martes, 25 de junio de 2013

6.- Vida de Francisco Arrando Cutanda (Primera parte)

(Nota: Se recomienda leer antes el capítulo de la vida de Emilio Arrando Cutanda porque se explica la situación de los soldados españoles en Cuba (trochas))

Vida de Francisco Arrando Cutanda. Parte I

 

“48 años de intachable servicio militar”


Imagen: firma de Francisco Arrando Cutanda cuando era Teniente Coronel jefe del detall. Fima extraída del expediente militar de su hermano Emilio.
Francisco Arrando Cutanda nació en Ayódar, provincia de Castellón de la Plana, el día 24 de marzo de de 1853. Era el primogénito hijo varón  de  Francisco Arrando Pradells y de Doña Regina Cutanda Casanova. Ambos naturales de la provincia de Castellón. Él nacido en Tales, igual que el general Arrando. Ella natural de Vives.
Francisco Arrando Cutanda, de mayor. Podemos ver las tres estrellas de su manga, insignias representativas de su cargo de Coronel de Infantería. Foto cedida por uno de sus bisnietos.

Su padre tenía por oficio ser maestro de escuela,  por eso deducimos que probablemente Francisco de niño  estudiase con su propio padre en los diversos pueblos de Castellón donde vivieron y donde éste ejercía la docencia; y al parecer tanto él como sus hermanos tenían amplios conocimientos de lengua, gramática y ciencias en una época donde el 60% de la población era analfabeta.

Imagen: pueblecito de Ayódar (Castellón) foto realizada a principios del siglo XX
A pesar de que, en aquella época, los mozos tenían la obligación de ir a quintas a los 20 años, el joven Francisco sintió la vocación militar a una temprana edad, a los 17 años. Y por ello ,decidió alistarse en el ejército voluntariamente el 26 de septiembre de 1870. Sin embargo, no pudo ingresar en la Academia Militar Central para ser oficial porque el  General Prim había disuelto el Colegio de Infantería en el año 1869, (lugar que antes solían ingresar preferentemente los hijos de los nobles, los hijos de oficiales , vivos  o fallecidos en acto de guerra, y tan sólo se reservaba la quinta parte para los candidatos paisanos. En cambio su hermano Emilio sí que pudo ingresar en la academia militar de Valencia 10 años más tarde; ya que el General Serrano creó, en febrero de 1971,  las Academias Militares de Distrito, es decir una para cada distrito militar, ante las numerosas reclamaciones de los familiares de los jóvenes que aspiraban a ser cadetes).

Debió ser un joven muy avispado y un muy buen soldado porque ingresó como soldado voluntario “Con premio”. No sabemos realmente a que se debe este premio. Tal vez se deba a que los jóvenes realizaban algún tipo de examen inicial, como se hacía en el antiguo colegio de Infantería, en el que rendían cuentas sobre sus conocimientos en materias como la gramática castellana, aritmética, geografía e historia de España...  Y por supuesto él como hijo de maestro superase la prueba ampliamente. O tal vez se deba a que daban pluses de sobresueldo a los soldados que eran voluntarios, plus que no podía ser efectivo hasta pasados los 4 años de servicio:
Por ejemplo, según un diario de sesiones de las Cortes de 10 de febrero de 1870 los soldados voluntarios podían recibir un sobresueldo económico de: 10 reales, por servir de 4 a 8 años, 15 reales por servir de 8 a 12 años, 20 reales por servir de 12 a 16 años, 25 reales por servir de 16 a  20 años y 30 reales por servir más de 20 años. (Aunque la teoría del sobresueldo suena más plausible, no descartamos la idea del premio por amplia superación de un examen de conocimientos generales, debido a que su hermano Emilio  ingresó también como voluntario a la misma edad, pero 10 años más tarde, y no consta en su expediente el ingreso como voluntario con premio).


Después de jurar fidelidad a las banderas y a la Constitución del Estado, fue destinado al Regimiento de Infantería de Galicia nº 19 que se encontraba operando en Valencia. Y el 20 de octubre, su Batallón pasó a Cheste donde quedó acantonado, es decir en el cuartel, hasta el 16 de noviembre que volvieron a Valencia.

Otra muestra de su pericia y que apuntaba maneras como militar es que el día 1 de diciembre sus superiores ya lo escogieron para ser ascendido y lo nombraron  Cabo Segundo de Infantería, a apenas 2 meses y cinco días de su ingreso en el ejército.

En aquella época España era un país lleno de cambios e incertidumbre social debido a  que la anterior crisis del reinado de Isabel II (los excesos y abusos reales,  la crisis política y la crisis financiera-económica) habían llevado como consecuencia la llamada Revolución “La Gloriosa”, en septiembre de 1868. En dicha Revolución las Juntas revolucionarias, formadas por demócratas y progresistas, asumieron el poder en diferentes ciudades del país y la reina se exilió a Francia. Todo ello acabó con la intervención del ejército y la creación de un Gobierno Provisional (1868-1871), donde el General Juan Prim era el encargado de buscar la figura de un nuevo rey que diese estabilidad al país. Y la encontró en la persona del duque de Aosta,  segundo hijo del rey de Italia Víctor Manuel II.

