miércoles, 18 de septiembre de 2013

16- Vida del Teniente General José Arrando Ballester. (Parte III)

Vida de José Arrando Ballester
“El valeroso militar que nunca quiso ser noble” Parte III


Después de que a finales de septiembre  de 1868 se produjese la Vicalvarada, la revolución militar y social que logró derrocar el reinado de Isabel II, la sublevación popular se había extendido ya por toda España como la pólvora. Sin embargo, a pesar de haber  cambiado el rumbo del país con el exilio de la reina y con la creación del nuevo Gobierno Provisional, las aguas no volvieron a su cauce rápidamente.

Esta nueva etapa de paz conocida como Sexenio Democrático se vio a ratos interrumpida por dos intentos fallidos de levantamiento por parte de los carlistas (no en vano el hecho de que la reina Isabel II hubiese tenido que huir del país por su nefasto reinado era la prueba más tangible para ellos de que el verdadero rey era su rey Carlos V, es decir el pretendiente al trono Carlos Luis de Borbón y Braganza, Conde de Montemolin.)

En la zona del Maestrazgo (Norte de la provincia de Castellón) y en los puertos de Morella la hostilidad se hizo patente desde el inicio de la revolución de 1868. Un ejemplo de ello lo representa el hecho de que una vez convocadas las elecciones por el nuevo gobierno para principios de 1869, llegaron a Morella propagandistas republicanos (16 de diciembre de 1868) para difundir su mensaje e influir en las votaciones, cuya  presencia provocó un gran motín en el cual llegaron a participar más de 3000 personas; obligando con ello al Comandante General de Morella, Brigadier  José García Velarde, a dictar un bando (6 de enero de 1869) para ese distrito en el cual se amenazó  con castigos ejemplares a los que conspirasen con los carlistas o en contra de la libertad en las elecciones.

Foto antigua de Morella. Año 1875
Para que no se alterase el orden durante las elecciones debido al aumento de la tensión social, el Gobernador Civil de Castellón, Facundo Ríos y Portilla, y el Capitán general de Valencia, Rafael Primo de Rivera, tomaron medidas preventivas en previsión de un posible alzamiento carlista: mandaron que cuatro compañías de batallón y 50 lanceros recorriesen la zona para asegurar el orden público (encargo que por supuesto recibió José Arrando, en concepto de Coronel,  haciendo honor a su buena fama de estratega y de reconocido mérito militar).

De este modo, José Arrando recibió la orden de apaciguar la zona y por ello salió de Valencia, el 19 de septiembre de 1868, al mando de estas 4 compañías de batallón del Regimiento de Granada nº 34 y 50 lanceros de la Compañía de Sagunto nº 4. Con sus hombres recorrió y pacificó la provincia de Alicante, la Huerta de Gandia y la ribera de Valencia regresando después a la capital madrileña, una vez acabado su cometido, a finales de enero de 1869. (Por este servicio fue muy elogiado por el Ministro de la Guerra, Juan Prim, el 5 de febrero de 1869, siendo reconocido por escrito como acreedor del aprecio del Gobierno Provisional.)

Fotografía antigua de Madrid. Edificio de la Capitanía General y Calle Mayor.
Finalmente, las elecciones se llevaron a cabo en enero sin altercados, consiguiendo los carlistas verse representados en las Cortes, por primera vez en la historia, con 22 diputados. Sin embargo, el carlismo no estaba dormido, seguía reorganizándose tanto a nivel militar como político.

Suponemos que José como padre sentiría un gran orgullo al ver que su hijo menor Emilio, el único varón, había obtenido el título de Bachiller en Artes a los 13 años, 1861, y había realizado estudios universitarios de Ciencias y de Filosofía y Letras en 1862; estudios que no terminó por haber ingresado en la Academia Militar a los 14 años, en 1863, ya que como hijo de oficial podía permitírselo. Y en esas fechas, en 1869, ya había pasado de ser un simple cadete a ser ascendido a subteniente.
Publicado en La España el día 13 de enero de 1869. Su hijo Emilio es ascendido a Subteniente de Infantería.
 El día 21 de febrero de 1869, José acompañó con su batallón al Capitán General, Rafael Primo de Ribera, y al Gobernador Civil de Alicante, Saturnino Palacios, a la ciudad de Alcoy donde se habían producido incidentes y disturbios. Cuando José consiguió restablecer el orden, el 27 de febrero, regresó de nuevo a Valencia.

José era conocido como un enérgico comunicador con gran personalidad, que infundía un gran respeto (en muchos escritos de la época se le vislumbra también como un hombre muy carismático que era tremendamente apreciado por sus hombres, jovial y con sentido del humor). Y por ello, en ocasiones se le mandaba cuando había algún motín para que hablase con los amotinados y calmase los ánimos. Por ejemplo, el 1 de septiembre de 1869 fue con su batallón al Pueblo Nuevo del Mar en donde se había alterado el orden porque los mozos se negaban  a ir a quintas (servicio militar). Ahí José consiguió apaciguar los ánimos y que se verificase el sorteo de los mozos ese mismo día. Cuando regresó de nuevo a Valencia, el capitán General le agradeció su intervención. (Este dato lo aportamos desordenado cronológicamente tal y como lo hace su expediente militar).

Edificio de la Capitania General de Valencia

Entrada de la Capitanía General de Valencia.
Sin embargo, tal como hemos dicho antes, los carlistas no estaban satisfechos e idearon un plan: diversas partidas de carlistas se amotinaron en distintos pueblos como pequeños focos de rebelión o partidas de insurrectos, inconexas entre ellos y bajo el  mando de algún cabecilla carlista local que conociese bien la zona. La idea era la de tantear al pueblo y observar el grado de participación y apoyo popular que obtenían en aras de lograr organizar posteriormente un futuro levantamiento nacional o una tercera guerra civil carlista. Era tal el peligro que suponían las facciones carlistas para los pueblos que los ayuntamientos dieron la orden de que hubiese constantemente en la torre del campanario dos vigilantes o somatenes (Origen de la Policía Local. Palabra que se origina a partir de las palabras catalano-valencianas “so emetent” (sonido emitente) al referirse a la alarma con la que avisaban los guardias desde el campanario. Otras fuentes afirman que el origen de la palabra viene de “Som atents”, que siginifica estamos atentos).

Imagen: fotografía de cuatro miembros de la vigilancia de somatén..
 Por ello, el 10 de mayo, José marchó con su Batallón a Castellón y el 16 de julio a Vinaroz donde se había alterado el orden por haberse negado gente del pueblo a pagar las contribuciones. 

Cuando José logró restablecer el orden marchó, el 12 de agosto, en dirección a La Cenia con otro Coronel, Mariano Chulvi, donde pernoctaron en Chert. Al día siguiente llegaron a San Mateo donde José marchó con dos compañías y 20 guardias civiles en dirección a Alcalá de Chivert, porque  una facción carlista de entre 40 a 50 hombres, que se había organizado en la ermita de la Font de la Salut de Traiguera,  al mando del cabecilla Antonio Borrás, había desarmado una pareja de carabineros y les habían robado armas y munición en Alcosebre. A las 8 de la tarde, los carlistas habían llegado al pueblo de Traiguera donde recogieron 18 armas y se fueron en dirección a La Jana. Al día siguiente llegaron a Chert, robaron al cobrador de contribuciones el dinero que había recogido  y emitieron un bando obligando al pueblo a entregarles armas para la causa carlista. A las 9 de la mañana salieron de Chert y se dirigían a Vallbona pero fueron interceptados en la Mola e Chert a las dos de la tarde por José Arrando y su columna.

Publicado en La Correspondencia de España el día 6 de agosto de 1869 y el 7 de agosto en La Discusión y en La Iberia.
 Cuando los carlistas se vieron perseguidos por el Coronel Arrando y los hombres del Regimiento de Granada, huyeron y se refugiaron en la elevada ermita de San Benito donde contactaron con otro grupo de 180 carlistas de Alcalá de Chivert que pretendían proteger un desembarco de armas,  dirigidos por el cabecilla Francisco Vallés (Éste  sería más tarde Comandante General carlista de la provincia de Tarragona y posteriormente del Maestrazgo durante la Tercera Guerra Carlista). José los alcanzó  en la zona de la masía de Las Clapises, en Vallibona, causándoles 7 muertos, varios heridos y 2 prisioneros, entre ellos el segundo jefe de dicha partida. Los supervivientes carlistas se dispersaron huyendo hacia Tinença de Benofassar y los puertos de Beceite dejando en su huida sus armas y pertrechos de guerra para pasar desapercibidos en caso de ser capturados. 

Extracto de noticia publicado en el diario La época el 18 de agosto de 1869 donde se le nombra como decidido Teniente Coronel Arrando y se  recoge la lucha entre carlistas y liberales.
Por esta acción José fue recompensado con la Cruz al Mérito Militar de Segunda Clase.

Cruz Roja del Mérito Militar de Segunda Clase. A José se le concedió en 1869 por haber vencido las partidas carlistas de Antonio Borrás y Francisco Vallés.


Noticia Publicada en el Diario La Esperanza el día 19 de agosto de 1869 donde se recogen los incidentes del día 12 de agosto de 1869.
Ese mismo día 12 de agosto, otra partida de 100 hombres bajo el mando de Ignacio Polo, 2º jefe de la partida del cabecilla Mestre, se apoderó de los fondos que estaban en posesión del recaudador de contribuciones del Forcall y se dirigieron a Cinctorres y La Mata. Por ello, José con la tercera y la cuarta compañía de su Regimiento se dirigió hacia Cinctorres donde les interceptaron. Allí se les unió más tarde la quinta compañía de Batallón del Regimiento de Granada. Sin embargo, el 2º cabecilla, de la facción carlista, Ignacio Polo,  fue después indultado. Porque el Capitán General del distrito o 3ª Región Militar ofreció a los carlistas un plazo de 8 días para acogerse a indulto con la finalidad de que desistiesen las luchas y entregasen las armas.  

El día 23 de agosto, José marchó a Vilafranca del Cid con sus hombres, donde de nuevo tuvo que luchar con el recién indultado Ignacio Polo.

Regimiento de Infantería de Granada desfilando con uniforme de gala  en 1908

El 25 de agosto de 1869, José marchó hacia la Estrella y Vistabella donde cuatro oficiales de otra Compañía solicitaron su ayuda para capturar unos carlistas. José cooperó con ellos y capturaron dos prisioneros y obligaron a que se entregasen 62 individuos más junto al alcalde de Vieras que eran miembros de la partida carlista de los cabecillas Galindo y Catí. José Arrando los escoltó hasta la ciudad de Castellón donde los entregó a las autoridades militares.

Noticia publicada en La Iberia el 28 de agosto de 1869 donde se recoge que José escolta con sus tropas a los prisioneros hasta Castellón.
El 1 de octubre, José salió para Morella con dos compañías de su Batallón y la sexta compañía del segundo batallón. Con ellas marchó hacia Alcalá de Chivert y continuó después en tren hacia Novelda. 

Fotografía Antigua de Morella. 1975


Imagen: soldados isabelinos subiendo al tren.
Allí y en Castalla consiguió derrotar a los hombres de la partida carlista de los cabecillas Carlos Juez y Froilán Carvajal, el 6 de octubre, y conducir, el día 11 hacia Alicante, 15 prisioneros entre ellos el propio Froilán Carvajal y dos heridos, así como sus armas y municiones. Para poder capturarlos, José, que entró en Castalla cuando los 40 carlistas ya se habían marchado, se adelantó a caballo con su caballería (suponemos que eran los 50 lanceros de la compañía de Sagunto) y los capturó en la zona de las Casas de Sarganella cuando se estaban dispersando, evitando así que se escondiesen en la sierra. Una vez capturados los prisioneros fueron escoltados hacia Alicante, aunque esa misma noche pernoctaron en Ibi. 
 Mientras tanto, en su marcha por el camino escoltando los prisioneros hacia la capital alicantina, derrotó la facción carlista de Bertomeu en Liria de Morón capturado varios hombres más.

