Vida de
Francisco Arrando Garrido
“Un
guardia de seguridad y asalto muerto con honor”.
Francisco Arrando
Garrido nació muy probablemente en Valencia capital, alrededor de 1896. Era
hijo de Francisco Arrando Cutanda (nacido en Ayódar en 1853) y de (Tomasa) Soledad
Garrido Agudo (nacida en Salamanca en 1865).
Fotografía de Francisco Arrando Garrido, tomada en 1915 con el uniforme de cadete de la Academia Militar, en su segundo año de academia.
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Sus abuelos paternos
eran (Juan) Francisco Arrando Pradells, que era maestro y natural de Tales, y Regina Cutanda Casanova, natural de
Viver. Y los abuelos maternos eran Fidel Garrido Fernández Gallego, natural de
Villa Nueva de Alcardete (Toledo) y Doña María Josefa Agudo y Huerta, natural
de Madrid.
Francisco era el
segundo hijo mayor del matrimonio. El primero fue Alberto (nacido en Valencia
el 7 de julio de 1886, que llegó a ser Coronel y comandante en jefe de las
Fuerzas de Seguridad y Asalto del ejército Republicano de Cataluña). Y le
seguían Luis Casimiro y Josefina Arrando Garrido.
Antigua fotografía de la Calle de La Paz de Valencia, con el tranvía de la ciudad y los carruajes característicos de la época.
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Su padre, Francisco
Arrando Cutanda, que por entonces era Capitán de infantería, aunque llegó a ser
Coronel con el paso de los años, vivía
en Valencia y había fundado en 1892 la academia o sociedad llamada Vivac
Militar en la Plaza de la Reina, en la planta principal encima del café de La
Paz. Esta sociedad era algo parecido a una pre-academia preparatoria para los hijos de los oficiales que deseasen
ingresar en el ejército a través de la Academia militar. Además, su padre había
sido ayudante del Teniente General José Arrando Ballester desde el 1 de junio de 1881 hasta el 28 de enero de 1887, es
decir hasta que José Arrando Ballester decidió retirarse de la vida militar y
se dedicó a la política.
Retrato de su padre, Francisco Arrando Cutanda con el uniforme de Coronel de Infantería.
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Retrato de Soledad Garrido, su madre.
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En 1913, Francisco decidió
seguir los pasos de su padre y de su hermano mayor, Alberto (que ya era Primer
Teniente), e ingresar en la Academia militar de Toledo, donde ya había
estudiado anteriormente su hermano. Creemos que debía contar con 17 años
aproximadamente. Allí Francisco realizó los dos primeros cursos preparatorios.
Antigua fotografía del Alcázar de Toledo a principios de siglo XX.
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En primer lugar, la Academia Militar General de Toledo, donde se realizaban
los dos primeros cursos.
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En segundo lugar, las Academias o Escuelas
Militares de Aplicación que era donde se
realizaba el tercer curso para ser oficial militar.
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Y, en tercer lugar, la Escuela Central
de Tiro, donde se realizaba el cuarto y último año.
Al finalizar el cuarto
curso y transcurridos 2 años de servicio en el cuerpo, los aspirantes adquirían
el grado de Primer Teniente.
Todas estas Academias
militares estaban dirigidos por Generales de Brigada y dependían del Ministerio
de la Guerra.
Los alumnos podían ser
de dos tipos: internos o externos (para los que viviesen en la zona).
El profesorado en las
distintas academias militares estaba distribuido en las siguientes
especialidades: Infantería (45%), Caballería (22%), Artillería (14%),
Ingenieros (9%), Administración Militar (5%) y Estado Mayor (5%).
Antiguamente la Academia
General Militar estaba situada en el Alcázar de Toledo y era la academia básica
en la cual los cadetes debían estar internos dos años y realizar un aprendizaje
común. Allí se realizaban los dos primeros cursos, transcurridos los cuales los
cadetes adquirían el rango de Alférez de Infantería y podían escoger la Escuela
Militar de Aplicación de su elección donde debían continuar sus estudios un año
más. Una vez terminado y aprobado este tercer curso, los alumnos eran
promovidos a Segundos Tenientes.
