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domingo, 30 de junio de 2013

9.- Vida de Francisco Arrando Cutanda. Parte II (de 3)

(Nota: se recomienda leer antes la Parte I del capítulo de su vida)

Vida de Francisco Arrando Cutanda. Parte II

 “El tercer y último ayudante familiar del general Arrando” “Caballero de la Real Orden de San Hermenegildo”

Desde el 1 de junio de 1881 desempeñó la comisión de ayudante de campo del que era entonces Mariscal de Campo  José Arrando Ballester hasta finales de enero de 1887. Por lo que sabemos el Teniente General Arrando era un hombre familiar al que le gustaba tener como ayudante a miembros militares de su propia familia, por ejemplo: su primer ayudante familiar fue su propio hijo, el Teniente Emilio Arrando Vilella; su segundo ayudante fue el Alférez Emilio Arrando Ballester y su tercer ayudante fue Francisco Arrando Cutanda, cuando tenía el grado de capitán por mérito de guerra, pero oficialmente era Teniente.

El 1 de julio de 1887, estando en Valencia, fue elegido cajero de su Batallón; y desarrolló esa comisión un año entero, hasta junio del siguiente año. 

El 7 de enero de 1888, fue escogido como vocal para formar parte del tribunal del examen de lenguas vivas para empleados del ejército de Sanidad Marítima, debido a que hablaba francés y había realizado cursos de alemán. Estas pruebas se realizaron en el Instituto de Segunda Enseñanza de Valencia desde el 3 de junio hasta el día 27.

En esa época, Francisco, con 35 años, dirigía una academia militar (Colegio preparatorio) particular de enseñanza. Y amplió el número de plazas destinadas a hijos de jefes de oficiales al número de 8 plazas permanentes. Este hecho le valió el agradecimiento del propio Capitán General del Distrito de Valencia ya que era una forma de garantizar los estudios a los hijos de los oficiales que quisieran continuar la carrera de sus padres y ayudarles a ingresar posteriormente en la Academia Militar General. Algunas veces estas “academias” existían en algunas capitales a modo de club o casino militar, como lugar de reunión, de lectura o conversación  en el cual también se practicaba esgrima. Otras veces eran colegios preparatorios que impartían los conocimientos necesarios para adquirir el bachillerato, además de instruirse en el espíritu de “caballerosidad” que debía reinar entre los oficiales. 

A partir del 25 de agosto desempeñó las comisiones de ayudante y de abanderado de su Batallón hasta fin de año. Además de ser nombrado por necesidad urgente como jefe  del detall, durante los meses de septiembre y octubre.  El detall es un archivo u oficina militar que tramita los asuntos ordenados por el director y dirige las labores propias del servicio interno del Batallón. Al frente del detall se encuentra un jefe que es el ayudante inmediato del director del Batallón. Por ejemplo, el jefe del detall firma que todas las anotaciones del expediente militar personal de cada soldado sean ciertas y correctas.

El 25 de marzo de 1889, Francisco fue destinado al cuadro de Reclutamiento de la zona de Valencia nº 22, incorporándose el 1 de julio. Y durante todo este año continuó desarrollando la comisión de ayudante y abanderado de su Batallón.

El 24 de mayo de 1890, fue destinado al Regimiento de Infantería de Mallorca nº 13 que se encontraba en Valencia. Dicha noticia se publicó el 25 de agosto en el periódico El Correo Militar. 
Noticia publicada en El Correo Militar el 25 de agosto de 1890 con su destino al Batallón de Mallorca nº 13.

El 22 de noviembre, participó, al igual que su hermano Emilio, en las labores de ayuda durante la epidemia de cólera de 1890.  Esta epidemia se originó en un pueblo del valle de la Albaida, llamado Puebla de Rugat. Las autoridades tomaron medidas urgentes para evitar la propagación como: se crearon comisiones médicas (Junta municipal y provincial de Sanidad), se emitieron bandos para informar a la población, se acordonaron pueblos enteros, se aislaron a familias enteras,…  Y el ejército intervino para asegurar las labores de aislamiento de las zonas afectadas y prevención de los pueblos cercanos. Sin embargo, no se puedo evitar que la epidemia se propagase rápidamente hasta llegar a la capital, Valencia; aunque afortunadamente apenas afectó a las provincias vecinas de Alicante y Castellón.
Mapa epidemiográfico de la epidemia de cólera que afectó al Levante español en 1890. En color más oscuro se pueden ver las zonas afectadas.