Amadeo I de Saboya, fue elegido por votación de las Cortes Constituyentes de entre 5 candidatos al trono, el día  16 de noviembre de 1870. Se emitieron un total de 334 votos  de los cuales 191 diputados votaron a su favor, 100 en contra y hubieron 19 abstenciones. Además, 60 diputados votaron por la República Federal, 27 lo hicieron por Antonio de Orleans, duque de Montpensier y esposo de la hermana de la reina, Luisa Fernanda de Borbón, y 8 votaron por el General Espartero. (Sin embargo, el reinado de Amadeo I no fue muy bien recibido entre la gente del pueblo y tan sólo duró un par de años (1871-1873). De hecho se  representaban obras teatrales satíricas donde se le nombraba cómicamente como “Macarroni I” y en las que el público estallaba en carcajadas y burlas hacia el nuevo monarca.)

Izquierda: Fotografía de la Reina Isabel II durante su exilio en París. Derecha: Retrato de Amadeo I de Saboya
A principios del año 1871 (29 de enero) y con motivo de la elección del nuevo soberano, Francisco debe jurar fidelidad a Su Majestad Amadeo I y continuar con su Regimiento en Valencia  hasta que el 23 de abril marcharon destinados hacia Cartagena.

Sin embargo, a finales de abril de 1871, Francisco vuelve a sentir el heroico peso del deber y se alista para servir voluntariamente y por un tiempo de dos años en Puerto Rico, que, junto a Cuba, se hallaba en plena “Guerra de los 10 años” (también conocida como “Guerra Grande”) y que fue la antesala a la posterior Guerra de la Independencia de Cuba.  Francisco  apenas acababa de cumplir los 18 años.

Por ello, el 14 de mayo embarcó en el puerto de Cádiz y desembarcó en Puerto Rico 15 días más tarde, el 29 de mayo de 1871. Ese mismo día fue destinado al Batallón de Infantería de Madrid que se hallaba en Mayagüez y a él se incorporó el 4 del siguiente mes, marchando al poco su Batallón a Cabo Rayo.




Imagen: soldados españoles (quintos) embarcando con destino a Cuba.
Como Cuba estaba en estado de guerra y, por proximidad también lo estaba Puerto Rico,  donde al parecer se hallaba la Capitanía General, los Batallones estaban en constante alerta y siempre había un Batallón en movimiento de los dos de cada Regimiento mientras el otro protegía  alguna zona estratégica determinada. Por ello, el 2 de julio fue con su Batallón a San Juan, la capital de la isla de Puerto Rico donde pasó dos meses enteros de guarnición  y el  2 de septiembre marcharon a la Isla de Vieques donde permanecieron hasta el resto del año.

Fotografía de San Juan de Puerto Rico. Cuartel General.
Con 19 años, el 30 de noviembre de 1872 fue ascendido a Cabo Primera y durante todo el año y parte del siguiente permaneció en la Isla de Vieques.

Imagen: mapa de Puerto Rico, se puede ver la Isla de Vieques a la derecha.
El 14 de mayo de 1873, regresó con su Compañía a  Puerto Rico y quedó allí con su Batallón de servicio ordinario hasta octubre. Estaba claro que Francisco era un soldado ejemplar que estaba bien considerado por sus superiores ya que ese mismo día (14 de mayo de 1873), a los 20 años, volvió a ser ascendido a Sargento Segundo de Infantería.

El 1 de octubre su compañía fue destinada al pueblo de Arecibo donde permaneció el resto del mes y después volvió a la capital, San Juan de Puerto Rico, donde permaneció de servicio hasta el 19 de abril de 1874 en que pasó con su Batallón a Mayagüez. Allí estuvo hasta finales de agosto en que le fue concedido el regreso a la Península Ibérica por haber pasado ya más de los dos años por los que se había alistado voluntariamente en la guerra de Puerto Rico. Sin embargo quedó en expectación de embarque,  ya que no fue hasta el 14 de septiembre que logró embarcar llegando a Santander el 1 de octubre.

Una vez en España, Francisco se fue a tierras valencianas y quedó en espera de que le asignasen un destino en algún regimiento.  El 26 de ese mismo mes fue destinado al Batallón Provisional de Valencia nº 41 que se hallaba en la capital del mismo nombre y al que se incorporó el 1 de noviembre de 1874. Sin embargo la tranquilidad le duró poco ya que en esas fechas Valencia y, especialmente El país Vasco y Cataluña, estaban en estado de guerra, ya que se hallaban en plena Tercera Guerra Carlista (1872-1876) entre los pretendientes a que ocupase el trono el duque Carlos María de Borbón, primo de la Reina Isabel II, exiliada por entonces a Francia, y los partidarios a la monarquía parlamentaria de Amadeo I de Saboya, primero, y del Gobierno de la Primera República, en esa fecha y del rey Alfonso XII, más tarde.

Imagen:
Retrato del duque Carlos María de Borbón, pretendiente carlista al trono de España
 El 29 de enero de 1875 ascendió a Sargento Primero de Infantería, pero con la antigüedad del pasado 1 de noviembre del año anterior. Y continuó de servicio ordinario en Valencia hasta el 7 de junio en que, según su expediente militar, le tocó salir de operaciones de campaña con su Batallón formando parte de la Brigada Cassola y de la División Montenegro del Ejército Central. Ello significa que luchó contra los carlistas en Cataluña bajo las órdenes del Brigadier Manuel Cassola que recorría con su brigada los caminos y pueblos catalanes, al igual que por aquel entonces lo hacía su familiar el que era entonces Brigadier José Arrando Ballester, y lo hacían cumpliendo las órdenes del Comandante General, el Mariscal de campo  Don Joaquín Montenegro Guilart.