Artículo publicado en La Esperanza y en La Correspondencia de España(Diario Universal de Noticias) el día 8 de octubre de 1869. También se publicó en La Discusión el día 9 de octubre.
Publicado en La Discusión el día 10 de octubre de 1869.

Tres días más tarde, 14 de octubre de 1869, obligó a las partidas de los cabecillas Palloc y Bertomeu (Tomaset) a abandonar El Salt y a refugiarse en Alcoy donde los rebeldes emitieron un bando para requisar armas entre la población y registraron algunas casas. También pretendieron recaudar dinero forzado entre 200 contribuyentes del pueblo, robaron la caja de la recaudación, liberaron a los presos y cometieron vejaciones entre la población. Por ello, José Arrando bloqueó con sus hombres la ciudad y la ocupó el día 17, consiguiendo con ello desarmar a los insurrectos y relevar a los cargos políticos del ayuntamiento (que sin embargo fueron indultados más tarde e instantáneamente puestos en libertad bajo fianza). Sin embargo, al parecer parte de los insurrectos huyeron antes de la llegada de las fuerzas de José Arrando, llevándose con ellos 2400 reales del total de lo robado.

Retrato de Tomas Bertomeu Menor, conocido como El Tomaset de Petrer. Parcipicaba dentro de la facción carlista del cabecilla Francisco Sempre, conocido como Palloc.

Publicado en La Gaceta el 15 de octubre de 1869. También se publicó en El Diario de Avisos de Madrid y en La Discusión el día 16.
Publicado en La Época el día 17 de octubre de 1869. En La Esperanza y en El Diario de Avisos de Madrid  el día 18.


Publicado en La Correspondencia de España en día 18 de octubre de 1869 y en la Iberia el 19.
Imagen de Alcoy en 1918.



Los días 19, 20 y 21 de octubre, José volvió a perseguir los miembros de ambas partidas carlistas de Bertomeu y Palloc. Las batió y venció en el estrecho de Agras, capturando 3 prisioneros (entre ellos el segundo jefe, mano derecha de Bertomeu) y requisándoles 40 armas que entregó a los alcaldes de Cocentaina y Benares. El 25 de ese mismo mes de octubre regresó  a Alcoy y el 4 de noviembre salió con una columna de su regimiento hacia Cartagena donde permaneció hasta final de mes por haber pasado a situación de reemplazo.

Afortunadamente, José fue recompensado de nuevo con un bien merecido descanso familiar ya que permaneció en situación de reemplazo desde octubre de 1869 hasta julio de 1871, es decir 1 año y 8 meses. Sin embargo, durante este periodo José pidió 1 mes de permiso para poder trasladarse a Madrid a arreglar asuntos propios. 

Noticia publicada en El Imparcial el día 17 de diciembre de 1870
A finales de julio de 1871, fue destinado al Primer Regimiento de Infantería de Burgos nº 36 (apodado el Sol y que en 1965 pasó a llamarse San Quintín) que se hallaba de operaciones en Lérida (lugar de origen de su mujer y su hijo).

Noticia publicada el 30 de julio de 1871 en La Correspondencia de España.
Desde que el nuevo Gobierno (Provisional) había llegado al poder, una de sus tareas consistía en buscar una nueva monarquía que reinase en el país. No obstante la tarea no era nada fácil ya que una de las condiciones necesarias para ser escogido como candidato era no ser pariente de la exiliada reina Isabel II y el nuevo rey debía ser consciente de que sus poderes estarían altamente limitados y debería acatar las decisiones de las Cortes. Estas condiciones dificultaron la búsqueda ya que eran pocas las casas Reales dispuestas a aceptarlas. Finalmente el candidato escogido por las Cortes fue Amadeo de Saboya, el candidato propuesto por el propio Ministro Juan Prim. Y de este modo, el 30 de diciembre de 1870, éste se convirtió en Amadeo I, nuevo rey parlamentario de España.

Foto de Amadeo de Saboya, hijo del rey de Italia Vittorio Emmanuele II,  y su primera esposa, María Vittoria del Pozzo della Cisterna (1846-1876),  una rica heredera con la que tuvo 3 hijos.
Sin embargo, Amadeo no comenzó su reinado con buen pie, ya que apenas tres días antes, su principal y único puntal, Juan Prim, fue asesinado en Madrid de un tiro a traición. De este modo el nuevo rey se quedó sin su único apoyo, en un país extranjero sumido en crisis y con grandes problemas a los que hacer frente y con la oposición de la aristocracia, la iglesia y el pueblo. Ante estas dificultades, el rey se vio forzado a abdicar en 1873.


Imagen de Amadeo de Saboya visitando la capilla ardiente del General Prim, sin cuyo apoyo no pudo hacer frente al proyecto reformador que éste había iniciado.


Después de la coronación, el 5 de febrero de 1871, José Arrando tuvo que prestar juramento de fidelidad al nuevo monarca en la propia Corte madrileña ante el Capitán General.

Madrid. Vista general del Palacio Real.

Durante el año 1872, permaneció en Lérida de guarnición hasta que el día 1 de mayo tuvo que salir de operaciones por orden del Gobernador Militar de la provincia para perseguir las facciones carlistas de los llamados General Torres, Brigadier Sorribas o Gaucho de Batera y del Coronel Piñol. Para poder llevar a cabo este cometido tomó el mando de las tres columnas del Regimiento de Burgos nº 36, de una compañía de la Guardia Civil y otra de caballería de Calatraba 


Extracto de la noticia publicada por el diario carlista La Esperanza el 4 de junio de 1872. (Este  hecho no se muestra en su expediente militar)
Sin embargo, los enfrentamientos a modo de tanteo que habían iniciado tiempo atrás los carlistas, se empezaron a recrudecer y el pretendiente a la corona real Carlos VII, que llevaba meses preparando la insurrección desde el exilio, estableció la fecha del 21 de abril de 1872 como inicio de la Tercerra Guerra Carlista (1872-1876) (aunque en Cataluña empezó un poco antes). Esta guerra se desarrolló principalmente en Cataluña, Navarra y el país Vasco.  Y por ello, José recibió el encargo de perseguir a los principales cabecillas de la zona de Cataluña y el Maestrazgo.

Imagen: el pretendiente Carlos VII rodeado de oficiales carlistas.

En esta nueva misión, José tuvo varios enfrentamientos:

El día 4 de mayo, luchó contra las facciones del cabecilla Torres en Masotero donde salió de nuevo victorioso y deshizo por completo la formación enemiga.

El día 11  de mayo en Serran contra el Brigadier carlista Pedro Sorrives donde resultó éste muerto con 4 de sus hombres (aunque la prensa carlista negaba el hecho) y donde, además, hubieron 12 heridos entre los enemigos (incluido un capitán) y los liberales lograron capturar 2 prisioneros más. Dos días más tarde, José logró disolver completamente la facción carlista al capturar al Coronel Feliu (segundo jefe de Sorrives), a tres oficiales más (a los cuales se les indultó más tarde) y al resto de los miembros de la facción. Este hecho de armas le valió un nuevo ascenso, y, por ello José fue recompensado con el empleo de Brigadier.

Extracto de prensa publicado en el diario republicano El Combate el día 6 de julio de 1872.
  
El 10 de junio, José combatió en la batalla de Granadilla contra el llamado General Sanz, Comandante General carlista de Tarragona, donde José logró dispersar al enemigo y rescatar a los “voluntarios” forzosos que los carlistas habían cogido para su causa, entre ellos a miembros del Ayuntamiento.

Extracto de la noticia publicada en La Iberia el día 12 de junio de 1872


El 18 de julio de 1872, José volvió a combatir en la batalla de Bajadell donde hirieron y apresaron al llamado Comandante General del Penedés, mataron a cinco carlistas y lograron dispersar la facción enemiga.

El día 21 de julio, José recibió un telegrama del Capitán General del Distrito de Valencia en el que se le ordenaba perseguir exclusivamente al cabecilla Joan Castell, titulado Capitán General carlista de Cataluña. Tras 3 días de búsqueda, José lo alcanzó en Sallen el día 24 junto a otros cabecillas carlistas y su ejército de 1084 hombres y 45  caballos. Tras una ardua lucha, José y sus hombres lograron vencerlos, causándoles 13 muertos (entre ellos el Comandante de Caballería Torres Guías), 100 heridos (entre ellos el Coronel Galcerán) y 42 prisioneros. Además lograron rescatar al jefe de la estación de tren de Terrassa y un soldado que llevaban prisioneros. Por esta acción se le otorgó la Cruz Roja del Mérito Militar de 2º clase.

El 24 de agosto, José luchó en la batalla de San Mauricio dirigiendo a sus hombres contra varias facciones carlistas que se habían reunido bajo el mando del cabecilla Castell. Afortunadamente, José logró vencerlas y dispersarlas en Coll-Tusos, Coll de Cocony y Borraola.

El 9 de septiembre de 1872, José fue ascendido a Brigadier debido a sus heroicas acciones en Senant, contra el cabecilla Sorribes. 

Publicado en La Gaceta de Madrid el 10 de septiembre de 1872.


El 7 de noviembre, luchó contra las facciones del cabecilla Francisco Savalls en el valle de Viaña y en Embrach.  Los liberales salieron de nuevo victoriosos después de causarles a los carlistas varios muertos y heridos.
 


Antigua fotografía de Francisco Savalls. Savalls era un conocido y temido carlista cuya leyenda servía para atemorizar a los niños que no se portaban bien igual que lo fue durante años la leyenda del hombre del saco. Era muy bien conocido el despiadado trato que daba a sus prisioneros a los que  mandaba fusilar en grandes grupos. (como en Oix donde fusiló 205 prisioneros).
El día 20 de noviembre de 1872, José combatió en la batalla del Salt del Colom contra las facciones de Castells, Guiu, Muret y otros más reunidas. En esta batalla logró causarles 19 muertos, bastantes heridos y 9 prisioneros (incluido el ayudante del cabecilla Guiu). Por este hecho, José fue recompensado con la Gran Cruz Roja del Mérito Militar. Posteriormente, fue nombrado Gobernador Militar de Lérida, cargo que obstentó 3 meses y 8 días (de diciembre de 1872 al 8 de marzo de 1873).


Gran Cruz Roja del Mérito Militar. A José Arrando se le otorgó el 13 de enero de 1973 por la batalla del Salt del Colom (20-11-1872)
   
Gaceta de Madrid 13 de enero de 1873
El 7 de diciembre, José y sus hombres lucharon en la batalla de Lladó contra la facción  del cabecilla Figueras, donde lograron dispersarla y causarles varios muertos y heridos. 

El 11 de diciembre, lucharon en la batalla de San Quirze de Besora de nuevo contra Savalls y sus hombres a quienes obligaron a abandonar la ciudad en la madrugada del 11 al 12 y los capturaron al día siguiente en Vidrás. Sin embargo, el cabecilla Savalls logró escapar.

Fotografía antigua de Sant Quirze de Besora.
Fotografía del puente sobre el río Ter de S. Quirze de Besora.

El día 20 de diciembre, José combatió en la batalla de Viladrau de nuevo contra Savalls, junto a otros cabecillas: Huguet, Frijola, Vila de Prat y Corlaza. En esta lucha los liberales les causaron 7 muertos, varios heridos, un oficial prisionero y los dispersaron en la Ermita de San Segismundo y alto del Montseny.

Extracto publicado en el Periódico para Todos el 23 de enero de 1872.