Después de las labores realizadas durante la epidemia, Francisco continuó de guarnición en Valencia el resto de ese año y del siguiente. 

El 1 de julio de 1891, Francisco fue elegido habilitado de su Regimiento, tarea que desempeñó también durante el siguiente año.

El 10 de mayo de 1892 fue nombrado Caballero de la Real Orden de San Hermenegildo al serle concedida la Cruz sencilla de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo con la antigüedad del 27 de febrero. Tenía 39 años.
Izquierda: Cruz sencilla de San Hermenegildo. Derecha: Noticia del periódico El Correo Militar con la concesión de la Cruz Sencilla de San Hermenegildo.

En abril de 1892, Francisco abre una nueva academia o círculo militar llamado Vivac Militar. Esta academia se encontraba en Valencia en la primera planta de un edificio de la Plaza de la Reina, encima del café de La Paz.
Arriba izquierda: La correspondencia de España. Madrid, martes 23 de febrero de 1892. Noticia que informa que en abril se inaugurará el círculo militar llamado Vivac militar. Este parece ser más un club o sociedad de oficiales que un colegio preparatorio.
Derecha: Plaza de la Reina y Calle de la Paz (Valencia). Café de La Paz.
Abajo: La correspondencia de España. Madrid, jueves 21 de abril de 1892. Inauguración de la sociedad Vivac Militar.

El 20 de junio, se le concedió una licencia de un mes de duración para tratar asuntos propios en Madrid y Toledo. Dicho permiso empezó el día 7 de julio y finalizó a finales de mes cuando Francisco se reincorporó a su Regimiento que estaba en Paterna por decisión propia sin haberlo finalizado. 

El 5 de agosto de 1892, Francisco marchó en ferrocarril con su Batallón, bajo las órdenes del Coronel Enrique Cialdini, para prevenir que se pudiese alterar el orden público en esta región. Por ello, recorrieron la capital y los pueblos de Librilla, Alcantarilla, Alhama, Totana, Mazarrón y Lorca. Cuando terminaron esta misión volvieron a Paterna el día 21 del mismo mes.

El 17 de septiembre, Francisco ascendió a Capitán de Infantería y fue destinado el  día 21 a la zona militar de Valencia nº 37 a la que se incorporó el 1 de octubre.

En agosto de 1893, pasó al Regimiento de Reserva de Montenegrón nº 84, que era de nueva creación y que se hallaba igualmente en Valencia, porque se decidió disolver su anterior tropa. 

El 26 de marzo de 1895 fue ascendido a Comandante de infantería. 

El 22 de septiembre de 1897, fue destinado a la zona de Madrid nº 59. Pero, cesó en su destino, el 25 de diciembre de ese mismo año, al ser nombrado Ayudante de Campo del Capitán General de la Isla de Puerto Rico  que estaba en pre-estado de guerra (debido  a las tensiones con los Estados Unidos) y desde donde se dirigían operaciones de vigilancia de costas así como las órdenes de la guerra contra los cubanos insurrectos que ansiaban de nuevo la independencia. Por ello, partió a finales de diciembre a bordo del vapor Buenos Aires y llegó a Puerto Rico el 11 de enero de 1898. Francisco tenía 44 años.
Publicado en El Correo Militar el 28 de diciembre de 1897.