Por si la acción en Cataluña no hubiese sido suficiente, a finales de septiembre los destinan con su ejército, de nuevo a ultramar, a la Guerra de los 10 años; pero esta vez a la zona más conflictiva, a Cuba. Por ello, fue ascendido a Alférez de Infantería y quedó en fase de expectación de destino hasta que el día 17 de octubre embarcó en Santander y desembarcó en La Habana 23 días más tarde, el 8 de noviembre. Ese año llegaron a Cuba un total de 19.419 soldados españoles.

Imagen: mapa de la isla de Cuba y de sus 15 provincias.
Una vez en la capital de Cuba, fue inmediatamente destinado al Batallón de Cazadores de Borbón nº 26, con el que salió de operaciones de campaña el día 10  por el departamento de Las Villas (Villa Clara) que se hallaba en plena guerra; y allí luchando contra  los mambís o milicianos cubanos que querían la independencia de la isla y defendiendo después la zona, permaneció hasta el 1 de diciembre del año siguiente, 1876.

Al parecer, entre 1874 y 1875 la “Guerra de los 10 años” se intensificó y los milicianos mambís ganaron fuerza y alcanzaron su zénit militar con lo que los combates entre soldados españoles y cubanos se recrudecieron causando entre los españoles cerca de 1000 bajas. Lo sucedido esos días fue que  el dirigente cubano Máximo Gómez cruzó con 1000 hombres la frontera virtual entre el territorio que servía de reducto a los cubanos a favor de la independencia y el territorio bajo protección española, es decir cruzó la frontera de la trocha Júcaro-Morón, en dirección al territorio villareño con la intención de invadir la zona bajo las armas y captar adeptos al otro lado de la frontera de la trocha. Sin embargo, los cubanos villareños no aceptaron a Máximo Gómez como jefe por no ser nativo de esa región con lo que la idea de captar adeptos a la milicia y continuar la invasión del territorio occidental de la isla fracasó y se vio forzado a recular en su avance y a atrincherarse en Las Villas de donde lo desalojaron los soldados del Batallón Cazadores de Borbón nº 26, donde se hallaba Francisco.
Imagen parcial de la Trocha Júcaro-Morón con blocaos  y trochas con torres para emitir señales luminosas.
Imagen: soldados mambís (cubanos)

Imagen: soldados españoles en Cuba
Por aquel entonces un soldado en Cuba cobraba un salario trimestral de 39 pesos en oro de los que se le descontaban gastos como: tabaco "y utensilio" (2,10 pesos), barbería (1,60 pesos), rancho (3,10 pesos mensuales),…Mientras otros gastos, como por ejemplo ropa y  zapatos, eran pagados a plazos (por ejemplo por unos zapatos 3 cargos de 2,78, 4,75 y 1,25 pesos). Los soldados de Cuba siempre prefirieron cobrar sus haberes en oro, ya que los pesos en billetes tenían un valor real muy inferior al de su numerario.

Imagen: españoles en un blocao (blockhouse)


Imagen: soldados españoles en la guerra de Cuba. Podemos ver los heliógrafos que servían para emitir  señales luminosas desde las torres de las trochas y los aparatos ópticos para verlas desde otra trocha
El 1 de diciembre de 1876, Francisco fue ascendido a Teniente de Infantería (recordemos que tan sólo tenía 23 años y que únicamente llevaba 6 años en el ejército aunque hasta la fecha siempre de guerra en guerra). Ese mismo día fue destinado al Batallón de Cazadores de Cortés nº 1 que estaba operando en una zona que se hallaba en estado de guerra conocida como Santi Espíritu (situada en el centro de la isla, pero no consiguió incorporarse a él hasta el último día de mes y al día siguiente se marchó con su nuevo Batallón hacia Cabaigüan (población situada dentro de la provincia de Santi Espíritu).

Es esa marcha, su Batallón, que se hallaba  bajo las órdenes del Comandante Leandro Blas, entró en acción de combate en la provincia de Santi Espíritu en numerosas ocasiones contra los mambís durante los siguientes días: El día 1 en Las Járas, el día 2 en Junquito, el 15 en las Damas y Jiquí, el 23 en Los Montes de las Járas, el 25 en Marraca Pariola, el 28 en Los Limpios de Taguasco, el 2 de febrero en Las Lomas de Banao, el 23 en San Esteban y Pozo Azul, el 25 en Monteoscuro y Montes de la Palma, el 28 en Potero de San Miguel, el 11 de marzo en Arroyo Grande, el 21 en Arroyo Molonés, y el 26 de  nuevo en Las Járas.

El 4 de abril de 1877 se trasladó con su Batallón bajo las órdenes del Coronel Pedro Pin al Departamento Central que también se hallaba en estado de guerra y continuaron con su cometido de recorrer y patrullar la zona, pero esta vez en la provincia de Ciego de Ávila, combatiendo contra el enemigo en diversas ocasiones: el 17 de abril en Potrero de Cacharas, el 16 de junio en El Rincón del Antón, el 21 en El Callejón de la Trinidad, el 22 de julio en Las Matildes, el 27 de agosto en San Francisco y la del 31 a la del Potrero Guayabito.

Por las acciones y el mérito militar  de guerra que contrajo heroicamente hasta el 23 de marzo de 1877, el 9 de agosto le concedieron la medalla conmemorativa de la campaña de Cuba con distintivo rojo y dos pasadores Y a su vez fue ascendido a Capitán de Infantería.

Imagen: Medalla de la Campaña de Cuba con distintivo rojo y dos pasadores, concedida en agosto 1877.
Mientras tanto, en España se sucedían distintas formas de gobierno. Tras el fracaso de la monarquía democrática de Amadeo I de Saboya (1870-1873) y tras la implantación de la I República (1873-1874). Se produjo un golpe de Estado realizado por el General Pavía y se abrió una segunda etapa de gobiernos provisionales, conocida como “Sexenio Democrático”, que acabó con la coronación de un nuevo rey: el rey Alfonso XII, hijo de la exiliada reina Isabel II. El nuevo monarca fue elegido al proclamarse liberal y constitucional, a diferencia de su madre.