Fotografía antigua de la ermita de San Segismundo (Montseny)
El 16 de enero de 1873, José y sus hombres combatieron en la batalla de Camarasa  contra las facciones unidas de Narassa, Gancart, Capdevila y Piñol. En ella los liberales lograron hacer 12 muertos (entre ellos el cabecilla Piñol que murió a consecuencia de las heridas que recibió), bastantes heridos, dos oficiales y 13 prisioneros. 

Por esas fechas, la famosa Brigada Arrando consistía normalmente en 4 batallones de regimiento, 4 piezas de artillería pesada (o cañones Krupp) y 100 caballos.

El 12 de febrero, lucharon en la batalla del Coll de Orenga y en el Paso de las Yeguas del Monseny contra las facciones reunidas de los cabecillas Camats, Camps y Pere del Chot. En esta batalla los persiguieron por la zona disparándoles con fusiles y con la artillería hasta que anocheció. El cabecilla carlista Camats resultó muerto de un disparo de artillería por un casco de granada, así como varios muertos y heridos. Sin embargo, el resto de los carlistas que no resultaron heridos o muertos lograron entonces dispersarse por completo aprovechando la oscuridad de la noche. 

Al día siguiente, José se dirigió a Gerona por orden del Gobernador Civil de la provincia por haberse proclamado la República, ya que al haber abdicado el rey Amadeo I, el 10 de febrero de 1873, las Cortes se decantaron por sufragio por proclamar la Primera República española.

 
Estanislao Figueras, primer presidente del Poder Ejecutivo de la I República.

De hecho a partir de febrero de 1873 la guerra carlista se intensificó debido a que se proclamó la Primera República y muchos de los partidarios monárquicos de la reina Isabel descontentos con el rumbo político de las cosas decidieron unirse al bando carlista (proclamando la insurrección cantonal en pro de la independencia). No sería hasta que se restaurase la monarquía en la figura de Alfonso XII, hijo de la exiliada reina Isabel II, en diciembre de 1874, cuando las aguas volvieron a su cauce y los monárquicos isabelinos restaron fuerzas a los ataques de los carlistas. Con lo que la balanza se volvió a decantar claramente a favor de los liberales.

   Alfonso XII


A finales de febrero, su hijo Emilio, que había estado en la Guerra de los Diez Años de Cuba, es nombrado su ayudante.

El 1 de marzo, José fue nombrado Segundo Cabo de la Capitanía General de Valencia.

Publicado en La Gaceta de Madrid el 2 de marzo de 1873.

El 19 de marzo de 1873, José Arrando recibió un pasaporte con permiso para fijar su residencia en Madrid (en situación de cuartel); posiblemente su mujer y sus hijas fueron a vivir también con él a la capital madrileña.

El día 31 de marzo, José fue nombrado Segundo Cabo de la Capitanía General de   Valencia, prestando sus servicios como tal hasta el 23 de junio de 1873, es decir 2 meses y 23 días. Y Capitán General interino hasta el 1 de julio, fecha en que cesó en dicho destino, posiblemente por haber sido ocupado el puesto por el propietario de la plaza (el Capitán general Velarde).

La Gaceta de Madrid 24 de junio de 1873

Entre el 23 y el 27 de junio de 1873, José fue nombrado Gobernador Militar de Tarragona, cargo que ostentó durante sólo 4 días, suponemos que en espera de que llegase el auténtico poseedor del cargo. Y del 27 de junio al 7 de julio, fue nombrado de nuevo Gobernador Militar de Lérida

Publicado en la Gaceta de Madrid el 26 de junio de 1873.

Después marchó a  Madrid, y el día 10 de julio se le destinó con una brigada a las órdenes del Capitán General de Valencia Sr. García Velarde (que acababa de ser nombrado como tal). 

Sin embargo, el día 10 de julio estalló la conocida como Revolución del Petróleo en Alcoy por iniciativa de la AIT española (Asociación Internacional de Trabajadores) donde los obreros y sindicalistas optaron por la independencia (cantonalismo). 

Alcoy. Calle de San Nicolás y Glorieta en torno a 1900.

En aquellas fechas Alcoy se había convertido en una ciudad altamente industrializada gracias a las industrias textil, papelera y metalúrgica. Sin embargo, la reciente implantación de un sistema capitalista que substituía la mano de obra por mecanizada hizo que los obreros se declarasen en huelga rompiendo las máquinas industriales. Cuando el alcalde republicano alcoyano, Agustí Albors, mandó disparar sobre ellos a la policía, los obreros asaltaron el ayuntamiento, tomándolo por la fuerza y asesinándole después. Mientras tanto, la ciudad de Cartagena se declaró independiente el día 12, y Alcoy la siguió, declarándose como ciudad independiente. Los obreros habían tomado el poder, pero el caos reinaba en las calles a modo de asesinatos y ajustes de cuentas y, a causa de ello, tuvo que intervenir el ejército.

Tropas republicanas entran en Cartagena para sofocar la rebelión cantonal. 
El cantón se extendió como la pólvora y, además de Cartagena y Alcoy, otras ciudades se declararon independientes como: Sevilla, Valencia, Cádiz, Jumilla, Algeciras, Castellón, Almansa, Granada, Motril, Salamanca, Tarifa, Torrevieja. …

Foto de Antoñete Gálvez, líder del Cantón de Cartagena.


Duro cantonal. Moneda cantonal de Cartagena de  2 pesetas.  

A causa de todo ello, José marchó a Alcoy donde logró sofocar la insurrección cantonal. 

Después, el Capitán General García Velarde le destinó a La Fuente de la Higuera con el Segundo Batallón de Albuera pero, cuando la tropa se indisciplinó en Albacete, José como reconocido oficial con gran carisma y capacidad de convicción recibió la orden de devolver al orden a la División. José para apaciguar los ánimos entre la milicia les prometió a los soldados traerles un General que fuese digno de mandarles como ellos merecían. Y por ello, una vez devuelta la disciplina entre la tropa, salió a las 8 de la mañana con los hombres del regimiento de Albuera en dirección a Madrid y el mismo día a las 8 de la tarde volvió a entrar en Albacete trayendo con él al mismísimo General Martínez Campos. 

Después José marchó inmediatamente con ellos, sus hombres del regimiento de Albuera y el propio General Martínez Campos (José en concepto de Segundo Cabo de Valencia) hacia la capital valenciana para sofocar la insurrección cantonal. 

Mientras que el General Manuel Pavía desarrollaba operaciones militares en Andalucía para acabar con el movimiento cantonal del Sur del país, el General Arsenio Martínez Campos dirigía sus tropas hacia Murcia y Valencia para sofocar la rebelión cantonal.

Retrato del General Manuel Pavía

 Retrato del General Arsenio Martínez Campos
 Fue nombrado Segundo Cabo de la Capitanía General de Valencia desde el 22 de julio hasta el  19 de octubre de 1873 (2 meses y 27 días).

Publicado en La Gaceta de Madrid el 23 de julio de 1873.

En Valencia el cantón independentista se había declarado entre el 17 y el 20 de julio de 1873 promovido por un sector de la burguesía (a diferencia de Alcoy que fue un movimiento obrero). La milicia que protegía la ciudad se adhirió igualmente al cantón, arengados por la población.

Como las murallas de la ciudad de Valencia habían sido derribadas casi en su totalidad ocho años antes, la Junta cantonal organizó la defensa de la ciudad con barricadas, parapetos y reforzando todas las entradas con cañones y artillería. Además, prohibió que todos los hombres en edad de combatir (entre 18 y 50 años) pudieran salir de la ciudad para evitar posibles deserciones.



Antigua foto de la ciudadela de Valencia antes de la demolición de sus murallas (siglo XIX). La torre o campanario más alto es el conocido como Miguelete.
De este modo, el 24 de julio de 1873, las tropas centralistas del ejército del General Martínez Campos entraron en Catarroja, próximas a Valencia. A las tres de la madrugada  llegaron en ferrocarril a la estación de Catarroja la mitad de las fuerzas, las que estaban comandadas por el General Arsenio Martínez Campos con un total de 900 hombres (Un batallón del Regimiento de Albuera y otro del Regimiento Galicia, la Guardia Civil de Valencia y unos cuantos carabineros). La otra mitad, los hombres de un batallón del Regimiento de Granada, 180 caballos y jinetes de los Regimientos de Sagunto y  Villaviciosa y de la Guardia Civil  comandados por el Brigadier José Arrando debían llegar por carretera portando ochos piezas Krupp de artillería pesada.  Entre ambas fuerzas apenas llegaban a algo menos de 2000 hombres.

  Imagen: Cañón de artillería Krupp.

El general decidió atacar cuanto antes para aprovechar el factor sorpresa y entró en la ciudad guiado por un sereno. Sin embargo, las milicias de la ciudad estaban preparadas, escondidas en gran número en diferentes puntos de la ciudad como la plaza de toros, el mercado, la calle San Vicente,… y les atacaron causándoles a los soldados centralistas 3 muertos y 5 heridos; mientras que los milicianos que defendían la ciudad tan sólo tuvieron 1 muerto y 3 heridos.

El General Arsenio Martínez Campos decidió establecer su cuartel general en Quart de Poblet y el sábado 2 de agosto de 1873, empezó el bombardeo de Valencia por parte de los soldados centralistas desde Chirivella, situado a dos kilómetros al Oeste de la capital. Los milicianos cantonales respondieron al fuego bombardeando a su vez desde uno de los pocos trozos que quedaban en pie de la antigua muralla, la puerta de Torres de Quart.

El bombardeo de la ciudad fue cada vez más preciso y empezó a causar el pánico y el desánimo entre la población. Cosa que hizo difundir la idea de la rendición entre una parte de la población.
 
Torres de Quart de Valencia. Fotografía de 1888. En la imagen se pueden ver parte de las marcas causadas por las bombas de la artillería pesada.
El bombardeo y el fuego cruzado duró entre ambos bandos un total de  13 intensos y largos días. Desafortunadamente, el último día antes de que la ciudad se rindiese a las tropas centrales (5 de agosto de 1873), su único hijo varón y ayudante, el Teniente Emilio Arrando Vilella, fue herido a temprana hora en una pierna por la explosión de un casco de granada durante el sitio de Valencia. Ese día hubo un total de 7 muertos, 36 heridos y 26 contusos entre las tropas centralistas.

Emilio, herido suponemos que de gravedad,  fue retirado del campo para ser atendido de sus heridas junto al resto de los heridos. Mientras su padre, el Brigadier Arrando continuó cumpliendo con su deber en el campo de batalla.

Noticia de prensa publicada en el diario “La discusión” el 14 de agosto de 1873
 



Ese mismo día, 5 de agosto, una comisión intermediadora logró paralizar provisionalmente los bombardeos hasta las 12 del mediodía para mediar entre ambas partes y organizar las condiciones de  capitulación de la ciudad.  La Junta cantonal se decantó a favor de la rendición y entrega de las armas a cambio del indulto. Mientras que un sector más radical de milicianos se dirigieron al vapor Matilde para dirigirse a Cartagena y continuar desde allí la lucha rebelde. Acto seguido la Junta cantonal izó una bandera blanca en el Miguelete, la torre más alta de toda la ciudad.

 
El Miguelete. Fotografía hecha en 1851.

Seguidamente, el General Martínez Campos entró en la ciudad a través de las torres de Quart donde ocupó con sus mandos el edificio de la Capitanía General. 

Emilio fue conducido al Hospital Militar de la Capitanía General donde se le atendió durante casi un mes. Sin embargo, murió el 2 de septiembre de 1873 en ese lugar probablemente debido a alguna infección contraída durante su convalecencia. Tenía tan sólo 24 años.