Estas Escuelas
Militares de Aplicación estaban situadas en diferentes lugares dependiendo de
la rama de especialización que impartiesen. De este modo: Caballería estaba
situada en Valladolid, Ingenieros en Guadalajara, Intendencia en Ávila y
Artillería en Segovia.
Otra vista del Alcázar Militar de Toledo por su cara posterior.
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En
la Academia Militar General de Toledo, las clases que realizaban los alumnos
eran de distinto tipo: dos meses de instrucción militar de combate en Los
Alijares (que era el campamento de instrucción), marchas por el campo,
prácticas de transmisiones de señales ópticas, aprendizaje de instalaciones de
tendidos telefónicos o telegráficos, aprendizaje de construcción de puentes,
fortificación del campamento, construcción de trochas y blocaos (blockhouses)
defensivos, cavado de trincheras, esgrima, gimnasia, equitación, entrenamiento
de tiro,… Para lo cual se organizaba la academia en 4 compañías de batallón que
estaban subdivididas en idéntico número de secciones.
Izquierda: alumnos de la Academia Militar General de Toledo de marcha en plena instrucción en Los Alijares. Derecha: cadetes tendiendo una línea telefónica en el campamento de Los Alijares.
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Izquierda: Prácticas de emisión de señales ópticas en pleno campo. Derecha: prácticas de recepción de señales ópticas. |
Izquierda: prácticas de topografía en el campo con la mascota del campamento. Fotografía tomada en 1903. Derecha: cadetes en el Puente de Alcántara con su profesor realizando prácticas de topografía.
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Izquierda: sala de esgrima. Derecha: ejercicios en el gimnasio cubierto que estaba situado en el patio de capuchinos.
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Izquierda:
uno de los dormitorios de cadetes del Alcázar de Toledo (detrás del catre están
las taquillas). Derecha: Interior de la Biblioteca
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Izquierda: aula de dibujo. Derecha: gabinete o laboratorio de Física. Fotos tomadas en 1903.
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Francisco Arrando
Garrido ingresó en la Academia General Militar de Toledo en 1913, siendo su
padre Teniente Coronel.
En aquella época, los
aspirantes debían superar un concurso de acceso compuesto por 5 tipos de
exámenes de capacitación teóricos, prácticos y orales. Aquel año, como novedad,
los aspirantes debían además superar un reconocimiento médico y la superación
de unos ejercicios físicos de gimnasia.
Las notas de dichos
exámenes eran: 0 y 1 con equivalencia de malo; de 2 a 4 se consideraba mediano;
de 5 a 7 se consideraba bueno; 8 y 9, muy bueno y 10, sobresaliente. El 5 era
la calificación mínima para superar la prueba.
Escalera principal de acceso al Alcázar de Toledo.
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Los exámenes eran
cinco. Los tres primeros eran de tipo práctico y consistían en diferentes
exámenes de: gimnasia, gramática y francés.
La cuarta prueba
contaba con una parte práctica y otra parte teórica oral. El último de los
exámenes correspondía a la prueba de geometría y trigonometría
Otra novedad de la
selección del alumnado de ese año era que además de las notas por
conocimientos, se introdujo el concepto de nota por conducta en la que se
valoraba el comportamiento de cada aspirante.
En la Academia General
Militar era muy importante el conocimiento de idiomas. Por ello, era
obligatorio el aprendizaje del francés y además se debía aprender una segunda
lengua extranjera a escoger entre inglés, alemán o árabe. Ya que su padre (Francisco
Arrando Cutanda) y su hermano mayor (Alberto Arrando Garrido) habían estudiado
alemán, suponemos que ésta sería la lengua que Francisco escogería para su
formación académica. Aunque también podría haber escogido inglés como su tío
(Emilio Arrando Cutanda).
Francisco Arrando
superó todos los distintos exámenes que tuvo que realizar durante el mes de
julio de 1913 y consiguió el acceso a la Academia de Intendencia de Ávila. Su
último examen lo realizó el día 29 de julio por la tarde. Y a las 6 y media de la tarde se notificó su
aprobado.
