(Nota: se recomienda leer antes las partes I y II del capítulo de su vida)
Vida de Francisco Arrando Cutanda. Parte III
“El coronel que era un excelente tirador”
Imagen: Foto de estudio fotográfico deFrancisco Arrando Cutanda cedida por su bisnieto Paco. |
Francisco Arrando Cutanda siempre fue un oficial que destacó no sólo por su inteligencia, por su alto nivel cultural (no olvidemos que era hijo de maestro, que además de sus dos lenguas maternas, valenciano y castellano, hablaba francés y alemán) y sus dotes militares, sino que además era un excelente tirador. No en vano fue seleccionado varias veces por el Capitán General para que participase en el Concurso Nacional de tiro como oficial representante del distrito militar. La primera ocasión de que tenemos constancia fue en 1880, cuando el 15 de diciembre se le otorgó un mes y medio de licencia con pleno sueldo por haber asistido al certamen de tiro del Distrito de Valencia. Esto ocurrió siendo él Teniente con grado de Capitán por mérito de guerra. Y la segunda ocasión que conocemos fue en 1912, cuando representó a la zona de Alicante en el concurso de tiro nacional celebrado entre el 11 y el 18 de marzo, siendo él Teniente Coronel. Por ello a todos los participantes se le daba una gratificación económica y se les pagaba el viaje. Lamentablemente desconocemos el resultado de ambos concursos.
Diario Oficial del ministerio de la Guerra, 20 – 4-1912. Francisco participa en un concurso nacional de tiro en Alicante. |
El 23 de marzo de 1904, Francisco fue destinado al Regimiento de Infantería de Vizcaya nº 51 que se encontraba en Teruel. En esta ocasión tenía que comandar dos compañías del Batallón. Por aquel entonces tenía ya 50 años y ostentaba el cargo militar de Comandante. Sin embargo, el 11 de diciembre fue nombrado miembro de la Plana Mayor del Regimiento de Alcoy y por ello tuvo que abandonar Teruel y emprender un viaje en ferrocarril hasta dicho lugar. (Nota de la autora del texto: Plana Mayor es el término militar que se usa para designar el conjunto de oficiales que ejercen el mando táctico de una unidad militar, algo así como en el mundo empresarial sería un equipo de dirección).
El 3 de abril de 1905, Francisco cumplió 10 años en su cargo de Comandante y por ello fue gratificado con una bonificación de 720 pesetas anuales. Sin embargo su salud empezó a deteriorarse y por ello se le concedieron dos meses de licencia por estar enfermo (del 3 de julio, al 3 de septiembre). Por ello, primero, el día 10 de junio se hizo un reconocimiento médico en Alicante. Y cuando hubo terminado, tres días más tarde, volvió a Alcoy a trabajar por unos días hasta que inició su licencia y se fue a descansar a Nules (Castellón) y Paterna (Valencia) para recuperarse.
No obstante Francisco no se incorporó a su unidad a tiempo, sino que debido a su problema de salud no lo hizo el 3 de septiembre como le correspondía, sin el 7 de octubre, ya que había solicitado una comisión de servicios para que le destinasen, suponemos que por motivos de su salud, a Valencia, cerca de su hogar. Por ello continuó en Alcoy hasta finales de noviembre de 1905, fecha en que comenzó a disfrutar de su comisión de servicios en la capital con el cargo de Sargento Mayor de Valencia.
A los 53 años, y con fecha del 1 de septiembre de 1906, Francisco fue ascendido a Teniente Coronel de Infantería por antigüedad. Y se le destinó a situación de excedente en la 3ª Región militar.
En enero de 1907, pasó al Regimiento de Infantería de Tetuán nº 45 que estaba operando en la zona de Castellón de la Plana.
El 7 al 16 de mayo, se marchó a Artara (Castellón) ya que su regimiento tenía que realizar prácticas militares (escuelas prácticas) y por ello fue nombrado jefe de la comisión encargada de inspeccionar la zona y de buscar los terrenos que reuniesen las condiciones necesarias para hacer dichas prácticas.
El 28 de agosto de este mismo año (1907) se fue a Madrid para incorporarse como instructor en la Escuela Central de Tiro del Ejército. Y una vez terminada esta comisión, el 5 de octubre, se reincorporó a su cuerpo en Castellón.