En esta ocasión el Brigadier José Arrando se entregó mucho más allá de su deber: tuvo que ver cómo su hijo resultaba herido en el campo de batalla y perdía la vida casi un mes después. A pesar del gran dolor que suponemos que sentía, José siguió, nunca mejor dicho, al pie del cañón y aún fue capaz de recopilar fuerzas y enfocarlas hacia el enemigo, haciendo prisioneros a los 500 hombres de la facción del cabecilla Plaza con todas sus armas en el puerto de Almansa y en la Sierra de Anguera. Por los servicios que prestó arriesgando su vida José Arrando fue propuesto por el Capitán General Arsenio Martínez Campos con el empleo de Mariscal de Campo, cargo que no se le dio hasta principio de 1875.

Después de eso, José continuó enfocando sus fuerzas hacia el enemigo y se empeñó en la búsqueda y captura de los máximos capitostes del carlismo en el Maestrazgo: Pascual Cucala y Joaquín Santés. Por ello, el 23 de agosto dirigió a 2200 hombres, 240 caballos y 6 piezas de artillería contra las facciones carlistas de ambos dirigentes que se habían reunido con otros en la ciudad y el castillo de Játiva. Primero, José Arrando dio la orden de atacar ambos lugares usando la bayoneta, logrando expulsarlos de la ciudad. El castillo fue atacado desde las 10 de la mañana hasta las 4 de la tarde. Pero, como los carlistas que se habían marchado de la ciudad corrieron en auxilio de los que se hallaban en el castillo, José mandó cargar a la caballería de Sagunto deshaciendo las fuerzas del cabecilla Santés. La población mientras tanto también participó en la contienda persiguiendo a los carlistas que huían, matando 296 hombres y capturando 500 armas.

Retrato del General Pascual Cucala Mir
El 1 de octubre de 1873, José participó en la sorpresa que se le hizo al enemigo en Torreblanca que había capturado un convoy de tabaco, suponemos que para contrabando (donde los soldados centrales hicieron 2 muertos y capturaron a 5 prisioneros y a sus caballos). Como señal de recompensa a sus hombres, José repartió el tabaco entre la tropa.

Después José fue nombrado Segundo Cabo de la Capitania General del Distrito de Granada desde el 18 de diciembre de 1873 hasta el 21 de abril de 1874 (durante 4 meses y 3 días).

La Gaceta de Madrid 19 de diciembre de 1873
También fue nombrado Gobernador Militar de Lérida desde el 21 de abril hasta el 17 de octubre de 1874.

La Gaceta de Madrid 22 de  abril de 1874
El 3 enero de 1874, el General Pavia hizo un golpe de estado que puso fin a la Primera República y que dio lugar a un nuevo comienzo de Gobiernos Provisionales bajo el control del General Serrano. De este modo se inició una ofensiva militar para acabar con el carlismo en Cataluña. 

Imagen: entrada de las fuerzas del general Pavía en el Congreso de los Diputados el 3 de enero de 1874.
José Arrando era un hombre de armas y de acción y, a pesar de estar a punto de cumplir 59 años, salió de operaciones por la provincia de Lérida con el objetivo de capturar a los grandes líderes del carlismo catalán. Al estar inmersos en plena Tercera Guerra Carlista, José intervino en varias acciones contra los carlistas:

Antigua fotografía de la ciudad de Lérida.
El 3 de mayo de 1874,  hizo prisioneros al comandante de armas carlista de Arbea, con dos individuos más. 

En junio luchó contra el cabecilla Sarroca, en la que éste resultó muerto, e hizo prisionero a su ordenanza y a los individuos que componían su ronda. Además de requisarles sus armas y 500 pesetas que fueron entregadas al tesorero de la Brigada.

Estando de marcha, José Arrando y sus hombres oyeron disparos en la zona del Priorat.
Y se dirigieron hacia la zona donde el Batallón de Cazadores de Reus se encontraba rodeado por las facciones carlistas de Morre, por las de cura de Flix y por otras más que habían atacado y tomado el pueblo de Bellmunt. José con sus fuerzas acudió en su auxilio persiguiendo a los carlistas que al verlos llegar se dispersaron por el campo formando pequeños grupos. No sin antes dar la orden a los médicos militares de que atendiesen a los heridos y a la población que había sido maltratada por el enemigo.

Fotografía antigua de Bellmunt.
  El 29 de  julio, por orden del Capitán General de Cataluña marchó en tren hacia Manresa, que había sido atacada el 4 de febrero por 4000 carlistas, mandados por Tristany, que habían robado a la población, incendiado parte de la ciudad y destruido las fortificaciones que se estaban reconstruyendo en ese momento. Sin embargo, al haber sido cortada la vía férrea por los carlistas del cabecilla Rafael Tristany.  José mandó a su batallón apearse del tren y continuar la marcha a pie, a pesar de la oscuridad de la noche, pero la intención era clara: debían liberar la ciudad de Olot que había sido asediada y tomada por los carlistas de Savalls días antes. A pesar de la oscuridad nocturna, lograron ahuyentar al enemigo. A continuación continuaron la marcha hacia Olot (capital del carlismo catalán en aquella época) donde se hallaba situada la Brigada centralista Cirlot al mando del general Esteban que había sido atacada y derrotada por el enemigo en el Cim de Toix.

Por esas fechas la famosa brigada o columna Arrando estaba compuesta por cinco batallones, 4 piezas Krupp y 100 caballos.

      Retrato de Rafael Tristany.

Por el camino, en dirección hacia Grau de Olot, José se puso en la vanguardia con la Brigada a su cargo, repeliendo y contestando con fuego a los tiroteos que de vez en cuando les hacían algunas partidas de carlistas. En Collsacabra, tuvo un enfrentamiento con las facciones del mismísimo Mariscal de campo Francesc Savalls, que en diciembre de 1874 fue nombrado Comandante en jefe del ejército carlista de Cataluña.

 El 2 de agosto se la mandó proteger la Brigada Mola, que se hallaba en la bajada de Grau intentando luchar contra los carlistas para recuperar la ciudad de Olot. Ambas compañías juntas lograron recuperar la ciudad truncando así los planes del ejército carlista de Savalls que pretendía dirigir todos sus esfuerzos a la toma de Olot para crear una zona reforzada y atrincherada a su alrededor  entre Castellfollit, Grau i el valle de Amer, cerrando el paso y prohibiendo la entrada en el Alto Ter por San Quirce de Besora; y creando así una zona fortificada, cuyo cuartel general fuese la ciudad de Olot.

Fotografía de Olot.
Después ambas compañías se dirigieron hacia Banyolas y allí recibieron la orden de dirigirse hacia Lérida para dirigir operaciones militares en la zona. Por el camino se les ordenó defender Molins de Rey que había sido atacado por unos 200 hombres de las facciones carlistas de Vila de Prat y por otros cabecillas. Tras una ardua contienda, lograron que el enemigo desistiese y huyese internándose en la montaña.

Fotografía antigua de Molins de Rey

El 21 de septiembre de 1874, el Brigadier José Arrando luchó  en  Solsona contra las facciones al mando del General carlista Velasco y del cabecilla Moore y otros más reunidos. En la batalla, los soldados centralistas lograron causarles 5 muertos y varios heridos, logrando que se dispersasen a las 9 de la noche en los altos de San Bartolomé y Ladus. 

El 7 de noviembre, José luchó en la batalla de Vimbodí contra la facción de  Pere del Choch a la que se le causó dos muertos y tres heridos.

A pesar de ser ya mayor, José estuvo siempre en constante movimiento, marchando a caballo por los campos y caminos para defender a los pueblos que eran asaltados o en pleno campo de batalla contra el enemigo. 

Otras acciones en las que intervino durante ese año 1874 fueron: logró dar muerte a los Comandantes Carlistas de los pueblos de Lanaliujo y Alfes y a dos soldados zuavos en el pueblo de Mollerusa que formaban parte de la guardia de la Infanta carlista Doña Blanca de Castilla de Borbón y de Borbón-Parma (hija del pretendiente al trono Carlos (Carlos VII para los carlistas) y de Margarita de Borbón-Parma); capturó y encarceló a un Cabo escribiente enemigo, a un soldado zuavo con todas sus armas, … (Los zuavos son soldados de un Regimiento de Infantería francés de origen argelino).


 Retratos de Blanca de Borbón, primogénita de Carlos VII . Al nacer se le impusieron los nombres de Blanca de Castilla, María de la Concepción, Teresa, Francisco de Asís, Margarita, Juana, Beatriz, Carlota, Luisa Fernanda, Adelgunda, Elisa, Ildefonsa, Regina, Josefa, Micaela, Gabriela y Rafaela.
Imagen de un soldado de infantería con el uniforme de zuavo.
    
Durante ese año 1874, continuó sus labores de Brigadier siempre al frente de sus hombres y siempre en la delantera de la acción. Pero, no siempre José desempeñó sus funciones rodeado de sus hombres, en 1869, José tuvo que viajar completamente sólo en un par de ocasiones, sin soldados, a pesar de los maleantes y asaltantes que vigilaban los caminos en aquella época y de ser uno de los hombres objetivo de los enemigos carlistas. La primera ocasión fue a Alcoy, la segunda a Vinaroz; ambos encargos realizados por el Capitán General del Distrito de Valencia y con objeto de desempeñar servicios “reservados” (tal vez secretos), que según su expediente militar desempeñó a la perfección y al agrado del Capitán General.

Foto antigua de Alcoy.

El 17 de octubre José  dejó de ser Gobernador Militar de Lérida (5 meses y 26 días) y pasó a ser Jefe de la Primera Brigada de la Segunda División del Ejército de Cataluña, cargo que ocupó hasta el 19 de febrero de 1875, durante 4 meses y 2 días.

El 1 de diciembre de 1874, Alfonso XII, hijo de la reina exiliada Isabel II, hizo público el Manifiesto de Sandhurst presentándose a los españoles como un príncipe católico, español, constitucionalista, liberal y deseoso de servir a la nación. El 29 de ese mes, el General Martínez Campos se pronunció a favor del joven príncipe en Sagunto. En ese momento el jefe del Estado era el General Serrano y el presidente del Gobierno Sagasta. En enero de 1875, Alfonso llegó a España y fue proclamado rey ante las Cortes.


Pronunciamiento del General Martínez Campos a favor del acceso al trono del príncipe Alfonso XII en Sagunto 29 de diciembre de 1874.
En febrero de 1875, José realizó una marcha forzada caminando todo un día y toda una noche seguido para socorrer la ciudad de Cervera que había sido atacada por las facciones de Tristany, Miret y otros cabecillas que se habían reunido para atacarla en la madrugada del 16 de febrero. De hecho este nuevo ataque carlista no era nada más y nada menos que la venganza de algunos cabecillas al intento, frustrado por el ejército, que realizaron los carlistas  el 8 de enero de atacar y tomar la ciudad. En esta ocasión, para asegurarse la victoria, los carlistas trajeron refuerzos del grueso de las facciones carlistas de toda Cataluña. Sin embargo, era tal la fama de agerrido, valiente (bizarro) y buen estratega que tenía José Arrando que los enemigos al enterarse que la columna Arrando estaba próxima se retiraron de inmediato y sólo intercambiaron tiroteos con la avanzadilla de la caballería y algunos voluntarios, que se habían ofrecido de la propia tropa, que se habían adelantado; debido a que las muchas horas de camino imposibilitaban que la tropa avanzase toda a una al mismo ritmo (no olvidemos que los hombres a pie no pueden seguir el mismo ritmo que los jinetes y, mucho menos, los carros que portan la artillería pesada). 

Foto antigua de Cervera.

Por este hecho de armas, el rey Alfonso XII decidió crear una medalla exclusiva especialmente pensada para conmemorar esta batalla.

Medalla conmemorativa de la Batalla de Cervera del 16 de febrero de 1875.

A causa de este merecido ascenso, y para la imposición de la medalla, José con todos sus hombres, incluido su sobrino Pepe (Alférez de Infantería que se hallaba bajo su mando) fueron trasladados a la Corte. 