De ese modo, tras haber aprobado todas las pruebas de acceso, Francisco ingresó en la Academia General Militar de Toledo donde realizó los cursos 1913-1914 y 1914-1915.
Durante el primer curso
(1913-1914), se terminó la construcción de una piscina cubierta con vestuarios,
Lavapiés, y duchas de “hidroterapia”. Por lo que deducimos que el plan de
estudio se amplió con una nueva materia: natación.
Sala de duchas de “hidroterapia” del complejo de las piscinas o balneario.
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Cadetes uniformados en formación para la visita del rey Alfonso XIII y el Primer Ministro francés Raimond Poincairé. Entre ellos suponemos que estará Francisco Arrando Garrido.
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Comitiva de recepción en la estación de Toledo. En el centro Alfonso XIII y el Presidente de la República francesa.
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Ese primer año se había
realizado un cambio en el plan de estudios que se había endurecido durante el
primer trimestre. Y por ello aumentaron los suspensos de forma alarmante. No
obstante, Francisco estaba bien preparado, ya que como hemos explicado antes,
su padre era profesor y director de una academia preparatoria para hijos de
oficiales.
En febrero de 1914, Francisco recibió la visita de su
hermano mayor Alberto. Éste estaba combatiendo en el Norte de África desde
septiembre de 1911 (donde ya había combatido su padre anteriormente) pero al
caer enfermo a finales de diciembre, el 26 de enero se le concedió 1 mes de
licencia para que terminase de restablecerse y pudiese visitar a sus padres en
Valencia y a su hermano en la academia militar. Sin embargo, al visitar a su
hermano enfermó y tuvo que permanecer allí hasta mediados de marzo, por lo que no pudo
volver a incorporarse a su regimiento que se encontraba en Tetuán hasta el 2 de
abril.
Durante el siguiente
curso (1914-1915) se produjeron dos acontecimientos importantes: una epidemia
que obligó a establecer una cuarenta entre los cadetes y una nueva visita real.
El 2 de octubre de 1914,
recién empezado el curso, el Coronel Director informó al General Jefe que había
7 alumnos con escarlatina (6 internos y 1 externo) y 2 con tifus (1 interno y
otro externo). Debido a que no había
sanitarios en el centro porque habían sido licenciados recientemente y a las
malas condiciones de aislamiento de la enfermería, las enfermedades se
propagaron rápidamente convirtiéndose en una auténtica epidemia. De ese modo, a
los pocos días ya se contaba con 40 enfermos (de ellos, 14 con escarlatina, el
resto con tifus de los cuales uno estaba en estado grave y 1 muy grave con
meningitis). El día 8 de octubre, ya eran 57 los contagiados por escarlatina y
desgraciadamente había fallecido el alumno que estaba en estado muy grave por
meningitis. Por ello, se suspendieron las clases, se mandó traer un equipo
médico con ambulancia y se dio la orden de trasladar los cadetes sanos al
campamento de Los Alijares donde se ordenó instalar 40 tiendas de campaña para
asilarlos del resto. Además se dio la orden de evitar todo contacto con los
cadetes contagiados. El día 11 se hizo efectivo el traslado al campamento,
mientras que sus compañeros enfermos permanecieron en estricta cuarentena.
Izquierda: enfermería de la Academia General Militar de Toledo. Derecha: guardia de prevención durante la cuarentena ante la puerta del Alcázar.
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El día 13 de octubre,
había 65 alumnos enfermos de escarlatina y 2 de tifus. El 15 de octubre, 54 de
escarlatina y 2 de tifus.
Poco a poco, empezó a
descender el número de enfermos, habiendo el día 27 de octubre tan sólo 6. Como
solución a la epidemia se decidió atacar
la fuente del contagio y canalizar el agua del Alcázar directamente del río.
Sin embargo, la falta de recursos económicos dio al traste con la iniciativa y
se decidió aumentar el caudal del agua que se recibía a 500m3 como
medida provisional.
