasen apoyo entre la prensa, el General Espartero (vencedor de la Guerra Carlista y de ideología progresista) y el pueblo llano. Por ello, entre la gente del pueblo se crearon “Juntas Revolucionarias” que desafiaron la autoridad de la reina madre regente.  Ante este hecho conocido como la “Revolución de 1840”, la reina madre no tuvo más remedio que nombrar al General Baldomero Espartero como presidente del Gobierno, para apaciguar los ánimos, y como regente dejándole a cargo de sus dos hijas (Isabel II y su hermana Luisa Fernanda de Borbón); además no tuvo más remedio que exiliarse a Francia (Marsella) por no haber aceptado las condiciones que se le imponían y desde donde ella pensaba conspirar desde allí con mayor seguridad.

De ese modo empezó la regencia del General Espartero que duró apenas dos años (desde finales de 1840 a 1843) porque una parte de los progresistas no estaban de acuerdo con que únicamente gobernase Espartero, concentrándose todos los poderes en uno a modo de dictadura militar, y exigían la creación de una Junta Central formada por representantes de las Juntas Provinciales, además de que la regencia fuese llevaba por tres personas y no una sola.

En 1841, José estuvo de operaciones con su regimiento persiguiendo por la zona de Lérida las facciones carlistas del cabecilla  sacerdote Benito Tristany y de operaciones militares por el Valle de Arán, Tarragona, Tortosa y Reus.

Imagen: carabina con sistema de chispa y bayoneta usada en la Primera Guerra Carlista (1833-1839). (Museo de San Telmo)

Más tarde, con 27 años, estuvo de guarnición en Reus hasta el 2 de septiembre de 1842 y, después, fue destinado con su regimiento de guarnición a Valencia hasta final de mes porque en esa fecha fue destinado al Regimiento de Infantería de Saboya nº 6 que se encontraba en la zona de Barcelona.

A finales de 1841 y principios  de 1842, se produjeron en Barcelona alzamientos de Juntas Revolucionarias que se mostraban contrarias al acuerdo comercial que Espartero había hecho con los ingleses y que perjudicaba a la industria textil catalana. Por ello, Espartero con el ego consumido por el poder decidió sitiar la ciudad y bombardearla en 1842. Esta decisión  trajo como consecuencia la caída de la popularidad de Espartero y el final más tarde de su regencia y gobierno.

Noticia publicada el 9 de julio de 1842 donde se explica que José Arrando es ascendido a Sargento Primero y destinado al Regimiento de Saboya nº 6.

Revueltas producidas en Barcelona contra Espartero que provocaron el bombardeo de la ciudad (Revuelta de los madrugadores  "dels matiners")

Por ello, José como Teniente y su Regimiento de Infantería de Saboya nº 6 fueron llevados a Barcelona donde les ordenaron actuar bajo las órdenes del General Don Antonio Banchalén: el día 18 de septiembre, ante los tumultos organizados que perturbaron el orden en la ciudad; el día 16 de octubre en la defensa de “la Ciudadela” y el 17 bloquearon la ciudad hasta que ésta se rindió. Por su valiente comportamiento, José fue nuevamente recompensado con el ascenso al grado de Teniente, el 18 de enero de 1843.



Extracto del diario El Heraldo publicado el 27 de enero de 1843 donde se nombra el ascenso de José Arrando de Subteniente a Teniente. Esta misma noticia también se publicó idéntica en el diario El Constitucional el 9 de febrero


En mayo de 1843, su regimiento fue dirigido a la zona de Lérida, bajo las órdenes de Martín Zurbano, y de allí marcharon hacia Reus porque la ciudad se había levantado en armas contra Espartero. En mayo la ciudad había formado un movimiento revolucionario para derribar a Espartero, por ello el 11 de junio se creó una Junta Revolucionaria ciudadana, cuyo presidente era el propio General Prim. Ese mismo  11 de junio, las tropas del General Martín Zurbano cumpliendo órdenes del mismísimo  Espartero, entre ellos el propio José Arrando,  sitiaron la villa de Reus para bombardearla. Al final la ciudad recapituló y los revolucionarios  se rindieron. Años más tarde cuando cayó el poder de Espartero, el nuevo gobierno la otorgó a la ciudad el título de “Ciudad Esforzada” y a Prim el de Conde de Reus. Después de la rendición de la ciudad el Regimiento regresó a Lérida.

A finales de julio su Regimiento fue destinado a la provincia de Castellón con las órdenes de perseguir a los cabecillas carlistas Groch y Lacoba, tras lo cual regresaron nuevamente a Lérida.

Ese mismo año la sublevación popular, conocida como “alzamiento nacional”  se extendió en Cataluña, Andalucía, Galicia, Valencia y Zaragoza en contra de Espartero. Por lo que éste no tuvo más remedio que huir del país desde Cádiz en el crucero británico “Meteor” para exiliarse en Londres. Y, para acabar con la regencia definitiva de Espartero, el nuevo gobierno decidió adelantar la mayoría de edad de la reina Isabel II que tan solo tenía 13 años.
Retrato de Isabel II de Borbón a los 15 años.


Cuando se produjo este  llamado “Alzamiento Nacional”, José se encontraba en Lérida  y por haberse adherido a él, más tarde, el 21 de agosto de 1843, fue ascendido nuevamente con el grado de  Capitán. 

El 1 de enero de 1844 su Regimiento marchó desde Lérida a Valencia y desde allí hasta Alicante y Murcia, bajo las órdenes del General Federico Roncali, para reprimir la insurrección de los que se habían sublevado en estas dos ciudades. Para ello, primero bloquearon la ciudad de Alicante, el día 27 de febrero, hasta que ésta se rindió y luego bloquearon la ciudad de Murcia, el 17 de marzo. Posteriormente, fueron a Cartagena donde permanecieron de guarnición hasta junio del siguiente año. En este viaje, al pasar por Onda, visitó a su hermano Bautista que vivía en la calle de San José nº 24.

En Junio de 1845, su regimiento fue de nuevo destinado de guarnición a Lérida, donde José había conocido a  la que sería su futura mujer, Carmen Vilella y Font, nacida en Balaguer (Lérida), pero que creemos que vivía en la capital leridana con sus padres. Por ello, José solicitó una licencia para poder casarse con ella; licencia que le concedió el día 4 de diciembre el Monte Pío Militar, a los 30 años de edad, siendo él Capitán graduado. (Noticia que se publicó en varios periódicos o revistas de la época).

Noticia publicada el 10 de diciembre de 1845 en el diario El Espectador  informando de la licencia que se le otorgó para poder casarse . Esta misma noticia se publicó idéntica en los diarios El Español y El Clamor Público el día 9 de diciembre.

Con ella, José tuvo tres hijos: María del Carmen, Josefina y Emilio. (Más adelante hablaremos brevemente de la vida de sus hijas en otro capítulo; la de su hijo Emilio ya se trató en su momento). No sabemos en qué momento, pero José a lo largo de su vida instaló varias viviendas para su familia: la primera fue en Onda en la zona del Pla, donde antes estaba situada las oficinas de Correos y más tarde un comercio llamado Ecocas. Creemos que también tuvo una vivienda en Aranjuez y otra en Toledo. Su última residencia, comprada ya en su vejez, fue en Madrid en la calle Montera número 4. 


Fin de la primera parte

         Lupe



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