lunes, 29 de enero de 2018

Vida de Don Pedro de Arrando

PEDRO DE ARRANDO

UN CONTADOR REAL. COETÁNEO DE CERVANTES

Hemos encontrado un dato de otro antepasado. Esta vez se trata de Don Pedro de Arrando (contador del tesoro real, nacido muy probablemente en Valladolid entre 1545 y 1585).
 
En aquella época, Irlanda e Inglaterra estaban en guerra. Era tal la animadversión que existía entre ambos países que en el año 1600 algunos emisarios irlandeses pidieron ayuda al rey de España, Felipe III, y a cambio le ofrecían el trono de Irlanda. No olvidemos que los irlandeses sentían una mayor afinidad con los españoles que con los propios ingleses ya que ambos países eran católicos.
 
Inmediatamente después, el Rey, Felipe III, mandó a Irlanda una embajada encabezada por Martín de la Cerda para que negociasen con los 60 jefes locales. El resultado de estas negociaciones fue que estos 60 jefes reconocieron y juraron al Rey Felipe III como su propio rey.
 
Felipe III
 
Como se había acordado, el 3 de septiembre, el Rey mandó hacia Irlanda la famosísima "Armada Invencible", una flota compuesta por 35 navíos y unos 4.500 hombres al mando del Maestre D. Juan del Águila, veterano de los tercios de Flandes. De todos es conocida como acabó la susodicha flota tras toparse con una gran tormenta a mitad de su viaje. De los 35 navíos, 8 se vieron obligados por el temporal a retroceder hacia España y refugiarse en El Ferrol, restando munición y fuerzas a las tropas invasoras.

(Como curiosidad, el propio Miguel de Cervantes actuó como comisario de provisiones para abastecer a la "Armada Invencible")
 
La Armada invencible
 
 
El resto de los navíos españoles llegaron el 2 de octubre al puerto de Kinsale (Irlanda).
 
Supuestamente la historia oficial cuenta que Irlanda sólo fue española durante dos meses, debido a varias cuestiones:
 
* Por un lado, varias  tempestades desfavorecieron a los navíos españoles que vieron maltrechas y disminuidas sus fuerzas;
 
*Y, por otro lado, supuestamente la guerra terminó cuando un tal Mac Mahon, lugarteniente irlandés, borracho alcohólico redomado, viendo que no le quedaba whisqui para emborracharse a sus anchas, decidió pasarse al campo enemigo a pedir una botellas y, a cambio del preciado licor, (suponemos que estando ya como una cuba), les sopló todo el plan de ataque español-irlandés a los ingleses.
 
 
El plan hispano-irlandés era infalible. Consistía en atacar a los ingleses con todas las fuerzas con las que se contaba desde dos direcciones opuestas (por un lado, el ejército español de los tercios de Irlanda y, por el otro el irlandés apoyado por 200 soldados españoles).
 
 
 
La cuestión es que los ingleses habían sufrido muchas bajas y deserciones, por lo que la victoria hispano-irlandesa estaba casi asegurada (imaginaos cómo hubiera cambiado la historia mundial si Irlanda y España hubieran estado unidas bajo una misma nación).
   
Antiguo mapa de la Batalla de Kinsale
 
Sin embargo, cuando el 4 de enero de 1602 las tropas de los tercios de Irlanda atacaron, se dieron cuenta que estaban vendidos y que el enemigo conocía muy bien sus planes de forma anticipada. Por lo que la victoria cambió de bando.
 
Placa conmemorativa de la Batalla de Kinsale (Irlanda)
 

Sello irlandés conmemorativo de la Batalla de Kinsale

El día 12 de enero, tras 104 días en tierras inglesas, Juan del Águila capituló. Él y los 1800 soldados españoles que quedaban con vida debían entregar los castillos que les habían cedido los irlandeses y abandonar el país. Sin embargo, apenas dos días más tarde llegaron barcos con refuerzos desde España, barcos que volvieron a La Coruña sin desembarcar.

Al volver las tropas españolas hacia España, desembarcaron en La Coruña y es aquí donde interviene nuestro antepasado.
 
El Rey, Felipe III (cuya corte real estaba por entonces en Valladolid), el 17 de marzo de 1602, mandó escribir una carta a Don Pedro Mejías de Tóvar, su tesorero Real general y caballero de la orden de Santiago. En ella, le mandó que extrajese de sus arcas 15 mil ducados (que equivalían a 5 cuentos y 625 mil maravedís) para que fuesen llevados a La Coruña y entregados al Gobernador de Galicia, el Conde de Caracena, para socorrer a las tropas españolas.
 

 
Palacio Real de Valladolid donde vivía Felipe III

Escalinata interior del palacio
 
Y por ello, el Rey mandó que se extrajese el dinero delante de los contadores reales (contadores de la razón) que poseían una de las 3 llaves que formaban las cerraduras del tesoro de la Hacienda Real y que, si no se encontraba el total del dinero en ese arca, fuese sacado el importe de otras arcas reales en presencia de los contadores  del tesoro real.
 
Pues bien, nuestro Don Pedro de Arrando fue uno de esos escribanos contadores del tesoro real de Felipe III que recibieron la orden real (cédula)  (tomaban la razón)  y que, siguiendo sus indicaciones, abrieron las arcas reales (suponemos que en el propio palacio) con las 3 llaves  para reunir los 15.000 ducados que debían ser llevados a La Coruña y administrados por el Gobernador de Galicia con el fin de auxiliar a las tropas que volvieron derrotadas de la Batalla de Kinsale.
 