Imagen: Vapor Buenos Aires

Sin embargo ese mismo enero, nada más llegar a Puerto Rico, el Capitán General de Puerto Rico, Andres González Muñoz, falleció de un ataque al corazón después de jurar su cargo y, por ello, Francisco cesó en su cargo y quedó en la capital, San Juan de Puerto Rico, en calidad de comisión hasta que  se dispuso que continuase en ese mismo destino en calidad de ayudante del nuevo Capitán General, Manuel Macías y Casado.
Imagen: Foto del entierro del Capitán General de Puerto Rico, Don Andrés González Muñoz, quien precedió al General Manuel Macías, tomada el día 12 de enero de 1898 en San Juan. Las tropas eran, al parecer, las de los Batallones Principado de Asturias o Provisional. El cortejo fúnebre marcha por la Calle del Cristo. En la foto se puede observar lo que entonces era el Convento de las Carmelitas (con 2 torres gemelas) y hoy es el Hotel El Convento y al fondo de la calle la iglesia San José. El general Andrés González Muñoz llegó a Puerto Rico a bordo del vapor Buenos Aires en enero de 1898 con el encargo de implantar la Carta Autonómica, pero en la tarde del día que jura su cargo, 11 de enero de 1898, fallece de un ataque al corazón. El general González había servido en Puerto Rico anteriormente en 1892 como Segundo Cabo (el segundo al mando después del Capitán General o Gobernador) y como Gobernador interino por 19 días en 1895.

Para que nos hagamos una idea de la dureza de la vida en Cuba durante la guerra, especialmente para los no oficiales haremos un cálculo general de los soldados españoles que murieron entre 1895 y 1898 en la Guerra Hispano-Americana (Puerto Rico, Cuba y Filipinas). En total murieron 2 generales, 581 oficiales y 55.078 soldados. De entre los cuales murieron:
Por motivos de guerra murieron: 1 general, 60 oficiales y 1.314 soldados
Por heridas: 1 general, 81 oficiales y 704 soldados.
Por fiebre amarilla: 313 oficiales y 13.000 soldados
Por otras enfermedades: 127 oficiales y 40.000 soldados.
Durante la travesía: 60 soldados.

Estos datos demuestran que lo peor de las guerras en ultramar, tanto la de los 10 años como la  de la independencia cubana, no fueron en sí los combates  que se libraron sino las difíciles condiciones de vida y sanitarias en las que se encontraban los soldados. (Datos extraídos del libro “Historia política de la España Contemporánea” de Fernández Almagro).

El 1 de abril,  Francisco cesó en su cargo de Ayudante de Campo al ser destinado al Batallón Provisional nº 3. Y se dirigió a San Juan, la capital, en la que estuvo de guarnición hasta el día 17. Después se dirigió al pueblo de Fajardo a mandar dos destacamentos compuestos por dos compañías del Batallón. El día 22 se declaró el distrito en el que se hallaba en estado de guerra, por lo que estuvo desempeñando su cargo de Comandante de Infantería de las dos compañías con la orden de vigilar la costa para impedir los desembarcos de barcos estadounidenses en la zona de Cuba. 

En 1898, Estados Unidos intervino en la Guerra de la Independencia de Cuba, no en vano llevaba mucho tiempo intentando expansionarse en la zona del Caribe (era una época donde ser una gran potencia era sinónimo de colonialismo). Y  la rebelión cubana (en contra de la esclavitud y del trato recibido por España) y la oposición al colonialismo español fue el pretexto que Estados Unidos necesitaba para intervenir en la zona a favor de su política expansionista. Por ello, en febrero de 1898 el presidente estadounidense McKinley ordenó el envío del acorazado Maine, el más moderno de su clase, a la capital de Cuba para proteger a los cubanos. Sin embargo, el día 15 de febrero fue hundido por una explosión de origen desconocido. Como consecuencia, el 20 de abril, EEUU envió una nota de ultimátum a España dándole un plazo de 3 días para que evacuara  la isla. Pero, el Gobierno español, herido en su orgullo propio, amenazó con la guerra. Por ello, el día 25 de abril, EEUU declaró formalmente la guerra a España y el país se vio inmerso en una nueva guerra que no necesitaba, ni deseaba, ni tenía la capacidad de asumir debido a la inestabilidad del país y a su debilidad como consecuencia de las múltiples guerras existentes por las que había pasado en las últimas décadas. 

Foto del acorazado Maine, el más moderno y avanzado de su época.
Imagen: Izquierda: El acorazado USS Maine entrando en la bahía de La Habana. Derecha: Los restos Maine tras su hundimiento.

La Guerra Hispano-Estadounidense en Puerto Rico comenzó el 12 de mayo de 1898. A finales de abril, la flota norteamericana del Atlántico había recibido órdenes de interceptar la flota española  al mando de los Almirantes Pascual Cervera y Topete (compuesta por dos barcos: el buque Vizcaya y el crucero Cristóbal Colón). Cervera había zarpado de España rumbo a Cuba para dar apoyo a las fuerzas españolas en la isla. El 12 de mayo, los norteamericanos llegaron a San Juan y bombardearon la ciudad pensando desacertadamente que las tropas del Almirante Cercera se encontraban allí. 
Puerto de San Juan, 1898. Los portorriqueños dan la bienvenida a los barcos y tropas estadounidenses.