Además, José fue promovido a Mariscal de Campo y el 19 de febrero se le nombró Comandante de la Primera División del Ejército de Cataluña que operaba en la provincia de Gerona, cargo que ocupó desde el 19 de febrero hasta el 12 de julio de 1875 (durante 4 meses y 23 días).

La Gaceta de Madrid, 20 de febrero de 1875. Nombramiento de mariscal de Campo.

En marzo de ese año, se dirigió hacia Gerona en tren, apeándose en Sant Feliu de Guíxols, de donde salió el día 26 de marzo en dirección a Gerona con el primer convoy de artillería, con varias piezas Krupp (cañones), sus municiones, víveres y efectos estancados;  siendo escoltados por las fuerzas de diferentes cuerpos de la zona. 

José llegó el día 27 de marzo a Gerona, pero la columna continuó su marcha hacia Olot, donde llegó al día siguiente. Allí se encontraba el Capitán General Arsenio Martínez Campos dirigiendo las obras de fortificación de la ciudad y la ofensiva contra Savalls. José Arrando le substituyó en sus labores de comandante general ya que el Capitán General se marchó nada más llegar éste. 

En el libro “La última Guerra Carlista en Gerona” de José Grahit y Grau se explica que los rumores de que la columna Arrando había llegado a Olot, impulsó a muchos carlistas de pequeñas facciones que habían bloqueado pueblos en las montañas a abandonarlos ante el miedo a ser atacados, entre ellos Sant Joan de les Fonts.

Grabado del Monte Olivete de Olot (entre 1874 y 1878). En él se pueden ver: una torre de artillería con cañones Krupp  y  faro de iluminación (para defenderse ante los ataques nocturnos), un blocao (block-house) como fuerte de defensa, las cocinas, el camino de olot, el monte Olivete y otros, la ermita de San Julián, las baterías y el campamento de los carlistas en los primeros días de la ocupación, el río , el  camino de Ridaura, el Valle de Olot, … 

Esta ciudad suponía un símbolo del carlismo para Savalls y por ello, los soldados de José se enfrentaban a diario contra las fuerzas carlistas y contra el mismísimo Savalls al frente de todas ellas, teniendo como gran inconveniente el hecho de que la ciudad estaba al descubierto sin murallas, ni cañones que la defendiesen.

Sin embargo, José tuvo que publicar un bando, a modo de protección entre la población de la ciudad, decretando la ciudad bloqueada en la puerta Norte que comunicaba a la carretera de Ripoll- Sant Joan de les Abadesses y hacia Besalú debido a que el mismísimo Savalls había establecido un bloqueo en dicho punto mediante un bando que imponía la muerte para los paisanos que traspasasen dichos puntos. 

El 19 de abril, una vez instalados los cañones de artillería y acabadas las fortificaciones más necesarias que los mantenían a salvo y ocultos del enemigo, José logró que Savalls levantase el bloqueo de la ciudad al destruirle e inutilizarle su artillería, causándole al enemigo algunas bajas en varios días entre muertos y heridos.

Una vez pasó la ciudad de estado de sitio a estado defensivo, José dejó parte de sus fuerzas al mando de un Brigadier y salió en persecución de las facciones enemigas de Savalls, con el resto de sus hombres, hasta que lo localizó en Santa Coloma de Farners el 25 de abril de 1875. Allí, Francesc Savalls se había reunido con otros cabecillas carlistas como Angelet, Miret y otros más. 

Santa Coloma de Farners en el siglo XX.
El enfrentamiento fue duro e intenso, pero la columna Arrando logró vencerlos. Según cuenta el libro “La última guerra carlista en Gerona y su provincia”, la batalla tuvo lugar a las 7 de la mañana. El ejército carlista fue batido y se dispersó; entre ellos hubieron: 18 muertos (entre ellos dos jefes, un capitán de caballería, un oficial del Estado Mayor carlista y otros 3 oficiales), 170 heridos y 11 prisioneros. Y entre la tropa liberal: 13 muertos, 54 heridos (23 de cierta gravedad). Entre los fallecidos se encontraba el jefe de la caballería carlista Vilches. Dicha caballería enemiga, que era muy numerosa, quedó deshecha por completo debido a la persecución que José con su caballería hicieron hasta una legua de distancia de la ciudad. Después José regresó donde estaba el resto de la tropa y dio la orden de que fueran atendidos y recogidos todos los heridos y difuntos de ambos bandos, que junto a los soldados heridos de su columna fueron llevados a la capital, Gerona, para ser atendidos, escoltados por toda la tropa.

El 2 de mayo José combatió en la batalla de Las Planas y el 3 en Asuén.

El 26 de junio, José salió de Gerona  para realizar una marcha forzada con su columna en persecución de las facciones de Savalls que atacaban a Molins de Rey. Dos días más tarde logró atacarle en los pueblos de El Papiol y Estriveras del Ardal donde les causaron 58 bajas entre muertos  heridos. 

Fotografía antigua de El papiol

Como cada vez que los carlistas eran hechos prisioneros se les requisaban sus armas y munición o como la mayoría de las veces que salían huyendo por el monte las dejaban  atrás, el ejército de Savalls andaba un poco escaso de armas. Por ello, (según el historiador José Grahit) el 27 de junio, Savalls publicó un bando, en el cuartel general de Ripoll,  ordenando que en el plazo de 5 días todos los paisanos que tuviesen fusiles u otras armas las presentaran en la Intendencia Militar y en el caso de no cumplir lo ordenado pagarían mil reales por cada arma y serían juzgados por el consejo de guerra como enemigos armados contra “Su Majestad el rey Carlos VII”.

El 7 de julio, con su división, José Arrando dirigió la tenaz y reñida acción de la Junquera contra las fuerzas de Savalls, Auguet, Miret, Vila de Prat y otros cabecillas que habían unido fuerzas en número de 500 hombres, causándole 30 muertos, 250 heridos y tres prisioneros. José logró dispersarlos y salvar la zona del Empordà y la columna del mismo nombre que se hallaba protegiendo la fortificación de la Junquera. Ese mismo día, José mandó un telegrama al Capitán General, Arsenio Martínez Campos,  que decía así:

«He batido a Savalls que mandaba nueve batallones y tres piezas, habiéndoles tomado sus importantes posiciones que han defendido con tenacidad. El fuego ha durado cinco horas en una extensión de siete kilómetros. Bajas por ambas partes. Las columnas del Ampurdàn y La Junquera se han salvado». 
Fotografía antigua de La Junquera.

En aquella época era muy común que los oficiales de alto rango recibiesen títulos nobiliarios por parte de los pueblos y ciudades a los que había liberado del enemigo. Por ello, por esta distinguida acción, el ayuntamiento de La Junquera le quiso otorgar el título de Marqués de la Junquera, pero José era un hombre de armas de origen “humilde”, es decir no de noble cuna, que se había hecho a sí mismo con la fuerza de su brazo, de su tenaz carácter y de su espada y, por sus profundas convicciones y su gran sentido del deber, (a pesar de que los títulos nobiliarios en aquella época iban unidos a una importante suma anual de dinero) rechazó tal ofrecimiento; aceptando tan sólo el de hijo adoptivo de la ciudad.

Esta batalla tuvo tal importancia que se decidió crear un pasador especial en la Medalla de Alfonso XII para conmemorarla.

Medalla de Alfonso XII que se le otorgó en 1876. La de José tenía tres pasadores conmemorativos de la batalla de La Junquera, Valencia y Cartagena.
El 12 de julio de 1875, José Arrando fue nombrado Segundo Cabo de la Capitanía General de Cataluña y Gobernador Militar de la provincia de Barcelona, cargos que desempeñó durante 1 mes y 24 días hasta que le fue otorgado un nuevo cargo
.
La Gaceta de Madrid 13 de julio de 1875

Después, José escoltó un convoy que se dirigía de Barcelona en dirección a la Seo d’Urgell, luchando para protegerlo del enemigo en el paso del Congost. El 27 de julio, coincidió con el General Weyler en la batalla de Besora y a la altura de Leyes, dispersando a las facciones después de haberles causado varios muertos y 10 prisioneros;  a pesar de que se habían concentrado todas las facciones del centro de España y de toda Cataluña en un solo ejército para saltar el convoy. Por fin, el 28 y 29 de julio logró ocupar los riscos de Vidra y Ripoll y dejar a salvo el convoy.

Según el historiador José Grahit, después se reunió con el General Arsenio Martínez Campos y junto entraron cuando anochecía en la ciudad de Gerona que los recibieron con salvas de 21 cañonazos, repique de campanas, gran recibimiento y algarabía del pueblo. Allí se alojaron en la casa de Joaquín de Pastors y fueron obsequiados con una representación teatral, con  marchas militares de la banda militar de la guarnición y una serenata nocturna de la orquesta de la ciudad.

El 2 de agosto, José atacó por sorpresa a la junta carlista en el pueblo de Esquirol, en la que murieron 5 individuos de la escolta enemiga e hicieron 2 prisioneros.

Los días 19, 20 y 21 de agosto de 1875, salió con su división desde Olot para emprender una penosa y arriesgada misión por la cresta del Pirineo Oriental en auxilio de la Seo d’Urgell que había sido sitiada por el enemigo. Durante la marcha tuvieron que pasar por: la Capsacorta, Camprodón, Villalonga, Tragura, Vall de Tera, Coll de Cres Picle (en donde acamparon), Conca de Vaca, Pascual, Pas de Lladres, Nuria, y Pla de les Jocar. Lograron llegar a las dos de la madrugada del día 21 de agosto a Puigcerdá y ahuyentaron las facciones carlistas reunidas del centro de la península y de toda Cataluña que se hallaban en Ripoll, Rivas, Dorri y Alpe y que intentaron atacar su campamento en repetidas ocasiones. Durante la marcha, José y sus hombres se enfrentaron a varios ataques enemigos que, a modo de tiroteo, les  hicieron los hombres del cabecilla Auguet que les observaban parapetados y escondidos entre los riscos.

Real decreto publicado en La Gaceta de Madrid el día 5 de septiembre de 1875 con su cese como Segundo Cabo de la Capitanía General de Cataluña y Gobernador de Gerona y continuación en el cargo de Comandante  General.
El 16 de septiembre, José participó en la batalla de Sant Hilari de Sacalm en las Guillerias, donde lograron batir y dispersar la facción de Auguet.

Durante los meses de octubre y noviembre José continuó de operaciones de campaña hasta que  afortunadamente se logró pacificar toda la provincia de Gerona.
También en la ciudad de Olot, el día 17 de octubre, fue recibido con grandes honores y fue declarado hijo adoptivo de “la muy Leal Villa”, junto a Arsenio Martínez Campos y a Juan Cirlot (veáse “La última guerra carlista de Gerona y su provincia “). Y el 21 de octubre, hicieron lo mismo en Santa Coloma de Farners donde después de recibirles con inmenso júbilo, prepararon un baile en la plaza principal del pueblo para homenajearles y declararles hijos a doptivos a él a Martínez Campos y al Gobernador Civil Constancio Gambel.

En diciembre de 1875,  recorrió de nuevo toda la alta montaña del Pirineo por habérsele encargado escoltar hacia el Norte al ejército.

Entre los logros que realizó durante ese año, 1875, constan el conseguir la fortificación de los pueblos de Olot (levantando las torres que se artillaron con cañones Krupp y piezas de montaña en el Monte Olivete), Castellfollit de la Roca, Visasoras, Batel, el Castillo de San Francisco (con dos torres avanzadas en la meseta), Virgen del Corts, Camadells, Monros, Besalú, la Junquera (con dos torres artilladas), Bascara, Amer, con casas fuertes (blocaos o block-houses) hasta Santa Coloma de Farnés, Llagostera, Blanes, Arbicias, San Hilario, La Virgen del Mar, Vidra, Santa Pau, Mieras, Bañolas, Camprodón y Ripoll.

Fotografía de los fuertes de la Seo de Urgell (ciudadela, castillo y torre de Solsona).