Afortunadamente, el día
4 de noviembre tan sólo quedaba 3 alumnos hospitalizados, por lo que se
consideró oficialmente por terminada la epidemia.
El otro acontecimiento importante
del curso fue una nueva visita del rey el 8 de mayo de 1914 en el campamento de
Los Alijares donde un grupo de cadetes le solicitó que diese la orden de
adelantar los exámenes finales para poder incorporarse a las tropas que estaban
combatiendo en África. Creemos que tal vez uno de estos cadetes fuese el propio
Francisco puesto que su hermano estaba combatiendo allí (y tal vez porque su
padre había asistido en varias ocasiones al palacio real cuando era ayudante
del Teniente General José Arrando Ballester siendo Alfonso XII rey).
En 1915, Francisco fue
nombrado Alférez, tras aprobar los dos primeros años como cadete.
Posteriormente, sucedió lo mismo en la Escuela Militar de Aplicación de Ávila
donde Francisco superó el tercer año de intendencia y fue nombrado Segundo
Teniente.
Fotografía de la promoción de 1918 de la Academia Militar General hecha en el patio porticado del Alcázar de Toledo. En el centro de la primera fila destacan tres profesores del centro.
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Noticia publicada en el diario “La época” el domingo 17 de septiembre de 1916 donde se informa que Francisco había aprobado el tercer año de intendencia.
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El 1 de junio de 1917,
Francisco obtuvo su primer destino como tercer oficial de intendencia en Santa
Cruz de Tenerife.
Noticia publicada en el diario “La prensa : diario republicano” el día 17 de junio de 1917.
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El
8 de febrero de 1927, se le concedió a Francisco una licencia para que
contrajese matrimonio con Julia Gómez Hernández. Aunque desconocemos si
tuvieron hijos juntos o no; de haberlos tenido se hubieran apellidado Arando
Gómez (Tal vez algún día logremos encontrar alguno de sus descendientes).
Noticia publicada en el diario “La correspondencia militar” el martes 8 de febrero de 1927.
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Sin embargo, Francisco solicitó
el divorcio en septiembre de 1933 (cosa que era posible durante la República).
Dicha noticia se publicó en el diario “La Correspondencia de Valencia” el 18 de
septiembre de ese mismo año. El matrimonio tan sólo había durado 6 años.
Noticia
informando del divorcio solicitado por Francisco Arrando Garrido contra su
esposa Julia Gómez Hernández, publicada en La Correspondencia de Valencia el 18
de septiembre de 1833.
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El prólogo del libro empieza
de una forma muy sugerente: “Al ofrecerme en forma de pequeño juguete; no hago
más que poner en práctica el tan conocido refrán de que "instruir
deleitando es instruir dos veces"”.
Tapa del libro que publicó Francisco Arrando Garrido en 1934.
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Circular publicada en el Diario Oficial del Ministerio de la Guerra el 28 de febrero de 1936 informando del ascenso a Capitán de Intendencia.
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Circular publicada en el Diario Oficial del Ministerio de la Guerra el30 de junio de 1936 informando de su nuevo destino “al servicio de otros ministerios”
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Sin embargo, en
Barcelona poco iba a disfrutar Francisco de su estancia porque estalló la
Guerra Civil. El 17 de julio de 1936, el ejército de Melilla comandado y
dirigido por Francisco Franco se sublevó a las 7 de la tarde. El 18 de julio la
insurrección del ejército en contra del Gobierno de la República se había
extendido por todo Marruecos, Canarias y Sevilla.
En Cataluña, el
ejército (que se empezaba a movilizar contra la República) contaba con 6.000
hombres, frente a los casi 2.000 de la Guardia de Seguridad y Asalto y los 200 “mossos
d’esquadra”. Por ello, para equilibrar las fuerzas, los sindicatos obreros como
la CNT-FAI, que disponía de 20.000 militantes, organizó a sus hombres y mujeres
en comités de defensa de sus propios barrios.
El día 17 de julio, los
sindicalistas asaltaron los buques del puerto de Barcelona y se hicieron con
150 fusiles. Al día siguiente, atacaron las armerías y a los serenos y
vigilantes de la ciudad y se hicieron con un pequeño arsenal que guardaron en
las Ramblas de Barcelona en el edificio del Sindicato del Transporte.