Puerto de San Juan bombardeado por los barcos estadounidenses.
Los daños infligidos a la ciudad fueron pocos. Sin embargo los estadounidenses lograron establecer un bloqueo  en la bahía de la capital. A finales de mayo, los dos barcos españoles lograron llegar sin ser detectados a la bahía. Pero, superados en número y fuerzas, fueron destruidos. No en vano los barcos norteamericanos eran mucho más modernos y avanzados.
Iglesia de San José bombardeada por los norteamericanos en San Juan de Puerto Rico.

Los dos barcos españoles fueron eliminados al ser uno hundido y el otro embarrancado por su tripulación debido a una densa niebla. Cerca de 500 españoles murieron la mañana del 3 de julio. Este se convirtió en  uno de los días negros en la historia de la Marina española y supuso el detonante del final de la guerra.
Imagen: Restos del Buque español Vizcaya después del ataque norteamericano

Imagen: Crucero español Cristóbal Colón. Éste fue enviado al Caribe sin su artillería principal y fue embarrancado por su tripulación durante la batalla de Santiago.

Esta batalla entre los barcos de EEUU y los españoles, conocida como la “Batalla de Santiago” fue librada a principios de julio de 1898 y constituye una de las muestras más claras del desigual combate que libraron españoles y norteamericanos.

El 25 de julio, el General Nelson A. Miles desembarcó en Guánica, con 3.300 soldados; comenzando así la ofensiva terrestre. Las tropas de EE.UU encontraron resistencia a comienzos de la invasión. La primera escaramuza entre los estadounidenses y las tropas españolas y puertorriqueñas se produjo en Guánica, y la primera resistencia armada se produjo en Yauco en lo que se conoce como el Combate de Yauco. Este encuentro fue seguido por los combates de Fajardo (donde combatió Francisco),  Guayama, Coamo, y por el Combate del Asomante.
El General Nelson A. Miles en Puerto Rico Durante la Guerra Hispano-Americana en  Puerto Rico.

Soldados americanos disparando desde el monte El Asomante.

1998. Soldados españoles en Puerto Rico durante la Guerra Hispano-Americana.
El 9 de agosto de 1898, la guerra se decantó parcialmente a favor de los españoles ya que las tropas norteamericanas que perseguían las unidades españolas de Coamo encontraron fuerte resistencia en Aibonito y se retiraron al resultar heridos seis de sus soldados. No obstante, regresaron tres días más tarde reforzados con unidades de artillería. En un ataque sorpresa, el fuego cruzado confundió a los soldados estadounidenses que dijeron haber visto refuerzos españoles cerca. En esta acción perdieron los estadounidenses 2 oficiales heridos, 2 soldados muertos y 3 heridos, un total de 7 bajas; los españoles 1 ó 2 heridos.

Un grupo de portorriqueños convencidos de que Puerto Rico podría ganar su independencia se sublevaron y proclamaron la república de Puerto Rico.

El final de la guerra llegó el 13 de agosto, después de que el Presidente William McKinley y el embajador francés Jules Cambon, en representación de España, firmasen un armisticio donde España renunció a su soberanía sobre los territorios de Cuba, Puerto Rico y Filipinas (Conocido como el tratado de París).
Parlamentarios de ambos bandos. Final de la guerra.
Por toda esta sucesión de conflictos, el día 10 de junio de 1898, Francisco fue destinado a La Carolina. El 1 de agosto salió con sus hombres hacia Río Grande y el  día 6 del mismo mes salió de nuevo hacia Fajardo con una columna dirigida por el Coronel Pedro Pino, porque habían avistado el desembarco de tropas norteamericanas estadounidenses en el Faro de Cabezas de San Juan, el día 4. 
Carretera principal de Puerto Rico
Faro de Cabezas de San Juan (Puerto Rico)

El día 7 de agosto, llegaron a Fajardo sin hallar resistencia y se apoderaron del pueblo. En la noche del día 8, con una compañía de su Batallón, atacó el faro que se hallaba en poder del enemigo y después de un intenso fuego de fusilería por ambas partes y de sufrir los potentes cañonazos de los modernos buques estadounidenses, tuvieron que marcharse en retirada.