En el libro, "the Battle of Kinsale", se recoge tanto la historia de la batalla como las trascripciones de los documentos y las cartas que se intercambiaron entre el Rey (escritas por su secretario escribano) y otros muchos caballeros.
 
 
En los anexos de dicho libro se recoge en las páginas 575-576 tanto la carta mandada escribir por el Rey como las actuaciones de los contadores que dieron fe del dinero al contarlo.
 
Transcripción de la carta de Felipe III. Extraída de la página 575 del libro "The Battle of Kinsale"
 

Transcripción de la carta de Felipe III. Extraída de la página 576 del libro "The Battle of Kinsale"
 
 
 
 

 Enlace de la Biblioteca Virtual de Defensa donde se muestra el libro "The Battle of Kinsalke" escrito en inglés con las transcripciones de los anexos en castellano:
http://bibliotecavirtualdefensa.es/BVMDefensa/i18n/consulta/registro.cmd?id=15177
 



viernes, 5 de enero de 2018

Vida de Salvador Pascual Arrando

VIDA DE SALVADOR PASCUAL ARRANDO:

UN PINTOR CON SOLERA



¡Nos vamos de boda!

Salvador Pascual Arrando nació en Valencia, en el año 1895.

Su padre, Salvador  Pascual Puchades, que era natural de Valencia, era jornalero.Y su madre, Carmen Arrando Solsona, nacida en Sot de Ferrer (Castellón) era ama de casa.

El matrimonio valenciano era pobre y tenían ya 5 hijos pequeños, más una sobrina materna a su cargo; por ello, la familia se fue a vivir como jornaleros a la provincia de Córdoba para poder trabajar la tierra y ganarse la vida como humanamente pudiesen.

Tras el nacimiento de su 5º hijo en Lora del Río (Sevilla), la familia vivió durante varios años en un Cortijo  del Arenal (Córdoba) donde ya trabajaban otras dos familias de jornaleros.

Tras el nacimiento del quinto hijo, tuvieron un sexto, en esta ocasión una niña a la que llamaron Rosario. Y eso suponía otra boca más que alimentar.

En total, la familia estaba formada por nueve miembros:

* Salvador Pascual Puchades: el padre, (nacido aprox. en 1868),
* Carmen Arrando Solsona: la madre, (nacida aproximadamente en 1870),
* Salvador: el hijo primogénito (nacido en Valencia en 1895)
* Pilar: la hija mayor, nacida en Valencia aprox en 1903,
* Dolores: nacida en Valencia aprox. en 1904,
* Vicente: nacido en Valencia aprox en 1906,
* José Mª: nacido en Lora del Río aprox. en 1909
* Rosario, la pequeña, cuya fecha de nacimiento no conocemos aún.
* Y finalmente, Carmen Villaba Arrando, hija de una hermana fallecida de la madre, nacida en Valencia aprox en 1901.

Imagen del censo de población de la provincia de Córdoba de 1913.



Desde muy joven Salvador Pascual Arrando, que era el primogénito, tuvo que trabajar duramente la tierra como un jornalero más para poder ayudar a sus padres a alimentar tantas  bocas; aunque debido a su joven edad ganaba 50 pesetas menos que cualquier adulto (mientras un adulto ganaba 200 pesetas anuales, él ganaba 150 con 17 años).


Imagen del censo d epoblación de la provincia de Córdoba de 1915.

Suponemos que la vida en el cortijo no era fácil  ni cómoda, sin embargo el destino le sonreía porque Salvador  tenía un don especial: tenía cualidades artísticas. Por eso, de mayor, Salvador, se convirtió en un notable pintor.

Con el tiempo, el joven Salvador se fue haciendo un nombre en el mundo artístico y se fue codeando con terratenientes, ganaderos, industriales y gente de la burguesía andaluza.

Con 27 años se casó en Sevilla con Luisa Rojas de la Vega, hija del industrial ganadero José Rojas Vilches. El enlace tuvo lugar en julio de 1922 y éste se publicó en el ejemplar número 30 de la revista de la prensa rosa de la época la "Semana Gráfica" de Sevilla.


Portada de la Revista "Semana Gráfica" de Sevilla publicada el 22 de julio de 1922.



En su interior la revista se hacía eco de la boda del siguiente modo: "La bella y distinguida señorita Luisa Rojas de la Vega, hija del industrial ganadero Don José Rojas Vilches, que ha contraído matrimonio hace unos días con el notable pintor valenciano don Salvador Pascual Arrando, siendo apadrinados por la señorita Gracia Rojas de la Vega (hermana de la novia) y don José Sánchez Barroso".

Foto y pie de foto en el interior de la revista. Publicado el 22 de julio de 1922. 

Página interior de la revista con el artículo titulado "Dos bodas en Sevilla"

El matrimonio vivió en Sevilla capital donde tuvieron cuatro hijos: Salvador, Lucrecia, Alfredo y Jesús. Ellos fijaron su residencia en la Plaza de Chapina número 18 de Sevilla, situada en el famosísimo barrio sevillano de Triana, junto al Río Guadalquivir.

Hoy en día en el lugar de la vivienda se haya construido un hotel de cuatro estrellas.

Según consta en su esquela, Salvador murió en la capital sevillana el 22 de agosto de 1962, a la edad de 67 años. Su funeral se celebró en la Iglesia de Nuestra señora de la O.

Iglesia sevillana de nuestra Señora de a O.


FIN