Sin embargo, el Gobierno
de la Generalitat, que no era partidario de que obreros descontrolados tomasen
las armas y que temía más una revolución obrera que el alzamiento militar
contra la República, reclamó la entrega del arsenal. A lo cual los sindicatos
respondieron entregando únicamente las armas inservibles y preparándose para la
lucha con barricadas.
Barricada levantada por milicianos obreros en la Plaza Cataluña el 19 de julio de 1936.
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A las 5 de la madrugada
las tropas comenzaron a salir de los cuarteles. Entonces las sirenas de las
fábricas de Poble Nou volvieron a sonar como señal acordada para que los
hombres se preparasen para iniciar la lucha.
Un grupo de
sindicalistas había colocado barricadas rodeando la estatua de Colón para
situarse frente al edificio de la Capitanía General (actual Gobierno Militar).
Barricada levantada por milicianos del Sindicato de la madera frente a El Molino en El Paralelo, el día 19 de julio de 1936.
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La mala suerte quiso
que la compañía de guardias de asalto, donde se encontraba Francisco, había
salido a las 6 de la madrugada desde la Barceloneta con el mismo objetivo: las
oficinas de la Comandancia de la Capitanía General, frente al monumento a Cristóbal
Colón. Los guardias de asalto fueron derrotados al quedar entre dos fuegos
cruzados entre el cuartel de artillería de Atarazanas (Drassanes Reials) y la
Compañía de Zapadores.
Fotografía del Cuartel de Atarazanas (maestranza de artillería) alrededor de 1925.
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Su cuerpo ingresó
cadáver en el depósito judicial del Hospital Clínico de Barcelona inscrito con
el número 3.708.
Noticia publicada en “La Vanguardia” el 26 de julio de 1936 anunciando las bajas sufridas por las Fuerzas de Seguridad y Asalto en Barcelona. Entre ellos, Francisco.
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Las muestras de dolor y
pesar se manifestaron por todas partes: las banderas hondearon a media asta,
los féretros salieron, del cuartel nº 16 de los Guardias de Seguridad y Asalto de
la Calle Maquinista, a hombros de sus propios compañeros quienes los
depositaron sobre armones de artillería (carros para transportas cañones y
otras armas pesadas), la comitiva estaba
presidida por las fuerzas vivas del Gobierno Republicano catalán, los
féretros eran saludados a su paso por el pueblo con el puño en alto,…
Francisco Arrando
Garrido y el Capitán Antonio Arenas Llanderal fueron homenajeados a la vez en
representación de los muchos que murieron esos días.
Durante el homenaje, el
General de la Guardia Civil Aranguren impuso una medalla póstuma al mérito militar
al Capitán Arenas que prendió en la bandera que cubría el féretro. Mientras que
a Francisco se la impuso su propio hermano.
Noticia publicada en el diario “ El Liberal de Murcia” el 1 de agosto de 1936 informando del entierro.
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Comitiva
del cortejo fúnebre y gentío popular.
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Transcurrido
un mes después de su muerte, la prensa seguía recordando el hecho y seguía
realizando homenajes póstumos.
Homenaje póstumo de “La Vanguardia” publicado un mes más tarde de la muerte de Francisco, el 21 de agosto de 1936.
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Publicado en Nuestra Lucha el 15 de mayo de 1938 y en el diario murciano Nuestra Lucha.
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Ascenso a Teniente Coronel publicado en la Gaceta de la República el 14 de mayo de 1938
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Fin
Lupe
Nota de la autora: No
hemos encontrado la hoja de servicios o expediente personal del ejército de
Francisco Arrando Garrido ya que al parecer la han extraviado. Así que con
mucha dificultad y con apenas datos hemos podido realizar este pequeño homenaje
a un valiente familiar; gracias a la prensa antigua y a los datos de los Diarios
oficiales que hemos encontrado sobre él.
Ahora más que nunca creo que la Guerra Civil fue un auténtico sinsentido.