El día 9, después de que las tropas americanas reembarcasen, marchó de nuevo a La Carolina mandando el destacamento hasta el día 5 de septiembre.

Esta guerra fue considerada más tarde como el desastre del 98, porque acabó, tras el tratado de París, con la independencia de Cuba y, en consecuencia, con el fin del Imperio español y el inicio de la guerra en Filipinas entre EEUU y España. Tras ella se sucedieron en España una serie de cambios territoriales en cadena. España perdió Cuba (cosa que fue la antesala para la pérdida del resto de  colonias en Sudamérica y Centroamérica y cedió los territorios de Guan, Puerto Rico y Filipinas a EEUU por 20 millones de dólares. Y Estados Unidos por ello se convirtió en una potencia colonial.
Tropas estadounidenses en la capital de Cuba 


Tropas estadounidenses acampando en el centro de La habana

El 5 de septiembre de 1898, Francisco  se incorporó con sus hombres a resto del batallón en San Juan de Puerto Rico donde  continuó hasta el 2 de octubre que embarcó para la península en el vapor “Isla de Panay” con todo su Batallón; zarpando del puerto el 3 y desembarcando en  Cádiz el 14.

España había perdido la guerra. Y por ello, se licenció con un permiso de dos meses a todos los hombres del regimiento con pleno sueldo.

Francisco se fue a Valencia, donde creemos que estaba su hogar y  fue nombrado profesor de la Academia Preparatoria de Sargentos de Sagunto de la 3º Región establecida en dicha capital.

En aquella época el territorio español estaba dividido en 8 regiones militares, 2 comandancias generales y 2 capitanías generales. La tercera región comprendía: Valencia, Castellón, Alicante, Murcia y Cuenca.
Imagen de los distritos y regiones militares 1898
 El 13 de marzo de 1899, se le concedió la Cruz Roja de 2ª clase del Mérito Militar  pensionada en vez de la de sin pensión que se le había otorgado anteriormente  en Puerto Rico.

Desde su vuelta a la península, Francisco continuó en Valencia como excedente del ejército y como profesor de la Academia de Sargentos de Sagunto hasta diciembre de 1900 en que fue destinado al Regimiento de infantería de Aragón nº 21 que operaba en Zaragoza.

El 4 de junio de 1899 fue de nuevo nombrado jefe del detall provisionalmente por defunción del anterior jefe del mismo.
Extracto del Diario Oficial de la Guerra publicado el 4 de junio de 1899, en él se solicita a la Reina Regente (madre de Alfonso XIII), al Ordenador de pagos de Guerra y al Capitán General de Valencia  que se indemnice la comisión que realizó Francisco provisionalmente como jefe del detall del Batallón Provisional de Puerto Rico que fue disuelto a su llegada a España. 


A los 48 años, el 14 de febrero de 1901, Francisco se marchó a Teruel hasta el 24 de julio para participar en unas jornadas ordinarias. Después volvió con su Batallón a Zaragoza hasta el 1 de diciembre en que se le concedió una licencia para pasar las pascuas navideñas con su familia en Valencia.

Cuando acabó su licencia que se incorporó al cuerpo en Zaragoza hasta el 2 de agosto que marchó a Villavieja de Nules (Castellón) y Paterna (Valencia) para disfrutar de 2 meses de licencia por estar enfermo.

El  3 de julio de 1901, se le concedió la Placa de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo y fue destinado de nuevo a la 3ª Región en situación de excedente.
Placa de San Hermenegildo concedida en 1901
En octubre de 1901 formó parte como vocal de una junta del pueblo de Fanzara (lugar donde creemos que vivía su padre) que pertenecía al obispado de Tortosa para organizar una peregrinación nacional hacia el Pilar de Zaragoza.

En 1903, se le concedió la Medalla conmemorativa de Alfonso XIII, creada en 1902 con motivo de la jura del nuevo monarca.
Medalla conmemorativa de Alfonso XIII concedida en 1903.

Lupe