Mostrando entradas con la etiqueta Q) Curiosidades sobre lo que ocurrió tras la muerte del General Arrando. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Q) Curiosidades sobre lo que ocurrió tras la muerte del General Arrando. Mostrar todas las entradas

jueves, 31 de octubre de 2013

19.- Curiosidades sobre lo que sucedió tras la muerte del Teniente General Arrando


Curiosidades sobre lo que sucedió tras la muerte del Teniente General Arrando

 

Hace tiempo que quiero hacer un pequeño añadido al capítulo del General Arrando explicando lo que sucedió tras su muerte, pero, por falta de tiempo, no puedo redactarlo adecuadamente (se intentará más adelante). Así que me desquito para quédame más tranquila explicando de manera más informal  algunas anécdotas que sucedieron tras su muerte y algunas observaciones de mi cosecha.
 
Al parecer el General había amasado una fortuna (no sabemos si pequeña o mediana) a base de tierras, casas, dinero, prestigio, contactos y pensiones recibidas por cada una de las súpermedallas y condecoraciones de máximo rango militar, así como su sueldo de diputado, senador y pensión militar de Teniente General. Aunque el tema de la herencia no está muy claro, sabemos que su hija mayor, M del Carmen, que era viuda, ganaba  la nada  despreciable suma de 5000 pesetas anuales  en concepto  de huérfana de su heroico padre (cobrada a partir del 21 de noviembre de 1899).  Suponemos que,  a su vez,  su madre también ganaría una buena suma por ser su viuda. Su hija menor, Josefina, casada con Eduardo García de Oñativia también disfrutaba de una posición bastante acomodada ya que su marido era médico, abogado, militar además de político.

 


Extracto del Diario Oficial del Ministerio de la Guerra del 23 de noviembre de 1899.



Eduardo García de Oñativia, nació en Philadelfia (Estados Unidos) en julio de 1869, aunque era hijo de militar español que ostentaba un alto cargo para el ejército español (algo parecido a un embajador o Gobernador militar  o algo así en Nueva York). Éste era hijo de Coronel y nieto de Coroneles por ambas líneas (tanto la materna como la paterna), es decir militar de alto abolengo por los 4 costados. Además, tanto él como su esposa tenían fama de hacer generosas donaciones a la Iglesia y, por ello, el mismísimo Papa de Roma, León XIII, le concedió el título de Conde de Oñativia por cesión papal el el 29 de mayor de 1891, (título que se hizo entrega en una carta redactada en italiano con el sello papal  y que llevaba adherida la condición de que no se pudiera heredar a sus descendientes). De su carrera política cabe destacar que, tras la muerte de su suegro, ocupó el cargo de diputado a Cortes que el propio Teniente General Arrando había ocupado anteriormente. Como hecho curioso cuando murió Eduardo, (el 7 de marzo de 1900) , la casa mortuoria desde la cual salió su  féretro hacia el Cementerio Sacramental de San Lorenzo y San José se hallaba en la Calle General Arrando (una de las calles de Madrid , más nobles y lujosas de la época).

retrato de Eduardo García de Oñativia a los 12 años. Foto tomada en 1881 en el estudio fotográfico Antonio García de Valencia.

 Pues bien, parece ser que su mujer, Josefina, o ambos decidieron solicitar a  la reina regente, Mª Cristina (viuda de Alfonso XII y madre de Alfonso XIII) que se le concediese la gracia de que ese mismo título de Conde fuese válido en España. Cosa que la reina concedió el 12 de diciembre de 1891, tras pagar los derechos de uso para España, pero lo hizo  con dos condiciones: por un lado, que no fuese heredable y que no pudieran cobrar por él ninguna cantidad anual como el resto de los nobles hacían.


Extracto del libro “Relación de títulos vacantes ” de Ediciones Hidalguía.
 

Al parecer las hijas del General se discutieron por el lugar dónde debían reposar los restos mortales de  su padre. El General ya había sido enterrado en Madrid, pero su hija mayor, M del Carmen, mandó construir en Onda en 1902  un panteón familiar para ella y para toda su familia, con la esperanza de trasladar  el féretro de  su padre hacia su tierra natal. Sin embargo, tanto su hermana menor como su madre se opusieron y ello conllevó la discusión de las hermanas.

 Josefina se quedó viuda en 1900 y en 1902 solicitó a la reina una pensión de huérfana de su padre, tal y como ya disfrutaba su hermana mayor, ya que no cobraba viudedad de su marido Eduardo.  La respuesta de la reina regente fue clara, a partir de esa fecha la cantidad que recibía su hermana, M del Carmen se repartiría a partes iguales.

 


Extracto del Diario Oficial del Ministerio de la Guerra del 16 de marzo de 1902.



Más tarde, el 22 de junio de 1912, Josefina (a la que le sabía poco ser Condesa viuda de Oñativia) volvió a solicitar a la reina otro favor: el que se le concediese a su padre, ya difunto, el título póstumo de Marqués de Arrando y que fuese ella la que lo heredase directamente. Sin embargo, la reina no accedió a su súplica considerando que no tenía  sentido considerando que su padre estaba ya difunto. Por otro lado, ella no tenía herederos que lo pudiesen heredar y su padre  ya había rechazado anteriormente el título de Marqués de la Junquera. O sea, que jamás existió tal título de Marqués de Arrando y el de Conde de Oñativia desapareció con la muerte de Eduardo.

 




Extracto del libro “Relación de títulos vacantes”.  Los expedientes de ambos títulos se conservan en el archivo del Ministerio de Justícia, sección notables.

  

 

 
 Lupe