Imagen: Retrato de Alfonso XII
El 23 de enero de 1878, Alfonso XII se casó con su prima María de las Mercedes de Orleans, hija de los duques de Montpensier, y por ello, el 22 de enero, Francisco recibió como oficial un año de abono extra para optar a los diferentes grados de la orden de San Hermenegildo.

En marzo de 1878, Francisco abandonó con su Batallón la zona central de la isla y se adentraron en la zona Oriental, la que ocupaba el enemigo. El 3 de abril luchó en Pueblo Nuevo a las órdenes del Coronel Morera. Y continuó de reconocimiento por la zona de Mayarí situada en la provincia de Holguín donde permaneció combatiendo hasta el 9 de junio.

El 15 de julio salió de Mayarí dirigiendo una compañía con la misión de ocupar Bijarú. Y el 5 de agosto le concedieron el retorno a la península. Por ello quedó en Bijarú durante algo más de un mes en situación de expectación de embarque y el 12 de septiembre marchó a Santiago de Cuba y de ahí fue a la capital, La Habana, donde embarcó el día 15 con rumbo a la península a bordo del vapor correo Nuevo Santander; desembarcando en el puerto de Santander el 3 de octubre.

Imagen: vapor correo Nuevo Santander de la compañía A. López.
Una vez ya en tierras españolas, se dirigió a Onda  (Castellón), lugar donde residía parte de su familia (y alrededores) y donde pasó dos meses en situación de expectación de destino hasta que el 1 de diciembre pasó a situación de reemplazo del distrito de Valencia.


Imagen: dibujo de la plaza antigua de onda y el castillo al fondo
A finales de febrero de 1879 abandonó Onda al ser destinado al Batallón Depósito de Chiva nº 44, de reciente creación, situado en Valencia capital.

Francisco se casó con Tomasa Soledad Garrido Agudo, creemos que hija de militar, nacida en Salamanca en el año 1865. Ambos contrajeron matrimonio en agosto de 1883. Tres años después nacería su hijo primogénito, Alberto, nacido en 1886. Juntos tuvieron 5 hijos: Alberto (nacido en Valencia el 7 de Agosto de 1886, que llegó a ser Coronel y comandante en jefe de las Fuerzas de Seguridad y Asalto del ejército Republicano de Cataluña),  Francisco (que llegó a ser Teniente de Infantería), Luis Casimiro, Soledad y Josefina.



Imagen: Soledad Garrido Agudo, esposa de Francisco, de mayor. Foto cedida por uno de sus bisnietos.
Imagen: Soledad pintando en su taller, de mayor. Foto cedida por uno de sus bisnietos.

Ella era pintora y realizó exposiciones de sus obras en Estados Unidos.

El día 2 de septiembre  de 1879, Francisco empezó a asistir como alumno a las conferencias militares de Valencia, pero las tuvo que abandonar temporalmente al haber sido destinado al Batallón de Cazadores de Mérida nº13 que se hallaba en Valencia y al que tuvo que incorporarse el 1 de diciembre.

El 17 de julio de 1880, Francisco se marchó de nuevo a su casa de Onda por haber sido favorecido con dos meses de licencia (extraordinarios y sin constancia en su hoja de servicios) cobrando la totalidad del sueldo, por las labores que desarrolló durante las conferencias militares. Cuando finalizó este permiso se reincorporó a su Batallón, el 17 de septiembre, que se hallaba en Barcelona.

El 13 de mayo le fue concedida una licencia de un mes de duración para tratar asuntos propios en París (Francia). Su mujer estaba embarazada entonces de 6 meses. Esta licencia se inició el 17 de mayo y él se reincorporó sin acabarla el 31 del mismo mes.

Lupe

jueves, 20 de junio de 2013

5.-Vida de Emilio Arrando Cutanda. Parte I

Vida de Emilio Arrando Cutanda O “de heroico soldado a decidido comercial”

Imagen: Foto de Emilio Arrando Cutanda con el uniforme de la Guerra de Cuba 1895. Cedida por su nieto Emilio.
Nació en Ayódar, pueblo de la provincia de Castellón, el 17 de agosto de 1863. Quinto hijo legítimo y varón de Francisco Arrando Pradells y de Doña Regina Cutanda Casanova. Su padre nació en Tales y era maestro de escuela. Su madre se dedicaba a sus labores.

Tenía cuatro hermanos varones (Francisco, Enrique, Cipriano y Vicente) aunque desconocemos si también tenía hermanas.




A los 17 años, el 23 de octubre de 1880. Ingresó voluntariamente en el ejército en la sección de Infantería estando ya su hermano mayor Francisco en el mismo cuerpo ya que éste había ingresado de igual manera en 1870. Tras ingresar le destinaron a Barcelona al Batallón de Cazadores de Mérida nº 13 desde el 23 de octubre de 1880 hasta el 31 de mayo de 1881, fecha en que marchó a Valencia destinado al regimiento de Infantería de San Fernando nº11.

Imagen: firma de Emilio Arrando Cutanda de su expediente militar

Estando de guarnición en Valencia, el 1 de febrero de 1882 fue ascendido a Cabo Segundo por elección y el 1 de mayo a Cabo Primero de Infantería de nuevo por elección de sus superiores.