El día 30 de abril de 1876, una comisión del Ayuntamiento de Gerona se personó en  San Andrés del Palomar de Barcelona, lugar donde por aquel entonces residía José Arrando, para entregarle en mano el título de hijo adoptivo de la ciudad de Gerona.

San Andrés del Palomar con la Iglesia de sant Andreu al fondo y la fábrica de hiladuras Fabra-Coats.

Pero José además de buen Comandante, era también persona agradecida con sus tropas. El 14 de julio publicó una Orden General agradeciendo, en su nombre y en del Capitán General, a los Regimientos de Almansa, Navarra, Lanceros, del Príncipe, Carabineros y Guardia Civil, las labores  que éstos habían realizado bajo su mando en la zona de los Pirineos Orientales

Es obvio que José Arrando era un hombre muy apreciado por la tropa y por la gente de los pueblos y ciudades que visitaba, otro ejemplo de ello lo demuestra el hecho de que el día 2 de agosto a las 10:30 horas de la mañana José llegó a Gerona y fue obsequiado por la noche con una serenata que le ofreció la milicia que se hallaba de guarnición.

Fotografía del patio de los cuarteles de Gerona.
El día 11 de agosto, el General José Arrando entregó al Ayuntamiento de Gerona su retrato en prueba de atención y gratitud por el acuerdo adoptado por la Corporación Municipal de elevar un canto de gracias en la Iglesia por la pacificación del país y de reconocer la Guerra Civil como la mayor de las Calamidades posibles, que sirviese a su vez de escarmiento para evitar derramamientos de sangre hermana innecesarios.

El 23 de agosto, fue a Gerona una comisión del Ayuntamiento de Figueras para entregarle un cuadro como muestra de su simpatía y en gratitud a los servicios prestados en pro de la liberalización de la provincia de Gerona y en pro de la libertad durante la Guerra Civil. Dicho cuadro fue pintado por Abdón Serradell representado el antiguo castillo de Montroig desde el cual José Arrando batió y dispersó las partidas reunidas al mando de Savalls el día 7 de julio de 1875. Esta batalla supuso el empujón al final de la guerra, ya que a partir de aquel entonces algunas partidas no pudieron resistir más y otras se adentraron en Francia. Según José Grahit, José les recibió en Gerona con la afabilidad y muestras de consideración que tanto le distinguían.

Aunque la guerra se consideró acabada cuando el pretendiente Carlos (Carlos VII) huyó del país por Francia el 27 de febrero de 1876, algunas partidas carlistas continuaron dando los últimos coletazos. Por ello, José pasó todo ese año recorriendo con su columna la alta montaña de las provincias de Barcelona y Gerona persiguiendo a los restos de las partidas que quedaban aún en pie. Una clara prueba de ello es que, en abril,  José entregó en el parque de artillería de Vich una cantidad considerable de armas, pertrechos de guerra, 12 cajones de cohetes incendiarios con sus correspondientes máquinas, una de imprenta, una máquina de cartuchos metálicos Cérdan y Remingtton y dos piezas de artillería de montaña, material que se había encontrando todo en los diferentes depósitos que tenían los carlistas.

Ciertamente, la fama de  José Arrando como Comandante y estratega la precedía por donde quiera que fuese. De hecho, la prensa de ambos bandos daban buena cuenta de ello: la prensa carlista hablando de él con admiración o solicitando su asistencia en algún punto en nombre de los habitantes de un pueblo o ciudad y la prensa carlista, con cautela y temor ante la inminente llegada de la columna Arrando.
De hecho en varias ocasiones cuando los ánimos de los ciudadanos se alteraban por la proximidad del enemigo una de las mejores formas de apaciguar los ánimos era prometiendo la llegada del brigadier Arrando. 

Extracto de artículo publicado el 6 de septiembre de 1873 en La Esperanza. En él se recoge la promesa  hecha por el Ministro de la Guerra  a diputados catalanes de que cuando acabase la insurrección cantonal de Valencia les mandaría al Brigadier Arrando como jefe del ejército de Tarragona.


Imágenes de un folleto impreso a causa de un certamen literario que se realizó en 1873 en Gerona. Imágenes de las páginas 1 y 3. José pertenecía al grupo de socios de la sociedad.
Fin de la tercera parte



                                                    Lupe


Para leer más:
·        · LA ULTIMA GUERRA CARLISTA EN GERONA Y SU PROVINCIA POR  JOSÉ GRAHIT Y GRAU (1956)
·          Trece días de sitio o Los sucesos deValencia

·          Refutación al folleto Trece días de sitio

martes, 10 de septiembre de 2013

Se han actualizado datos en el capítulo de la vida de Emilio Arrando Vilella, el hijo del General (su expediente académico).


 Como dato muy curioso, no os perdáis donde vivía mientras estudiaba (una pista: la casa la vemos todos los días en la tele o en prensa).

sábado, 24 de agosto de 2013

15- Vida del Teniente General José Arrando Ballester. (Parte II)

(Nota de la autora: se han añadido algunas fotos y algún dato a la primera parte)

 Vida de José Arrando Ballester

“El intrépido hombre que se forjó a sí mismo” Parte II


El 26 de enero de 1846, el regimiento de José marchó desde Lérida hacia Barcelona a las órdenes del Brigadier Carlos Vargas para perseguir  a los mozos que se sublevaron en la ciudad en contra del sistema de reclutamiento de quintas por negarse a ir al ejército en servicio de la monarquía.

Foto antigua de Barcelona vista desde el castillo de Montjuic.

 A finales de junio de 1846, José fue destinado, como Teniente, con su regimiento a la provincia de Gerona donde permaneció de guarnición durante solo un mes en el castillo de Figueras. Al mes siguiente fueron destinados de guarnición a la provincia de Alicante.

Antigua foto de Alicante. Vista general de la ciudad y castillo de Santa Bárbara al fondo.

Ese año empezó la Segunda Guerra Carlista (entre septiembre de 1846 y mayo de 1849) que se desarrolló especialmente en Cataluña debido, al menos teóricamente, al fracaso de los intentos de casar a la joven reina Isabel II (de 16 años)  con el pretendiente carlista, Carlos Luis de Borbón y Braganza, hijo de Carlos María Isidro de Borbón y pretendiente al trono de España como Carlos V. Sin embargo, Isabel II terminó casándose con su primo carnal Francisco de Asís de Borbón (al que popularmente se le llamaba “Paco natillas” en tono burlesco), aunque el matrimonio no tenía futuro ya que al poco ya dormían separados. Era vox populi que la reina tenía muchos amantes, entre ellos el capitán de ingenieros Enrique Puigmoltó y Mayans, a quienes muchos suponen progenitor de su único hijo varón, el futuro monarca Alfonso XII.  Además se rumoreaba que el rey era homosexual; en una entrevista realizada a la reina años más tarde, cuando le preguntaron por su esposo ella contestó: “¡Qué le puedo decir de un hombre que llevaba más encajes que yo en la misma noche de bodas!”. 


Carlos Luis de Borbón y Braganza, Conde de Montemolin. Pretendiente al trono de España como Carlos V.

Francisco de Asís de Borbón y Borbón-Dos Sicilias. II Duque de Cádiz y rey consorte, esposo de Isabel II.

Sin embargo, aunque la guerra empezó oficialmente en 1846, ésta era una continuación de la anterior. De hecho, en Cataluña, algunas bandas carlistas no se habían rendido tras el final de la primera y habían continuado luchando. A ello se le unió la crisis agraria e industrial de 1846, y algunas reformas impopulares como los impuestos por consumo y la implantación del sistema de quintas. De hecho como la guerra había continuado en toda Cataluña,  las tierras apenas se habían cultivado y había escasez de alimentos.  Por ello muchos mozos se sublevaron negándose a ir a quintas ya que se privaba a sus familias de una importante mano de obra en un momento en que era especialmente necesaria; a pesar de que el gobierno central había enviado ayudas económicas, pero éstas habían sido insuficientes para resolver la crisis.


Imagen: soldados de artillería durante la Segunda Guerra Carlista.

Cabe decir además que muchos sacerdotes y párrocos habían manipulado a la gente llana del pueblo, analfabeta en su mayoría, para que luchasen en una guerra en la que verdaderamente no se luchaba por sus derechos, sino por el poder de la monarquía absoluta y de la Iglesia (por ejemplo: el general carlista Ramón Cabrera, jefe militar del carlismo catalán había estudiado para ser sacerdote, aunque no tomó al final los hábitos, y el cabecilla Benito Tristany era sacerdote). Además muchas veces los ejércitos carlistas llegaban a un pueblo y se llevaban por la fuerza la recaudación de la caja del Ayuntamiento para beneficio del cabecilla y de su ejército, así como numerosos “voluntarios”  forzados. Otras veces los carlistas actuaban como bandoleros, en interés económico propio, y raptaban a mujeres para pedir un cuantioso rescate a sus esposos. Todo ello, unido al hecho de que la guerra no cesó en tantos años, contribuyó enormemente a que la crisis en Cataluña fuera  en aumento. Y, como un pez que se muerde la cola, muchas personas, obligadas por las circunstancias, se vieron forzados e inducidos al robo y a convertirse en bandoleros (trabucaires) para poder subsistir contribuyendo así a la continuación de una guerra sin sentido que solo traía más pobreza y más descontento
 
Caricatura de la revista satírica “La Flaca”, publicada en 1870, sobre la relación del carlismo con el clero. Se puede leer en el cartel el lema del carlismo “Dios, Patria y Rey”. Los soldados carlistas se muestran pintados como ovejas obedientes arrodilladas ante el líder, cómo no un párroco.


Parodia de la prensa de la época (diario La Esperanza) que critica a la Iglesia por cobrar del presupuesto para el clero del Estado y además recaudar dinero del ejército carlista por medio de los párrocos de pueblo. En la parte inferior se puede leer “cría cuervos y te sacarán los ojos”.
 Por ello a finales de 1846, se formaron en Solsona bandas de guerrilleros y, aunque a principios de 1847 no sobrepasaban los 500 hombres, a finales de año ya superaban los 40.000. Éstos  se dedicaban al principio a atacar a funcionarios públicos, robándoles, y a pequeñas unidades militares.

Antigua fotografía de Solsona. Vista general de la ciudad.

AñadirAntigua foto de la Plaza de San Juan de Solsona. leyenda

 En febrero de 1847 el sacerdote Benito Tristany entró en Cervera para hacerse con fondos y munición. De ese modo dicha ciudad se convirtió en la capital del carlismo catalán.

Vista Panorámica de Cervera.
Antigua foto de Cervera. Plaza Mayor

En 1847, José estuvo de guarnición en Santa Pola y a finales de abril pasó con su regimiento a Valencia donde permaneció de guarnición hasta finales de mayo, ya que en esa fecha fue destinado al Segundo Batallón de Cazadores de Tarragona que se hallaba en Aranjuez.

Antigua fotografía de un  Batallón de Cazadores. Año desconocido.

Con este batallón, José  formó parte de la expedición a Portugal bajo las órdenes del General Manuel Gutiérrez de la Concha para ayudar a mantener el gobierno de la reina María II de Portugal, siguiendo las directrices de la Cuádruple Alianza (tratado internacional firmado entre el Reino Unido, Francia, España y Portugal el 22 de abril de 1834, por el cual los cuatro Estados se comprometían a expulsar de Portugal al infante portugués Miguel y de España al infante Carlos;  y como esos países habían ayudado a la reina Isabel II durante la Primera Guerra Carlista, ahora tocaba devolverle el favor a Portugal). Por ello, creemos que José y sus hombres lucharon en Portugal, el 30 de junio  de1847 junto a  las fuerzas portuguesas mandadas por el General Francisco Xavier da Silva Pereira, primer conde das Antas, y, de este modo, consiguieron restablecer por la fuerza la autoridad de la soberana portuguesa en la ciudad de Oporto y pacificar así el país.