En septiembre de 1908, fue nombrado “Jefe de las Conferencias de Capitanes del Regimiento”, cargo que desempeñó durante dos años (de 1908 a 1910) conjuntamente a su cargo de Comandante Jefe del Regimiento.
A finales de enero de 1910, fue destinado al Regimiento de Infantería de Ceriñola nº 42, que estaba en Orense, donde se hizo cargo del tercer Batallón y del mando de la representación del Regimiento. Para poder incorporarse a su nuevo destino, tuvo que cesar en el cargo de jefe de las Conferencias militares de Capitanes ya que ambos cargos eran incompatibles debido a la gran distancia que existía entre ambos destinos.
Extracto del Diario Oficial del Ministerio de la Guerra publicado el miércoles 26 de enero de 1910 cuando pasa del Regimiento Tetuán 45 al de Ceriñola 42. |
Sin embargo, en aquella época se había declarado guerra en África y, el 20 de marzo de 1910, él recibió un telegrama con la orden de llevar dos compañías de su Batallón a la zona de Melilla.
Imagen: Foto antigua de Melilla, tomada desde el fortín de Triana. |
“La Guerra del Rif”, conocida también popularmente como “Guerra de África” o “Guerra de Marruecos” se originó cuando unas cuantas tribus del norte de Marruecos (Rif) se sublevaron por la ocupación española y francesa, ya que tanto España como Francia estaban colonizando esa zona del norte de África. En 1909 las tribus rifeñas que jamás habían reconocido ningún tipo de autoridad ni del propio sultán, ni de los gobiernos europeos, agredieron a los trabajadores españoles de las minas de hierro del Rif, próximas a Melilla y por ello España mandó al ejército para que interviniese en la zona.
Izquierda: Ayuntamiento de Melilla. Derecha: Ciudad nueva de Melilla construida por los trabajadores españoles de las minas en 1907. |
En esa zona del Rif se habían descubierto riquezas mineras de plomo, plata e hierro y compañías españolas habían conseguido la concesión del sultán de la explotación de las minas (algunas con capital francés) y habían empezado la construcción de un tren minero que uniese los yacimientos con el puerto de Melilla. Sin embargo, los cabilas o jefes de las tribus rifeñas no estaban de acuerdo con la concesión y en octubre 1908 se alzaron contra el sultán Bu Hamara y posteriormente decidieron alzarse contra los españoles que trabajaban en las minas. Por ello, en julio de 1909, tirotearon a un capataz y a 13 trabajadores españoles que estaban trabajando en la construcción del ferrocarril e inmediatamente intervinieron dos compañías españolas de Batallón capturando 19 prisioneros rifeños.
Imagen: Minas españolas de hierro de San Juan en Melilla, pertenecientes a la Compañía |
Imagen: antigua foto de Melilla en 1909. Puerta y calle de Santa Bárbara. |
Tras esta pequeña contienda, España continuó la construcción del ferrocarril y la explotación minera sin esperar al beneplácito del nuevo sultán (a pesar de que la tensión en la zona no había disminuido), agravando con ello la situación. Más tarde, España convirtió la zona norte del país (Rif y Yebala) en un protectorado español con el beneplácito de Francia, que se repartía el resto de Marruecos. Sin embargo, la situación en la zona se fue haciendo poco a poco más incontrolada y este conflicto desencadenó más tarde en una auténtica lucha armada.
De este modo lo que empezó como una pequeña acción militar acabó convirtiéndose en una gran acción de campaña que requirió la llegada de refuerzos importantes por parte de la península. Al parecer, el hecho de haber perdido las colonias americanas y Filipinas había conducido a España a un sentimiento de “orgullo herido” y el ejército español tenía aquí la oportunidad de desquitarse y recuperar su honor perdido contra un enemigo considerado débil y sin recursos.
Imagen: españoles dentro de un blocao luchando cerca de Melilla. |
Imagen: españoles combatiendo durante la guerra del Rif en Melilla, 1909. |
Por ello, nada más recibir el telegrama con las nuevas órdenes, Francisco marchó de inmediato con sus tropas hacia Málaga, donde, 4 días más tarde, el 24 de marzo de 1910 embarcaron en el vapor Ciudad de Mahón hacia Melilla.
Imagen: Tropas españolas destinadas a la Guerra de Melilla y del Rif bajando del tren para embarcar. |
Imagen: Vapor “Ciudad de Mahón”. |
Imagen: Puerto y ciudad vieja de Melilla |
Cuando al día siguiente llegaron a Melilla, se instalaron en la zona llamada Cabrerizas Altas para hacer labores de protección de la zona.