Ese mismo año, el 12 de septiembre 1882, ingresó en la Academia Militar del distrito de Valencia. Sin embargo solicitó poder dejarla para reincorporarse al ejército el 5 de marzo de 1883. Cosa que le concedieron y, por ello, fue destinado como guarnición al regimiento de Alicante hasta el 17 de noviembre, fecha en que pasó a ser destinado a Albacete. El 27 del mismo mes se trasladó a Alcoy y el 18 de diciembre pasó a Villena y de aquí el 22 a Aranjuez en donde terminó el año de servicio ordinario.
En 1884, estuvo de guarnición en Aranjuez. El 15 de marzo de ese mismo año, ascendió a Sargento 2º de Infantería Y el día 1 de abril pasó de guarnición a Toledo donde terminó el año.



En Toledo, en 1885, y con 23 años de edad, le fue concedida una Cruz Blanca sencilla del Mérito Militar por los servicios prestados durante una epidemia de cólera. Más tarde, el 24 de octubre pasó de guarnición a Madrid y terminó allí el año.

Imagen: Cruz Blanca sencilla del Mérito Militar



Con 23 años, el 2 de abril de 1886, pasó al Pardo a practicar la instrucción del tiro regresando a Madrid el 23, donde quedó de servicio ordinario hasta fin de agosto. Y después se incorporó al batallón de reserva nº 57 de Murcia capital, estando de servicio ordinario el resto del año.


Entre los años 1887 y 1889 estuvo prestando servicio en Murcia hasta el 28 de mayo, fecha en que fue destinado al Regimiento de Infantería de la Princesa nº 4. Pero el 1 de junio de nuevo pasó a estar destinado en la plantilla de tropa del Cuadro de Reclutamiento de Murcia nº 29.

Imagen:  Extracto del Diario Oficial de la Guerra nº 163, página 1224 donde se publica el reenganche del Sargento Emilio Arrando Cutanda al cuadro de reclutamiento de Murcia nº 29.
Con 27 años estando en Murcia, conoce a una joven de la capital llamaba Isabel Herrero Martínez (hija de Vicente Herrero Celdrán y Vicenta Martínez Pérez). Juntos tienen un hijo natural al que ponen por nombre Emilio Eulalio Arrando Herrero, que nació el 25 de noviembre de 1890 en  la calle de San Antonio nº 20 de la capital y fue bautizado en la iglesia de Santa Eulalia el 27 de ese mismo mes. Este hecho es el que presuntamente une a Emilio Arrando Cutanda a la tierra murciana hasta el fin de sus días, a pesar de tener a su familia lejos de él,  en las provincias de Castellón y Valencia.


Imagen: partida de bautismo de su primer hijo.
Extracto del libro de bautismos de la Parroquia de Santa Eulalia de Murcia, página 159 donde explica que  su primer hijo, Emilio, nació el día 25 de agosto de 1890.

El 1 de julio de 1892 pasó al Regimiento de Infantería Guadalajara nº 20 quedando en la plantilla de tropa de la zona de Murcia nº 46 hasta el 13 de junio de 1895.

El 4 de agosto de 1892, con 28 años, Emilio se casó en la Iglesia de san Andrés de Valencia capital con Doña Regina Milagros Ripollés y Cutanda, de 22 años de edad. Ambos eran solteros. Ella había nacido en Manuel (Valencia), aunque vivía en Valencia capital con sus padres, Ignacio Ripollés y Dolores Cutanda, ambos nacidos en Fresneda y Benages, respectivamente.

Imagen: Foto de Regina Milagros Ripollés Cutanda






Iglesia de San Andrés de Valencia, una de las más antiguas de la ciudad que fue edificada tras la reconquista sobre una mezquita.

El hecho de que ella, aunque llamada familiarmente Milagros, se llamase en realidad Regina Milagros (como la madre de él), llevase el mismo apellido que la madre de él y su madre fuese natural de Benages, lugar donde habían vivido vivido los padres de él (Mas de Benages) por haber sido él maestro de Vistabella y Benafigos, hace presuponer que ambos fueran primos, aunque entre los documentos no se ha encontrado ninguna dispensa papal matrimonial, aunque bien podría haber existido ya que en su expediente militar no consta ningún documento personal anexo como acta de matrimonio, etc. En el momento de la boda, su padre Francisco Arrando Pradells ya era viudo, aunque se desconoce desde qué fecha (sabemos que ya lo era en 1890) y se había jubilado el 3 de marzo de ese mismo año.

Imagen: Extracto del Diario Oficial  de la Guerra publicado el 29 de mayo de 1898 con su ascenso a Segundo Teniente.

El 13 de junio de 1895 se incorporó al Regimiento de Valencia con motivo de haber sido destinado al 1r Batallón de Cuba para ir a la guerra.

Pero  no habiéndole correspondido marchar con este Batallón debido a una rectificación en el sorteo,  regresó de nuevo el 28 de junio a Murcia donde  creemos que vivía con su esposa.

Imagen:
Recorte de prensa publicado en el Diario de Murcia el 24-6-1895


En fin de octubre de 1895 fue baja por habérsele concedido el empleo de 2º Teniente de Infantería de la escala de reserva retribuida con la antigüedad del día 27 de julio anterior. Por ello obtuvo colocación en el 1r Batallón del Regimiento de Infantería de Sevilla nº 33 expedicionario a Cuba al que se incorporó a su debido tiempo en Cartagena donde quedó de guarnición hasta el 22 del citado mes de noviembre que, destinado su Batallón al distrito de Cuba, embarcó con él en el puerto de Cartagena  a bordo del vapor San Agustín.