Grabado del General Manuel Gutiérrez de la Concha e Irigoyen. Con su victoria durante la expedición de Portugal se convirtió en Marqués del Duero y, por lo tanto, en Grande de España.
 Después fueron a Navarra y estuvieron destacados en la zona de Alsasua hasta septiembre de ese año, 1847.

Desde septiembre los hombres del Segundo Batallón de Cazadores de Tarragona fueron destinados a Cataluña bajo las órdenes del General Manuel Pavia,  donde atacaron por sorpresa al enemigo en Vilapany. Por ello los hombres del batallón lucharon durante  varios días, desde el 16 de octubre hasta el 29 de noviembre. Y donde lograron capturar como prisioneros a: un jefe, un Capitán y un Teniente. 

Imagen de carlistas catalanes durante la Segunda Guerra Carlista.

Retrato del General Manuel Pavía y Rodríguez de Alburquerque



Más tarde, el 1 de diciembre, José luchó en la Batalla de Rupiá, donde por su brillante comportamiento como oficial fue recompensado con el ascenso a Capitán por mérito de guerra.

Imagen: milicianos catalanes carlistas.
 Cuando empezó la Segunda Guerra Carlista, Ramón Cabrera se hallaba en Lion ya que se había exiliado a Francia años antes con sus hombres. Cuando el pretendiente Carlos solicitó su ayuda para dirigir las tropas carlistas, Cabrera le respondió que su deber como súbdito y como militar le impulsaba a obedecer las órdenes de su rey, pero que creía francamente que, aunque la guerra en Cataluña era interesante para mantener los recelos del gobierno de Madrid, las fuerzas no estaban igualadas y por lo tanto la guerra estaba perdida. No obstante Ramón Cabrera cruzó la frontera francesa el 23 de junio de 1848 e intentó organizar, sin mucho éxito, un ejército, al que denominó el Ejército Real de Cataluña.
 
Fotografía coloreada de Ramón Cabrera.


Sin embargo, las tropas de Cabrera no lograron extenderse por el Maestrazgo y José Arrando y los liberales bajo las órdenes del General Manuel Gutiérrez de la Concha lograron debilitar la resistencia de las partidas carlistas. Ello unido a los fracasos de las sublevaciones carlistas en Guipúzcoa, Navarra, Burgos, Maestrazgo y Aragón, dificultó continuar con el conflicto.
En febrero de 1848, José dejó el Segundo Batallón de Cazadores de Tarragona por pasar a situación de reemplazo hasta el 27 de mayo. En esa fecha volvió otra vez al servicio activo de nuevo en el mismo batallón,  pero esta vez como Comandante militar del fuerte de Torre de Canaletas. Este nombramiento lo realizó el propio Capitán General de Cataluña Manuel Pavia con la aprobación de la reina el día 7 de abril.

Extracto de la noticia publicada en El Heraldo el día 29 de diciembre de 1848 donde se anuncia que José Arrando estaba de reemplazo y es destinado a la cuarta sección del Batallón de Cazadores de Tarragona. Esta noticia se publicó anteriormente el día 25 en el Boletín Oficial en la página 770.

El 30 de enero de 1849, José tuvo que luchar en la batalla de Fornells y en Requesens el 14 de febrero. Por haber demostrado su valía como capitán, José fue recompensado con el ascenso a Comandante de Infantería por mérito de guerra. 

Extracto de la noticia publicada en el Boletín Oficial el 25 de mayo de 1849, página 318, donde se cita el ascenso que recibió José Arrando de Capitán a Segundo Comandante. Esta mima noticia se publicó anteriormente el día 14 de mayo en la revista El Archivo Militar nº 3, suplemento 11.

Por estas fechas su nombre empezó a salir en prensa explicando sus hazañas y logros de guerra, al principio, esporádicamente contando sus proezas militares como capitán y, con el paso de los años, con mucha más frecuencia hasta hacerse un nombre en el panorama nacional, especialmente desde la década de 1860 hasta su muerte.

Más tarde, el 11 de abril de 1849, por mandato del Capitán General Marqués del Duero, José, que se hallaba por la zona de Banyolas, debía apresar al cabecilla carlista Brigadier Marcelino Gonforces, conocido como el Marsal. Por ello,  José decidió sorprender a los hombres de este Brigadier de Caballería carlista realizando con su compañía una entrada sorpresa en la rectoría de la iglesia de  Rocacorba donde capturó a cinco carlistas: Pedro Elías, Teniente de Caballería y ayudante secretario del propio Marsal y a cuatro ordenanzas de la escolta de este cabecilla (uno de ellos era un asistente  de dicho Brigadier).

Extracto de la noticia publicada en el diario La Época el día 18 de abril de 1849 donde se informa que José Arrando bajo las órdenes del Capitán General de la Concha salió de Banyolas, en el término de la Rocacorba, con sus hombres del Batallón de Cazadores de Tarragona en persecución de un corto número de rebeldes a los que apresó.





Noticia publicada en el diario La España el 19 de abril de 1849.
Antiguas fotos de Banyolas. Pueblo y lago.
 El 21 de abril de 1849 su esposa dio a luz a su único hijo varón, al que pusieron como nombre  Emilio. (Creemos que José no pudo estar presente en el nacimiento de su querido hijo por hallarse en plena guerra carlista aunque bien pudieran haber establecido una casa temporal en la provincia de Gerona. En esa fecha José Arrando Ballester y su esposa Carmen Vilella y Font, ella natural de Balaguer (Lérida), ya contaban con dos hijas: María del Carmen y Josefina.  El joven Emilio, años más tarde, siguió los pasos de su padre al ingresar en la Academia Militar a la edad de 14 años, gracias a que era hijo de oficial de infantería. (En esa época las condiciones para entrar en la Academia Militar eran dos: ser de sangre noble o ser hijo de oficial).

En abril de 1849  los liberales detuvieron al pretendiente Carlos Luis cuando intentaba pasar la frontera de Francia hacia España. Y el 26 de abril Ramón Cabrera se vio forzado a huir a Francia con sus hombres ante la persecución de las tropas isabelinas. El 14 de mayo cruzó la frontera francesa la última partida de carlistas, la que dirigía el sacerdote Benito Tristany con su hermano; y con ello la guerra se dio prácticamente por terminada.

El 14 de mayo de 1849, José pasó con su batallón a Barcelona. Y el  6 de agosto recibió la orden de ir a San Andrés del Palomar y permanecer allí con sus hombres el resto del año protegiendo la zona.

En junio de ese mismo año 1849, con la guerra recién terminada, el Gobierno publicó un decreto otorgando el amnisticio para  los carlistas, con lo que 1400 hombres regresaron al país, mientras que el resto decidió quedarse en el país vecino. (Como curiosidad: muchos de los veteranos carlistas lucharon años más tarde en la guerra de África como soldados del ejército del Gobierno Central, ejército contra el que habían luchado).

El 1 de enero de 1850, José recibió la orden de dirigir a sus hombres a Vilafranca del Penedés y permanecer allí el resto del año. No hay duda de que José era un hombre ilustrado y culto, ya que desempeñó durante todo ese año la comisión de tesorero o cajero de su batallón. Suponemos que se encargaría de la contabilidad y de administrar los reales de vellón con los que se pagaba a los soldados su sueldo y sus gastos a modo de “utensilio” (ropa, calzado, tabaco, barbería, rancho,…)

En 1851, estuvo de guarnición con su regimiento en Cervera hasta finales de agosto que pasó de guarnición a la Conca de Tremp.

El 1 de enero de 1852, José tuvo que salir con su compañía hacia el Valle de Aran y cruzar el puerto de montaña de la Bonaigua, cosa que hicieron con mucha dificultad debido a lo accidentado del camino y a las duras condiciones climatológicas del Pirineo Catalán en esa época del año (pleno invierno).

Antigua foto del puerto de montaña de la Bonaigua. En esas fechas estaría completamente nevado.
 
Hasta el mes de agosto, José permaneció con sus hombres en esa zona, para regresar, cumplido ese período, a Tremp donde permanecieron de guarnición hasta finales del mes de octubre. A partir de esa fecha pasaron a la ciudad de Igualada donde permanecieron hasta finales del mes de diciembre.

A finales de diciembre, José fue dado de baja en el Batallón de Cazadores de Tarragona y el día 1 de enero de 1853 fue dado de alta en el Regimiento de Infantería de Mallorca que se hallaba de guarnición en la Corte, Madrid.

Antigua fotografía de algunos miembros del Regimiento de Infantería de Mallorca nº 61. Año desconocido. Los 4 centrales son oficiales por llevar bastón o espada de oficial.
José permaneció en Madrid desde el 9 de enero hasta finales de mayo. Después fueron destinados a Torrelaguna donde permanecieron hasta finales de septiembre. Y de nuevo fueron destinados a la capital madrileña

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Grabado antiguo de Torrelaguna.

El 7 de junio de 1853, se le concedió una de las máximas condecoraciones militares: la Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo por haber cumplido la antigüedad necesaria para obtenerla. De hecho esta cruz se suele conceder a los 25 años de servicio militar, sin embargo José Arrando la consiguió cuando tan sólo contaba 15 años de servicio, debido al tiempo extra que se le sumó en su hoja de servicios por los años cumplidos en servicio activo de campaña militar ininterrumpidos. 

Esta condecoración era pensionada, es decir, José empezó a cobrar a sus 38 años, por haberla recibido, una pensión anual de 2400 reales de vellón, aparte de su sueldo de Primer Comandante.

Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo concedida el 29 de marzo de 1854 por Real Orden con la antigüedad del 7 de junio del año anterior.







Según Vicente Aguilella, sobrino-bisnieto del General Arrando, José Arrando estuvo en 1854 en la casa de su hermano Juan Bautista en Onda, siendo ya Comandante. Al parecer allí se hospedó el Estado Mayor de su Regimiento y allí se planificó la Batalla de Alcora (aunque nosotros no hemos encontrado datos que lo confirmen en su expediente militar).

El 8 de enero de 1854, José marchó de Madrid con su regimiento en dirección a Tarragona en donde permaneció de guarnición hasta el día 17 de julio, fecha en que se produjo el Alzamiento Nacional, también llamado Revolución de 1854 o Vicalvarada (por haberse producido un enfrentamiento militar en Vicálvaro)

Fotografía aérea de Tarragona ciudad. Siglo XX.

Desde 1844, la reina había apoyado al partido liberal conservador, negando toda posibilidad de que gobernase el partido liberal progresista, a pesar de que fuese escogido en alguna ocasión por el pueblo. Por ello gobernaba Luis José Sartorius, Conde de San Luis, que carecía de apoyo en las Cortes pero contaba con la confianza y el beneplácito de la reina.  Esta época conocida como Década Moderada se acabó cuando se realizó la revolución de 1854 o Vicalvarada en la que las fuerzas del General  Leopoldo O'Donnell se pronunciaron en Vicálvaro el 28 de junio y se enfrentaron al ejército gubernamental, dos días más tarde.
Retrato de la reina Isabel II
 Retrato de Luis José Sartorius, Conde de San Luis y presidente del gobierno por el partido liberal moderado por apoyo real.


Este alzamiento militar fue seguido de una insurrección popular. De este modo la insurrección estalló en Barcelona el 14 de julio, donde, además del pueblo en sí, se manifestaron  violentamente los obreros descontentos por sus duras condiciones laborales. El 17 de julio en Madrid donde se manifestaron en masa las clases populares altamente descontentos con el nivel de paro aprovechando que el ejército de la reina había salido de Madrid para enfrentarse a las fuerzas del General O’Donnell. Y por ello, atacaron los palacios del Marqués de Salamanca, del propio presidente del Gobierno (el Conde de San Luis), de la reina madre María Cristina de Borbón y asaltaron la cárcel del Saladero para liberar a los demócratas Nicolás María Rivero y Sixto Cámara.