Imagen: Tropas españolas durante la campaña militar de melilla en 1909. |
Imagen: Cuartel de Infantería en Melilla. |
Imagen: Foto realizada en Melilla en 1910. Soldados del Regimiento de Infantería de Ceriñola nº 42. A la guitarra tal vez algún trabajador español de la zona minera o del ferrocarril. |
El 14 de junio salió con los hombres de su Batallón para inspeccionar la zona por la carretera de Nador hasta la tercera caseta, regresando ese mismo día.
Imagen: Tropas españolas encargadas de explorar de camino entre Melilla y Nador |
El 21 de junio volvieron a salir en dirección a Hidini y regresaron de nuevo pero tomando el camino de Zoco el Had.
El 27 de junio fue con sus hombres a Zeluán donde Francisco continuó con su labor de comandante hasta el 7 de agosto, fecha en que tuvo que ser substituido por hallarse enfermo. Por ello, Francisco fue mandado a Melilla a restablecerse y allí permaneció hasta que el 19 agosto se volvió a incorporar. Suponemos que el gran sentido del deber y de la responsabilidad del mando le hizo incorporarse realmente sin hallarse totalmente restablecido ya que de nuevo dos días más tarde fue relevado de su cargo y llevado al Hospital Militar del Buen Acuerdo de Melilla, donde permaneció esta vez hasta el 1 de octubre.
Imagen: Campamento de Zeluán. |
Imagen: carretera del Buen Acuerdo donde se hallaba el Hospital Militar del Buen Acuerdo de Melilla. |
Imagen: Hospital provisional del Buen Acuerdo de Melilla. |
Sábado 19 de agosto de 1911. Extracto del Diario Oficial del Ministerio de la Guerra. Francisco está en situación de reemplazo por enfermo y por mejoría pasa al servicio activo. |
Sin embargo, Francisco no mejoraba y por ello, tras hacérsele un reconocimiento médico, se le concedieron dos meses de licencia por enfermedad (del 3 de octubre al 3 de diciembre) para que pudiese visitar médicos en Madrid, primero, y restablecerse en su casa de Valencia, después. Pero, al parecer su salud se hallaba bastante maltrecha y por ello, los dos meses de licencia se convirtieron en diez; hasta que por fin se encontró plenamente restablecido a finales de agosto de 1911. Por ello, cesó en su situación de reemplazo y fue destinado al Regimiento de Infantería de la Albuera nº 26, que se encontraba en la zona de Lérida.
El 25 de enero de 1912, fue destinado como comandante al mando del segundo Batallón del Regimiento de Infantería de Otumba nº 49. Pero, al enfermar el Primer Coronel del Regimiento, Francisco tuvo que hacerse cargo provisionalmente del mando de todo el Regimiento durante todo un mes hasta que se incorporó el nuevo Coronel al Regimiento (del 13 junio al 11 de julio). Este cargo lo volvió a desempeñar de nuevo del 16 de agosto al 12 de septiembre el ser ascendido el nuevo Coronel y encontrarse esta cargo vacante.
Imagen: extracto del diario El correo Militar con su destino al Regimiento de Infantería de Otumba nº 49. |
El 2 de abril de 1913, con 60 años, fue ascendido a Coronel de Infantería por antigüedad. Y el 17 de octubre fue destinado a León como Vicepresidente de la Comisión Mixta de Reclutamiento de la zona.
Artículo de la revista La correspondencia militar donde se explica que Francisco asciende a Teniente Coronel. El Correo Militar, 7 de julio de 1913. Su nombre aparece al final de la noticia. |
En septiembre de 1914 fue destinado como Comandante Militar a la Seo de Urgell, en el Norte de Cataluña.
El 25 de marzo de 1915, Francisco Arrando Cutanda cumplió la edad reglamentaria para la jubilación, que en el caso de los Coroneles eran los 62 años en esas fechas. Por ello, se le asignó una paga de jubilación mensual de 600 pesetas que se le abonarían en la Delegación de Hacienda de Valencia capital, su lugar de residencia.
Lamentablemente no sabemos nada más de su vida, porque no encontramos nada más de él.
Lamentablemente no sabemos nada más de su vida, porque no encontramos nada más de él.
Fin
Gracias a sus descendientes por facilitarnos la foto de Francisco Arrando Cutanda.
Lupe