Imagen:Extractos de prensa publicados en el Diario de Murcia el 7-10-1895 y el 10-10-1895  con su nombramiento como Segundo Teniente (fueron ascendidos como tal 161 Sargentos en total). 
Imagen: Familiares y curiosos despidiendo a las tropas españolas junto al vapor San Agustín en uno de sus viajes
 (13-02-1896)
Imagen:Tropas formadas en cuadro, antes de desfilar hacia el muelle, esperando embarcar para Cuba un año después (13-02-1896)


Imagen: Extracto del Diario Oficial de la Guerra publicado el 30-10-1895 con el destino que le fue asignado en el regimiento de Sevilla nº 33.







Imagen: Foto del vapor San Agustín
El 12 de diciembre, desembarcó junto con el resto de la tropa en Júcaro, en el sur de la isla de Cuba. Y allí en dicho lugar permaneció de operaciones de campaña por la trocha militar hasta fin de año.

Imagen:
Escena del desembarco en Cuba de las tropas españolas
 Allí fue destinado a una de las zonas más conflictivas y estratégicas de la Isla de Cuba cerca de la línea fronteriza a partir de la cual era zona con predominio insurrecto. En la zona conocida como la trocha de Júcaro a Morón.




Imagen donde se muestran las zonas de predominio español a favor del colonialismo  (verdes) y las zonas con predominio insurrecto (anaranjadas). Las líneas amarillas corresponden a límites de provincias y las blancas a cada una de las tres trochas que se crearon.
Las trochas en la guerra de Cuba, eran unas fortificaciones unidas trazando un recorrido que dividía la isla en varias secciones de Norte a Sur. Estas construcciones fortificadas se construían con tablas de troncos de palma usando las hojas y troncos de éstas como paredes y tejado. Los soldados las construían abriendo camino entre la maleza de la manigua (el campo cubierto de densa vegetación tropical) y después las defendían evitando así que los rebeldes independentistas de la zona oriental se acercasen a la mitad occidental de Cuba, donde se hallaban la mayoría de las grandes haciendas que eran propiedad de los más acérrimos defensores de la colonia.

La trocha de Júcaro-Morón tenía unos 75 km de recorrido, aproximadamente. Y se convirtió en la más desarrollada y guarnecida de la isla, con unos 70 km de puntos fortificados, tenía un fuerte cada 1.000 m, y cada 500 m, un punto de resistencia o "blocao" (blockhouse). En Ciego de Ávila, localidad situada en el sector central de la Trocha, seis piezas de artillería montadas sobre vagones-plataforma de ferrocarril estaban listas para ser remolcadas hacia cualquier punto de la línea que fuera atacada usando una vía estrecha que discurría en paralelo a la zona militar de defensa. En el punto intermedio de la trocha, conocida como Ciego de Ávila, había una sola brigada que siempre tenía que estar en movimiento para protegerla. La línea férrea estaba defendida solamente por dos Compañías del Batallón de Reus y un Escuadrón de Caballería y la Guardia Civil, pero cabe señalar que casi todos los defensores estaban enfermos. A la trocha la rodeada una valla de madera de jiqui, terminada en afiladas puntas. Los fortines están dispuestos en tal forma que cada calle de la trocha podía ser batida por dos de ellos.



Imagen de las principales trochas de la guerra de Cuba. A) Trocha de Mariel-Majana, construida para proteger la capital, B) Trocha Júcaro-Morón, en el límite de la zona insurrecta. C) rocha de Bagá, inacabada.

La vida en la trocha era muy dura porque los soldados estaban en continua construcción y defensa de la trocha, es decir estaban exhaustos. Ya que para crear las trochas fortificadas hubo que talar la manigua, tender vías de ferrocarril de campaña, trazar caminos, tender alambradas, cavar fosos, construir fortines, puntos de resistencia, hospitales de campaña, puestos de socorro, estaciones telegráficas, líneas telefónicas y proyectores para iluminar los sectores bajo vigilancia,…
Dibujos de la prensa antigua de un corresponsal enviado a la trocha de Júcaro-Morón. Durante los años 1896 y 1897 se finaliza la obra de fortificación de la trocha que cuenta sólo entre el tramo de Júcaro a San Fernando con 68 fuertes separados 1 km entre sí, con 67 blocaos situados a 500 m. de cada fuerte y 401 puestos de escucha, tres en entre cada blocao y fuerte




Además la fatiga y la insalubridad hicieron de ellas un matadero. Las ramas y la maleza se pudrían con el sol y la lluvia y se convertían en foco de gérmenes. Durante los años que duró la guerra de la independencia de Cuba, los miles de hombres que allí lucharon lo hicieron enfermos y bajo un sinfín de calamidades, siempre en constante lucha con las enfermedades como la fiebre amarilla o la malaria.

He aquí una fotografía de la torre heliográfica existente en la trocha de Júcaro-Morón, concretamente en Ciego de Ávila, que servía al Ejército Español para mantener la comunicación a lo largo de toda la trocha, usando un heliógrafo para comunicarse entre diferentes torres de trochas.


Heliógrafos. El heliógrafo era el  instrumento de comunicación entre trochas que se empleaba para enviar  mensajes en clave Morse usando los reflejos del sol.
Durante el año 1896, Emilio estuvo de operaciones en la trocha militar de Júcaro a Morón a las órdenes del Teniente Coronel D. Lorenzo Roldán. Durante la noche del 7 de marzo sufrió un ataque insurrecto en Morón.