La sublevación de Barcelona y de Madrid fue secundada en otros lugares donde también se formaron juntas, como en Valencia, Valladolid, Zaragoza y Logroño.

El 17 de julio la reina, al ver las calles llenas de barricadas, destituyó al Conde de San Luis y nombró presidente al General Fernando Fernández de Córdoba, que fue sustituido dos días más tarde por el Duque de Rivas. Éste intentó reprimir la sublevación en espera de que volviesen las tropas que habían salido de Madrid.

Finalmente, la reina (aconsejada por su madre) entró en razones y mandó llamar a los iniciadores de esa revolución,  los generales: Baldomero Espartero y  Leopoldo O’Donnell. Isabel II aceptó todas las condiciones que se le impusieron: se convocaron Cortes Constituyentes, la reina Madre respondió a las acusaciones de corrupción, Isabel II reconoció sus errores,… En definitiva, terminó de imponer su regia voluntad ante la decisión de los votantes.

Por ello, el 28 de julio el General Espartero, aclamado por la multitud, entró con sus tropas en Madrid y se dio un abrazo triunfal con su antiguo enemigo el General O’Donnell. De ese modo terminó la Década Moderada y empezó el Bienio Progresista (1854-1856).

Retrato del General Baldomero Espartero
 
Retrato del General Leopoldo O’Donnell

Por este alzamiento, el 31 de julio de 1854, José ascendió a Comandante y fue destinado bajo las órdenes directas del Capitán General de Aragón D. Ignacio Gurrea para liderar a sus hombres por esta zona (no olvidemos que Zaragoza fue uno de los lugares que se sublevaron en la revolución de 1854.. A finales del mes de septiembre fue dado de baja del  Regimiento de Infantería de Mallorca y pasó a situación de reemplazo. 

Fotografía antigua del edificio de la Capitanía General de Aragón en Zaragoza.

Afortunadamente, desde el 31 de Septiembre de 1854 hasta principios de noviembre de 1859, José tuvo la suerte de permanecer en situación de reemplazo, disfrutando así de un bien merecido descanso (de 5 años, 1 mes y 9 días) en su tierra natal; estando rodeado de su familia, su esposa e hijos. Sin embargo, el 9 de noviembre de 1859 entró en situación de comisión activa y fue nombrado Comandante de la caja de quintos de Castellón. 


Imagen: Fotografía del Cuartel de Infantería de San Francisco de Castellón. Anteriormente fue un convento que se convirtió en cuartel tras la desamortización de Mendizábal en que se le expropió terrenos e inmuebles a la Iglesia. 

En aquella época (a partir de 1829) eran los ayuntamientos de pueblos y ciudades los que realizaban listas de padrón de los mozos que eran aptos por edad para el servicio militar (20 años), a la vez se encargaban de gestionar las quejas sobre los alistamientos que se encargarían de resolver las Diputaciones Provinciales a través de sus Comisiones Provinciales de Reclutamiento. Sin embargo, una vez declarados soldados y resueltas las posibles reclamaciones, los mozos se concentraban en cajas de quintos. De este modo José se encargó de la caja de quintos de Castellón en 1859 y 1860, es decir, fue el encargado de organizar dicha caja de quintos de Castellón y de asignarle a cada uno un destino en alguno de los regimientos y batallones donde tendrían que cumplir su servicio militar. 

Sorteo de quintos en un Ayuntamiento de pueblo en 1908 o 1909. 

Desde el 1 de enero hasta marzo de  1861, José volvió a estar en situación de reemplazo hasta que el 14 de marzo fue nombrado Secretario de la Comandancia General del Maestrazgo. Cargo que desempeñó hasta el 31 de junio, fecha en que volvió a su pueblo natal, Tales y Onda, por haber pasado a situación de reemplazo (situación que duró desde 1862 a 1864). Según Vicente Aguilella en su libro “Historia de un soldado”, en Onda José Arrando tenía una casa en el Plá, suponemos que era la Plaza del Pla, una de las plazas más importantes del centro histórico del pueblo donde está el ayuntamiento y se hacían tradicionalmente las corridas de bous (toros).

Plaza del Pla en Onda en fiestas. Corridas de bous.
   
El 13 de junio de 1865, José volvió a ser nombrado nuevamente  Ayudante Secretario de la Comandancia General del Maestrazgo hasta el 18 de julio en que volvió a pasar a situación de reemplazo y de vuelta a su hogar. Sin embargo, el 3 de diciembre de ese año fue destinado por Real Orden al Regimiento de Infantería de Guadalajara nº 20 que se hallaba de guarnición en Burgos. 
Con su nuevo batallón, José emprendió la marcha el día 14 de junio de 1866 desde Burgos en dirección a El Ferrol. Tras un largo camino de muchos días de marcha a pie, llegaron por fin el 8 de julio. José permaneció allí con sus hombres hasta que a finales de octubre José fue destinado al Regimiento de Granada número 34 por haber sido ascendido a Teniente Coronel por antigüedad. 

Imagen: Cuartel de Infantería de Nuestra Señora de Los Dolores del Ferrol. Foto de 1902.
Afortunadamente el Regimiento de Granada nº 34 se encontraba de guarnición en Valencia; así que José pudo estar de nuevo cerca de su tierra.
El 10 de Octubre de 1867, José fue condecorado con la Cruz del Mérito Militar de Segunda Clase.

 
Cruz Roja del Mérito Militar de Segunda Clase, concedida el 10 de octubre de 1867.



En Septiembre de 1868 se produjo el Alzamiento Nacional o La Revolución llamada “La Gloriosa” que supuso el destronamiento de la reina Isabel II y el inicio del periodo conocido como Sexenio Democrático. Los motivos que provocaron esta revolución fueron: por un lado, la crisis financiera del capitalismo español, producida en 1866 en el sector textil en Cataluña y en el sector ferroviario en toda España, los dos sectores que más empleos producían, y que arrastró con ella a los bancos y a las sociedades de crédito; y, por otro, la crisis de subsistencias de 1867 y 1868 producida a causa de las mala cosechas de esos años que provocó el encarecimiento de los alimentos básicos como el pan. De este modo, (sin trabajo y con hambre) se creaban las condiciones explosivas para que el pueblo se amotinase. Por ello, en agosto de 1866 se firmó en Bélgica, por iniciativa del General Prim, el Pacto de Ostende, con el objetivo de derrocar a la reina, de nombrar un Gobierno Provisional que se encargaría de que el pueblo escogiese a sus nuevos dirigentes por sufragio universal y de buscar un nuevo monarca.

Por ello, el Almirante Juan Bautista Topete se sublevó con toda su flota en Cádiz el 18 de septiembre de 1868. Mientras el General Juan Prim recorría toda la costa mediterránea a bordo de la fragata acorazada Zaragoza logrando que se sumaran a la causa todas las ciudades españolas desde Málaga hasta Barcelona. 
 
Imagen: El Almirante Juan Bautista Topete

Fragata acorazada Zaragoza en la que viajó el General Prim en 1868.  

En pocos días el alzamiento se extendió por toda España, tanto entre la población como en el ejército. La batalla decisiva fue el triunfo de la  Batalla de Alcolea, producida el 28 de septiembre en el puente del pueblo cordobés de Alcolea; tras la cual la reina tuvo que exiliarse a Francia desde San Sebastián, donde estaba veraneando.

El 8 de octubre ya se había formado en Madrid un Gobierno provisional presidido por el General Serrano (triunfador en la Batalla de Alcolea), el General Prim y el Almirante Topete.

Miembros del Gobierno Provisional en 1869. De izquierda a derecha: Laureano Figuerola, Hacienda; Práxedes Mateo Sagasta, Gobernación; Manuel Ruiz Zorrilla, Fomento; Juan Prim, Guerra; Francisco Serrano, presidente del gobierno provisional; Juan Bautista Topete, Marina; Adelardo López de Ayala, Ultramar; Antonio Romero Ortiz, Gracia y Justicia; y Juan Álvarez Lorenzana, Estado. Foto de J. Laurent.


José se adhirió al Alzamiento Nacional en contra de la tiranía y de los caprichos de la reina (al igual que lo hicieron la mayoría de oficiales del ejército).  Por ello, el día 19 de septiembre salió de Valencia con 4 compañías de su batallón y 50 caballos y jinetes del Regimiento de Sagunto nº 4 de Lanceros en dirección a la provincia de Alicante, huerta de Gandia y Ribera de Valencia donde luchó contra los soldados fieles a Isabel II. Una vez acabado su cometido, a finales de enero de 1869, regresó a Madrid a ponerse bajo las órdenes del Ministro de la Guerra Juan Prim.

Foto de estudio del General Juan Prim, Ministro de la Guerra.

Por haberse adherido al Alzamiento Nacional de 1868, José fue ascendido al grado de Coronel y además consiguió que el propio General Juan Prim le elogiase y le comunicase que era merecedor del aprecio del Gobierno Provisional.

Fotografía de Madrid. Capitanía General y Calle Mayor.
              Fin de la segunda parte

Lupe

sábado, 3 de agosto de 2013

Actualizaciones

PEQUEÑOS DESCUBRIMIENTOS

Esta semana ha sido una semana de pequeños descubrimientos que me han ilusionado.
 
Por un lado, hemos descubierto que el hermano del Teniente General, es decir Bautista se llamaba en realidad Juan Bautista Arrando Ballester, nació en 1808 (es decir era el hermano mayor) y obtuvo el título de agrimensor en 1855 (con 47 años) en la Academia de Valencia (tal y como sospechábamos porque la de Castellón se creó años más tarde).


Fragmento del Boletín oficial del Ministerio de Fomento, tomo XIV (número 171 abril- número 182 junio de 1855) donde se muestra que Juan Bautista obtuvo el título de Agrimensor expedido en la Academia de Valencia ese año a la edad de 47 años (su nombre aparece al final de la lista).

 
También hemos descubierto que el hijo de Juan Bautista, Pepe Arrando Ballester (que murió en Cuba de fiebres amarillas) probablemente se casase con una señora apellidada Forés y tuviese varios hijos: Carmen, Bautista (nacido en 1872) y José (nacido en 1875). También sabemos que los tres tuvieron descendencia (colgaremos un árbol actualizado dentro de poco). (Sus tumbas están en el panteón familiar de Onda). De él sabíamos que en 1877 ya era viudo, pues con los últimos datos deducimos que su mujer murió entre 1875 y 1877.
 
Además de encontrar un informe del Departamento de Guerra que los Estados Unidos realizó en 1898 donde se recoge un listado y observaciones de todos los soldados y fuerzas del ejército español en la península y en sus colonas para evaluar las fuerzas contra las que tendrían que luchar en la guerra Hispano-americana y donde aparece el nombre de  Emilio Arrando Cutanda.
 
Fragmento del Informe realizado por EEUU en 1898 titulado "Notes and tables on organization and establishment of the spanish army in the península and colonies". Publicado en Whashington por la Gobernment Printing Office en 1898. Este informe se halla custodiado por la Biblioteca de la Universidad de California.
 
Así que como es un blog "vivo" añadiremos los datos en sus respectivos capítulos.
 
Aparte hemos encontrado otros Arrando sin conexión entre los cuales los más enigmáticos son:
 
En 1127,  el Abad del Monasterio de Pruliaco de la orden del Císter (en Francia, junto al Sena) llamado Abad Arrando. que pidió a San Bernardo de Claraval consejo sobre uno de sus feligreses y recibió una carta del propio Santo.
 
Unos cuantos Arrandos italianos también del siglo XVIII y XIX, (todos de la misma familia) que vivian en Sicilia.
 
Y, cómo no el propio Gobernador de Texas del  siglo XIX, cuando Texas no pertenecía aún a EEUU.
 
Lupe