El 29 de julio pasó a formar parte del 2º Batallón del Regimiento de Infantería Alfonso XIII que se encontraba en Ciego de Ávila y en este lugar permaneció hasta el día 19 de noviembre que salió con una brigada a patrullar defensivamente la trocha de Júcaro-Morón a las órdenes del Coronel D. Enrique Réso y fueron atacados en varias ocasiones por el enemigo. El día 19, cuando la columna se hallaba a la altura de Ranchuelo y Chambas. El 20 en Guardarropa, Aroseo Lima y Pino Corcobao. El 22 en Deslao, Gabrieles y La Laguna. El 23 y el 24 en La Línea. El 25 en Anguillero y Nongué. El 28 en La Laguna. Y el 29 de nuevo en la Línea regresando de camino a Morón. El día 30 llegaron a Morón y se disolvió la columna, por ello fue mandado de nuevo a Ciego de Ávila donde prestó servicio con su compañía en servicio ordinario hasta fin de año.
Soldados españoles defendiendo las trochas.

Fotografía del fortín de La Laguna donde fue atacado por los rebeldes independentistas cubanos

Durante gran parte del año 1897, continuó en el poblado de Ciego de Ávila prestando el servicio de compañía y auxiliando los trabajos de fortificación de la trocha militar de Júcaro a Morón.

El 1 de febrero pasó a la plana mayor del batallón en virtud de haber sido nombrado abanderado del mismo.

Emilio Arrando Cutanda en 1897, en Cuba, fotografiado por los fotógrafos Otero y Colominas que inmortalizaron el conflicto militar hispano-cubano. Foto cedida por su nieto Emilio.

El día 29 de septiembre se organizó un convoy que se trasladó a San Nicolás al mando del Coronel de su regimiento D. Joaquin Arjona. Al día siguiente fueron tiroteados por 200 enemigos en Faro del Río de la Guinea y Enayabo que se hallaban atrincherados y ocultos en la Camagua. Los soldados españoles lograron desalojarlos de las trincheras y pudieron así continuar su marcha, llegando por fin hasta el esperado fuerte y regresar después al campamento central de Ciego de Ávila, el 1 de octubre.

El 30 de diciembre Emilio condujo como oficial un convoy con el Batallón de Cazadores de Reus y a las órdenes del Teniente Coronel D. Rogelio Ariño hacia Río Grande donde pasó el resto del año.

Imagen de un convoy atravesando el río.

En 1898, permaneció en Río Grande, La reforma y Gil Herrera, hasta el 26 de enero que regresó a Ciego de Ávila donde quedó prestando el servicio de campaña, a la vez que seguía patrullando por la trocha de Júcaro a San Fernando hasta el 14 de abril. Ese día obtuvo una licencia de 2 meses por asuntos propios por llevar dos años en servicio de campaña en la trocha y por ello se marchó a la capital, La Habana para embarcar hacia San Juan de Puerto Rico. A la misma vez, y por el mismo asunto, se le concedió una Cruz de Primera Clase del Mérito Militar sencilla con distintivo rojo y otra del mismo tipo por los servicios prestados en la trocha.
Extracto del Diario de Murcia con la concesión del permiso de dos meses. Se publicó más tarde, el 28 del 6 de 1902.

Cruces de Primera clase del Mérito Militar con distintivo rojo, otorgadas en 1898

Sin embargo, Estados unidos había declarado la guerra a España por el hundimiento del acorazado Maine en Cuba el 25 de abril de ese mismo año, 1998. Por lo que estando de permiso en el pueblo de Fajardo de Puerto Rico, la escuadra Americana bombardeó la isla de Cuba, con lo que a pesar de quedarle un mes de permiso y de ser la única licencia que se le otorgó o solicitó en toda su vida militar, solicitó el reenganche y fue destinado a prestar servicio de vigilancia de costas en Fajardo hasta finales de mayo.

El 3 de julio España pierde Cuba al perder la guerra con los Estados Unidos en la batalla naval de Santiago de Cuba entre los modernos acorazados norteamericanos y la escuadra de seis barcos españoles dirigida por el Almirante Cervera, donde murieron 323 españoles.  

Después de prestar vigilancia de costas en el pueblo portoriqueño de Fajardo, Emilio pasó de nuevo a su compañía y estuvo bajo las órdenes de su hermano mayor el Comandante D. Francisco Arrando en La Carolina (Puerto Rico) donde continuó prestando el servicio de vigilancia.

Estando en ese lugar, el Comandante general le impuso ocho días de arresto en banderas, desde el día 2 julio hasta el día 10, por haberse negado a ejercer de juez instructor en un juicio militar penal a uno de sus subordinados. No sabemos el motivo por el cual se quería sancionar al soldado, pero al ser las condiciones de supervivencia tan extremas nos podemos hacer una idea de por qué Emilio se negó a castigarlo; posiblemente las lastimosas condiciones en que se hallaban los soldados le había impulsado a cometer la falta.

Más tarde, fue a Río Grande donde pasó a formar parte de la columna del Coronel Pesio continuando la marcha hacia Fajardo donde llegó en la noche del día 8 y bajo las órdenes de su hermano, el Comandante D. Francisco Arrando. Al llegar a Faro fueron sorprendidos por las fuerzas enemigas. Al día siguiente marcharon a Fajardo saliendo el mismo día con dirección a La Carolina, donde Emilio quedó prestando servicio con su batallón.

El 1 de septiembre se trasladó con su batallón a la capital de Puerto Rico (San Juan) y al día siguiente embarcaron en el vapor Isla de Panay con destino España.

Vapor Isla de Panay

Una vez el viaje hubo finalizado, el día 14 de septiembre, por fin los hombres desembarcaron en el puerto de Cádiz, aunque normalmente los españoles que regresaban de Cuba lo hacían en pésimas condiciones higiénicas, físicas y alimentarias; y con la ropa ajada o semidesnudos tapados con mantas.

Entonces Emilio se trasladó a Valencia a disfrutar de dos meses de licencia como repatriado hasta fin de año.

El 1 de enero de 1899 se incorporó en situación de reserva al Regimiento de Infantería de Montenegrón nº 84 de Valencia hasta finales de febrero. El día 2 de marzo, según su expediente militar, se trasladó con permiso del General Subinspector hacia el pueblo donde creemos que vivía entonces su padre, Fanzara y permaneció allí en situación de reserva hasta finales de enero de 1902. Sin embargo según la prensa murciana vivía en el pueblo de Alquerías (Murcia) donde trabajó como comercial, empresario y se relacionó con las clases pudientes de la región.

Emilio tuvo cuatro hijos con Milagros: Emilio, que nació en 1893, Lolita, que nació en 1899, Milagros, que nació en marzo de 1906 y José, que nació el 16 de mayo de 1910. Únicamente los dos menores nacieron en Alquerías ya que los dos anteriores lo hicieron en tierras valencianas.

El 10 de mayo de 1901, con 38 años, pasó de ser 2º Teniente a 1r teniente por antigüedad, pero seguía estando en la escala de reserva retribuida.

Extracto del Diario Oficial de la Guerra (11 de mayo de 1901) donde es nombrado Primer Teniente por antigüedad.

En enero de 1902, es dado de baja de su regimiento y es destinado al Regimiento de Infantería de reserva de Castellón nº 74. Pero el 23 de junio de ese mismo año pasa con un permiso del rey Alfonso XIII a situación de destino provisional, es decir retirado por guerra, con el empleo honorífico de Capitán.

En su retiro, además de su empleo como comercial y empresario, cobra del ejército 90 céntimos como capitán honorífico más su sueldo de Primer Teniente, es decir, 168 pesetas con 75 céntimos mensuales hasta cumplir los 60 años de edad.

A lo largo de su vida sale en diversas ocasiones en la prensa murciana como el Diario de Murcia o el liberal de Murcia nombrándole por haber realizado diversos donativos en una recolecta para pobres, por haber asistido a un evento social en Alquerías, por haber sido padre de una niña, por haber participado en un donativo para realizar un busto de Isaac Peral, por formar parte como vocal de una mesa electoral, por haber participado en una comisión para organizar las ayudas tras una inundación,…

Su espíritu inquieto y aventurero le llevó a solicitar un permiso de un año al ejército para poder viajar por toda España, Francia, Alemania e Inglaterra como comercial. No en vano se convirtió en el primer español que logró introducir las naranjas españolas en el mercado londinense de Covent Garden.


Noticia publicada en el periódico El Tiempo, edición de la tarde del día 1-10-1909, donde se explica que Emilio  ha viajado a Londres para exportar naranjas comerciando como intermediario  con la subastadora J.B.Thomas del mercado de Covent Garden.


Emilio también introdujo las naranjas españolas en Alemania para la empresa de Alquerías de Juan Antonio Garre, cuyo propietario era además muy amigo suyo. 

Emilio Arrando Cutanda, en el centro, durante un viaje de negocios a Hamburgo, el 10 de abril de 1907. Está leyendo una revista inglesa de subastas “Auction” junto a dos caballeros, Emilio Oliver y Luis Bening. 
Cartel publicitario de la Empresa que representaba Emilio Arrando Cutanda en Alemania. Este cartel es anterior a la Primera Guerra Mundial y muestra el espíritu colonialista de la época en el uniforme de los dos niños. El cartel dice: "Naranjas seleccionadas. Los dos alemanes. Alquerías- Murcia (España)". Este cartel se realizó entre 1905 y 1907, porque fue en 1905 cuando el rey Alfonso XIII le concedió permiso a Emilio para viajar por Francia, Alemania e Inglaterra.

En sus diversos viajes comerciales al extranjero como representante de diversos productos españoles (murcianos y valencianos, principalmente), Emilio solía traer recuerdos para su familia. Su nieto, Emilio Arrando Martínez, aún recuerda con cariño una pistolita de juguete de nácar con la que él y su hermana pequeña jugaban y que Papá Emilio, como solía ser llamado entre sus nietos, les había traído en una ocasión a los nietos desde Londres (aunque mi suegro jamás no llegó a conocer a su abuelo en vida).

Durante los últimos años de su vida vivió en la calle Mariano Vergara, número 28 de Murcia capital, lugar en el que, lamentablemente, no se conservan los edificios de la época.

Emilio falleció el día 28 de febrero de 1931, por una miocarditis,  a los 67 años de edad. Sin dejar testamento. Y fue enterrado el día 2 de marzo en el Cementerio de Nuestro Padre Jesús. Su funeral se celebró a las 5 de la tarde en la Iglesia de san Lorenzo de Murcia capital y a él acudió un piquete de soldados del Regimiento de Infantería de Sevilla para rendirle honores de ordenanza.
Noticia de la defunción de Emilio Arrando publicada en La Verdad  de Murcia el día 1 de marzo de 1931
Noticia de prensa informando del entierro celebrado el día anterior. Publicada en el periódico La Verdad de Murcia el día 3 de marzo de 1931.

                        Fin


En homenaje a Papá Emilio y Mamá Milagros.
De sus descendientes

Lupe